15 y 21 de febrero: Exijamos paro general y plan de lucha
Ante la continuidad del ajuste de Macri y los gobernadores, los trabajadores estamos ante una gran oportunidad de enfrentarlo con las movilizaciones del 15 y el 21 de febrero.
El calor del verano sigue pegando con todo y los cortes de luz están a la orden del día, demostrando que los tarifazos sólo sirvieron para que las empresas privatizadas se embolsen el dinero sin hacer la más mínima inversión. Lo que también está “caliente” son los precios: sube todo, empezando por los alimentos, las tarifas, el dólar y la nafta. Una reciente encuesta indica que la situación económica (y la inflación en particular) es el tema más preocupante. Por eso al gobierno no le va nada bien con su intento de meter en primer plano el tema de la inseguridad, con el caso Chocobar, como excusa para dar vía libre a la represión a las protestas obreras y populares.
Ya nadie se cree la meta inflacionaria anual de 15%. Pero el gobierno insiste en poner ese techo a las paritarias, en cuotas, sin cláusula gatillo y sumándoles requisitos de “productividad” que flexibilizan los convenios y habilitan una mayor explotación. Así se acaba de firmar la negociación salarial ferroviaria, en línea con lo que quiere el gobierno. La gobernadora Vidal, sabiendo que tiene una paritaria “testigo” para el resto de los estatales, sale con todo a tratar de imponer esto a los docentes de la provincia de Buenos Aires, después de que Macri liquidara la paritaria nacional del sector. Las patronales privadas también se suman a la pulseada contra el salario, como lo hacen las cámaras de los bancos al ofrecer un irrisorio 9%. Es que para el gobierno la única cláusula gatillo es para los bonistas de deuda: esta semana el ministro Luis Caputo lanzó una serie de bonos que les garantizan ganancias por sobre la inflación, cualquiera fuere. Claro que el ministro tuvo poco tiempo para festejar: se acaba de destapar la olla de su participación en una empresa offshore que nunca informó, en una nueva demostración de que los funcionarios macristas están al servicio de lo peor del capital usurero internacional.
La otra cara del ajuste es la ola de despidos de este verano (ya suman 10.000 desde diciembre) con los casos emblemáticos del INTI, el hospital Posadas, Fanazul y Río Turbio.
El gobierno se juega a hacer pasar los despidos, los salarios a la baja y la flexibilización en los convenios con la complicidad de la burocracia sindical. Y cuenta para ello con la oposición patronal peronista. A estos políticos, que hace apenas unos meses pedían el voto “para frenar el ajuste”, hoy lo único que les preocupa es sacarse fotos y tratar de superar su crisis negociando entre ellos de cara a las elecciones de 2019, tal como sucedió la semana pasada en el encuentro que unió a kirchneristas, massistas y randazzistas.
En los próximos días vamos a una pulseada nacional. El día 15 se dará la jornada nacional de lucha de ATE, en la que todos debemos participar y hacerla lo más grande posible.
Será fundamental la masividad que se alcance en la marcha del próximo 21 de febrero. Es un hecho que el gobierno se juega con todo a debilitarla, aprovechando para eso la traición de muchos burócratas sindicales que salen a decir que “no es el momento de la confrontación, sino del diálogo”. De un Daer que incluso apoya la reforma laboral flexibilizadora. De Pignanelli, Gerardo Martínez y tantos otros burócratas que se reúnen casi diariamente a charlar amigablemente con el ministro Triaca y el resto de los funcionarios macristas ¡Mientras el gobierno ha salido con todo para liquidar nuestros salarios y puestos de trabajo!
No tenemos ninguna confianza en Moyano, ni marchamos para salvarlo de sus causas judiciales. Nuestro modelo sindical es opuesto al suyo y al del resto de la burocracia. Pero no nos equivocamos: el 21 habrá una movilización masiva que será un duro revés contra los planes de ajuste del gobierno y nos dejará más fuerte para las peleas que se vienen.
Se trata de una gran oportunidad y tenemos que lograr que sea una gran jornada. Servirá para fortalecer las luchas que seguirán, donde se pondrá en juego si los docentes logran torcerle el brazo al gobierno. También donde terminará resolviéndose la paritaria bancaria y se abrirán las de muchos otros gremios. Las peleas contra los despidos en el INTI y otros organismos entrarán en sus fases decisivas. Por eso hay que debatir con nuestros compañeros de trabajo o estudio, en fábricas, barrios y oficinas para organizarnos y concurrir masivamente el jueves 21. El sindicalismo combativo junto a luchadores de los principales conflictos en curso y la izquierda nos movilizaremos con una columna independiente exigiendo a las direcciones de la CGT y las CTA que llamen a un paro nacional y lancen un plan de lucha para derrotar el ajuste de Macri, peleando por dejar de pagar la deuda externa como primer paso para un plan económico alternativo al ajuste macrista.