La traición de la CGT
Escribe Gabriel Massa
Al cierre de esta edición de El Socialista, la cúpula de la CGT “amenazaba” con alguna acción de protesta el día que se trate la reforma de las jubilaciones en el Congreso. Sin embargo sigue planteando su apoyo a la reforma laboral. El anuncio de una posible movilización hecho por Schmidt, uno de los miembros del triunvirato que encabeza la central obrera, es una cortina de humo para tratar de disimular el apoyo a la política antiobrera de Macri.
Por más que la cúpula de la CGT trate de “reacomodarse”, la gran mayoría de los trabajadores se han dado cuenta de que lo que están haciendo los dirigentes es dejar pasar el ajuste de Macri, con los tarifazos, la rebaja de las jubilaciones, o la baja de las indemnizaciones para facilitar despidos, sin mover un dedo en defensa de nuestras conquistas.
Hay dos razones por las que la cúpula de la CGT traiciona a los trabajadores.La primera es que el gobierno de Macri se comprometió a entregar a las obras sociales 30.000 millones de pesos que les adeuda el Estado. Una verdadera fortuna que los dirigentes sindicales burocráticos manejan sin ningún control. Al mismo tiempo promete garantizarles el monopolio de la representación de los trabajadores, quitándole la personería a nuevos gremios que surgieron en el último tiempo. Esa es la “zanahoria”.
Por otro lado el gobierno amenaza a los sindicalistas con el “garrote” de los juicios y la cárcel ante los hechos de corrupción. Fue el caso del “Pata” Medina, dirigente de la construcción de La Plata, al que metieron preso hace algunas semanas acusándolo de manejar una mafia dedicada a extorsionar a las empresas que llevan adelante obras en su zona.
El gobierno maneja así también la relación con los Moyano, actualmente distanciados de Macri. Hace pocos días fueron presos el segundo de Hugo Moyano en Independiente, Noray Nakis, vicepresidente del club, y un guardaespaldas, Roberto Petrov, acusados de ser el vínculo de la directiva con la barra brava. Por el otro lado, el gobierno les “tira una cuerda”, con la empresa OCA y sus 7.000 empleados camioneros, a la que permite sobrevivir a pesar de que está en quiebra y de tener una deuda de 3.500 millones de pesos de impuestos.
Así entre amenazas y concesiones, el gobierno presiona a los dirigentes sindicales para que apoyen su política, sin dejar de garantizarles sus privilegios y sus sillones, a cambio de que sigan frenando y dividiendo las luchas.
Está claro que estos dirigentes traidores no nos sirven a los trabajadores. Son la principal traba para que nuestras luchas puedan triunfar. Por eso tenemos que unirnos todos los que estamos contra las distintas medidas que componen el nuevo ajuste macrista y con un paro y plan de lucha salir a enfrentarlo.
El sindicalismo combativo y sus distintas expresiones, como los ferroviarios del Sarmiento, los Suteba combativos, Ademys, ATEN Capital, las comisiones internas de ATE con Mecon o Indec o el Sutna tiene un importante rol a cumplir en todo esto en el camino de ir forjando una nueva dirección para el movimiento obrero, democrática y combativa.