Contra la represión y la criminalización de la protesta
Escribe Gastón Cruyff
Con su campaña contra la izquierda, a la que acusa de violenta, el gobierno pretende ocultar el repudio de sectores masivos y crecientes de la población contra el ajuste expresado en las grandes movilizaciones del 14 y el 18 de diciembre contra la reforma jubilatoria. La verdadera violencia es la que ejercen las fuerzas represivas por orden del gobierno y la ministra Bullrich contra las luchas de los trabajadores y el pueblo que enfrentan el ajuste. La gran marcha convocada por el Encuentro Memoria, Verdad y Justicia el 11 de enero muestra el camino de la movilización unitaria para derrotar este intento de reprimir y criminalizar la protesta social.
Con su constante propaganda contra los “violentos” y la izquierda, el gobierno y los medios buscan ocultar lo que mostraron las masivas movilizaciones del 14 el 18 de diciembre: que un sector mayoritario del pueblo argentino repudió el ajuste a los jubilados.
El ataque contra el Frente de Izquierda, los sindicatos combativos, los organismos sociales y de derechos humanos continúa porque son los que se han puesto al frente de las luchas contra el ajuste.
Un ejemplo claro de esto es el conflicto en el hospital Posadas por 120 trabajadores cesanteados. La policía y gendarmería ocuparon el interior del hospital en actitud intimidatoria contra los trabajadores reunidos en asamblea. Esta es una prueba más del permanente recurso del gobierno y su ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, de reprimir los reclamos de los trabajadores y la criminalización de la protesta.
La movilización unitaria es el camino
El jueves 11 de enero se realizó una gran manifestación organizada por el Encuentro Memoria, Verdad y Justicia de la que participaron más de 20.000 personas. A pesar del calor insoportable, miles y miles marcharon para expresar la bronca que genera el accionar del gobierno.
Macri encarcela a luchadores como César Arakaki y Dimas Ponce, pero le otorga el beneficio de la prisión domiciliaria a genocidas como Etchecolatz, Antonio Musa Azar y Norberto Bianco. Reprime los justos reclamos sociales, la Prefectura mata a Rafael Nahuel, y se premia con un ascenso al gendarme Echazú, uno de los responsables del accionar represivo que terminó con la vida de Santiago Maldonado.
Junto con terminar con la represión y la criminalización de la protesta, entre otros reclamos, la movilización exigió la libertad de todos los luchadores presos, la cárcel común para Etchecolatz y todos los genocidas y que se vaya Patricia Bullrich.
Que en enero haya habido semejante protesta demuestra que el ánimo de los últimos días de diciembre no se apagó.
Lamentablemente el kirchnerismo no participó de la movilización. Es comprensible: en Santa Cruz, Alicia Kirchner reprimió a los estatales igual que la policía a los jubilados en el Congreso, como también Insfrán en Formosa o Morales en Jujuy.
El gobierno busca mostrar como una victoria haber aprobado la reforma previsional, pero lo cierto es que salió muy debilitado porque el sector popular que votó a Macri ahora comienza a repudiarlo. Las encuestas que circularon en varios medios mostrando una baja de la popularidad de Macri y el gobierno son un reflejo de ello. Por eso vienen postergando el tratamiento de la reforma laboral. Temen que cuando se discuta la clase trabajadora salga masivamente a las calles nuevamente.
En este escenario, desde Izquierda Socialista y el FIT entendemos que debemos lograr la más amplia unidad y movilización contra la represión y la criminalización de la protesta, para reclamar justicia para Santiago Maldonado y Rafael Nahuel y lograr la libertad de César Arakaki y Dimas Ponce y de todos los luchadores presos.