Escribe Gabriel Massa

El gobierno está lanzando un nuevo y brutal tarifazo, con aumentos que en Capital y Gran Buenos Aires en la luz llegan al 70%, 50% en el gas, 8% en la nafta y la extensión del sistema de medidores de agua de un 14% a un 25% de los usuarios, por lo que tendrán que bajar el consumo. El aumento de la luz en el resto del país será del 35%. Comparemos esto con los salarios.

El aumento de las tarifas no se ha traducido en mayor producción de electricidad ni de gas ni en una mejora de la infraestructura (usinas, redes de luz, gas, agua potable, cloacas). Mientras tanto, Macri premió este año a las petroleras que producen cada vez menos petróleo y la misma cantidad de gas, con menos personal, salarios más bajos y con precios más caros con 2.000 millones de dólares en subsidios.

Está claro que, al igual que sucede con toda la política del gobierno, el tarifazo está al servicio de aumentar las ganancias de las grandes empresas a costa del saqueo de nuestros recursos y el empobrecimiento de los trabajadores y el pueblo.

Uno de los aspectos más escandalosos de estos tarifazos es el precio del gas para los consumidores fijado por el gobierno. El ministro anunció recientemente que el mismo se fija en 6,80 dólares por millón de BTU (British Thermal Units, unidades térmicas británicas, la unidad de medida internacional), mientras que el costo real de producción del gas para las empresas de nuestro país es de 2 dólares por millón de BTU. El propio gobierno a través del ministro Aranguren reconoció que el precio del gas en boca de pozo que se cobra a los consumidores argentinos es el más caro del mundo. Para hacer una comparación, en Estados Unidos el precio del gas en boca de pozo es de entre 2 y 4 dólares.

Como parte del tarifazo, el gobierno piensa aumentar la tarifa social, reduciendo el subsidio. Según el diario La Nación: “Hasta ahora, las familias que tenían ese beneficio sólo debían pagar por los servicios de transporte, de distribución y los impuestos de cada factura, mientras que el consumo del gas en sí mismo estaba enteramente subsidiado por el Estado. En cambio, desde diciembre, si prospera la propuesta oficial, el Gobierno subsidiará el equivalente de consumo correspondiente a la categoría de usuario R1 distribuido mensualmente en metros cúbicos (m3) por mes. En el caso de quienes toman el servicio de la zona metropolitana, por ejemplo, ese límite es de 25 metros cúbicos (corresponde a un departamento chico)”.

Mientras tanto los políticos de la “oposición”, sean peronistas a lo Pichetto, kirchneristas o massistas, aunque rechacen de palabra el tarifazo, no proponen ninguna alternativa ni mueven un dedo para enfrentarlo. La CGT y los burócratas que dirigen los principales sindicatos, que pactaron con el gobierno la reforma laboral y la rebaja de las jubilaciones, tampoco llaman a enfrentar el tarifazo.

Desde Izquierda Socialista y el Frente de Izquierda sostenemos que la alternativa de fondo al plan de entrega del gobierno exige el cese inmediato de los pagos de la fraudulenta deuda externa y la reestatización bajo control de los trabajadores de los recursos naturales y las empresas de energía, volcando todos esos recursos a un plan de obras públicas que incluya la construcción de usinas, redes de electricidad, cloacales y agua potable y todo lo que requiera la población.

Algunos datos sobre los servicios

El país tiene 13.753.932 usuarios de energía eléctrica, de los cuales 11,76 millones son residenciales, 1,6 millones de Uso General (PyMEs), 8.600 Grandes Usuarios y 140.000 Comerciales e Industriales.

En relación a la electricidad el tarifazo de diciembre significará un aumento final del 50 por ciento. Para los sectores de mayor consumo, que hasta ahora sufrieron un aumento del 1.700 por ciento, significa que desde que asumió Macri con su ministro Aranguren, el aumento desde diciembre llegará a un aumento total del 2.550 por ciento. Y en las categorías de menor consumo, el que sufrió un aumento del 600 por ciento llegará al 900 por ciento.

En la Argentina el costo del gas es tres veces más que en Estados Unidos. Esto encarece enormemente el costo de producción de la energía eléctrica, que se hace mayormente en usinas que funcionan a gas.

Según el Plan del Agua, unos 20 millones de argentinos (47% de la población) no tienen cloacas y más de 7 millones (15% de la población) no tienen acceso a agua potable. En tanto, el 20% de las aguas colectadas no se tratan. Por su parte, el área metropolitana explica el 40% del retraso a nivel saneamiento y acceso a agua potable.