Macri, mimado por los ricos del mundo
Macri llegó al Foro de Davos como un verdadero niño mimado de los ricos y poderosos del mundo. No sólo le reconocen su éxito político en las últimas elecciones parlamentarias sino que lo aplauden sin límites por haber logrado imponer la “reforma previsional” aprobada por el Congreso con la que logró robarle 100.000 millones de pesos anuales a los jubilados para traspasarlos a los banqueros y los fondos buitre.
O porque ha favorecido a las grandes empresas con la rebaja de los derechos de exportación y de los impuestos corporativos.
En la comitiva oficial participaron el gobernador de Entre Ríos, Gustavo Bordet y Schiaretti de Córdoba. Estos dos gobernadores “opositores” y “peronistas” tienen el triste mérito de haber sido los que más activamente impulsaron el apoyo de sus senadores y diputados a la reforma jubilatoria y todas las demás leyes del gobierno nacional de Cambiemos.
La lista de figurones con los que se encontró Macri en Davos da la idea exacta de sus objetivos: representantes de Facebook, Coca-Cola, las petroleras British Petroleum y Total, la aseguradora Lloyds y el hombre más rico del mundo, Bill Gates. Entre los políticos figuraron la primera ministra alemana, Ángela Merkel; el primer ministro holandés, Mark Rutte, y el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau. Entre los directivos y empresarios argentinos que participaron de los encuentros con Macri en el foro se contaron Eduardo Elsztain (IRSA), Marcos Bulgheroni (Panamerican Energy), Marcelo y Damián Mindlin (Pampa Energía), Sebastián Bagó (Laboratorios Bagó), y Martín Eurnekian (Aeropuertos Argentina 2000).
Como era de esperarse, Macri fue muy aplaudido por la crema de los explotadores del mundo y de la Argentina. Lo mismo ya había sucedido en 2016, cuando el entonces recién asumido presidente fue “el mimado” del foro. Pero, al igual que en ese momento, los grandes patrones del planeta le exigieron “más ajuste” y “más productividad”. Traducido, que debe seguir atacando a los trabajadores y al pueblo para garantizarle las superganancias a las multinacionales.