Se conforma una CGT al servicio de Macri
Escribe Claudio Funes
Las movilizaciones de diciembre hicieron saltar por el aire al triunvirato de la CGT. Ahora los Gordos, los Independientes, junto a otros sectores de lo peor de la burocracia sindical intentan rearmar una conducción a la medida de Macri. Mientras tanto, firman convenios flexibilizadores, paritarias a la baja y dejan pasar los despidos.
Después de casi dos años de tregua con el gobierno y de haber intentado incluso sacar una solicitada a favor de la ley de flexibilización laboral, las movilizaciones de diciembre pasado provocaron una crisis en la conducción de la CGT de tal magnitud que llevaron al estallido del triunvirato que la dirigía.
Tras la salida de Pablo Moyano, los sectores que más fogonearon por mantener la tregua con el gobierno, arrastrando a otros que hasta hace poco aparecían dentro del moyanismo, (como Schmidt) o que habían amagado con participar de acciones opositoras al gobierno (como Barrionuevo y su representante en el triunvirato Acuña), se lanzan a “reorganizar” la conducción cegetista alineándola más aún con las políticas de ajuste del gobierno y los gobernadores.
Sectores como el de los Gordos, con Héctor Daer, su hermano Rodolfo y Armando Cavalieri; los “Independientes” con Andrés Rodríguez (UPCN) y José Luis Lingeri, así como también Antonio Caló (UOM), Roberto Fernández (UTA), Roberto Pignanelli (Smata), Sergio Sasia y Hugo Barrionuevo, ahora van por más: rearmar una CGT al servicio de Macri. Se reacomodan ante la nueva situación y pasan de la tregua a la capitulación. Son los mismos burócratas que viajan al exterior con el corrupto Jorge Triaca, el ministro de Trabajo. Los mismos que firman aumentos salariales a la baja y dejan pasar los convenios flexibilizadores y despidos. Como Sergio Sasia, de la Unión Ferroviaria, que dejó pasar 1.500 cesantías en Ferrobaires, Andrés Rodríguez (UPCN) que boicotea la lucha contra los despidos en el INTI, o Víctor Santa María (encargados de edificios), investigado por corrupción, acaba de firmar la paritaria por 12 % en cuotas.
Con la camiseta del ajuste puesta, la burocracia ha firmado paritarias entre 12% y 15% de aumento sin cláusula gatillo, en dos y tres cuotas. Todo a pedir del gobierno. Por la cantidad de trabajadores involucrados -más de un millón- la más importante es la de empleados de comercio, cuyo máximo dirigente es el inoxidable burócrata Armando Cavalieri. Obras Sanitarias (José Luis Lingeri) y UTA (Roberto Fernández), entre otros, firmaron por el mismo incremento. El gobierno espera que, en sintonía con su propuesta del 15% en los próximos días, firmen la Uocra (Gerardo Martínez), UPCN (Andrés Rodríguez) y petroleros. Sin ponerse colorados en el Ministerio de Trabajo afirman que “las paritarias han sido libres, negociadas entre las partes, en base a lo que puede pagar la actividad y a lo que se espera de inflación futura”. Una enorme mentira, ya que todos la calculan por encima de 20 por ciento. El objetivo que logra el gobierno es que el salario pierda con la inflación. Los datos oficiales de Trabajo (índice Ripte) indican que los salarios formales están varios puntos por debajo respecto de los niveles de 2015.
La burocracia sindical peronista suma así un nuevo capítulo a su historia de traiciones y profundiza su crisis histórica al aumentar su descrédito ante los trabajadores. Es en este contexto que los Moyano lanzan un nuevo reagrupamiento sindical con un fuerte discurso antimacrista. Pero en la marcha del 21F Hugo Moyano nunca mencionó las palabras “continuidad”, “plan de lucha” ni “paro”. Debemos exigirles que pasen de las frases combativas a la acción, hay que reclamarles que llamen al paro y a un plan de lucha.
Como no podemos confiar en ellos, los trabajadores debemos organizarnos desde abajo, unirnos para pelear contra los despidos y la baja salarial. Coordinando los distintos conflictos para que no queden aislados. Resolviendo todo en asambleas, haciendo que cada medida sea votada por la base, tal como lo hacen las direcciones combativas, por ejemplo el cuerpo de delegados del ferrocarril Sarmiento encabezado por el Pollo Sobrero. El sindicalismo combativo, amplio y democrático es el modelo a seguir. Emerge como la contraposición clara al podrido modelo sindical burocrático que acompaña al ajuste de Macri.