Reportaje a médica pediatra: “Pedimos legalización y no únicamente despenalización”
Entrevistamos a Cecilia Vázquez, médica pediátra especializada en neurología en relación con el debate sobre la despenalización y legalización del aborto.
-¿Qué datos relevantes presenta la comunidad médica en relación con el tema del aborto?
- La reconocida revista científica, The Lancet, publicó en marzo estadísticas mundiales contundentes. El 44% de los 227 millones de embarazos anuales en el mundo son involuntarios. De estos el 56% termina en aborto, el 32% en un parto no planificado y el 12% en un aborto involuntario. También informó que los abortos inseguros son causa de un 8/11% de la mortalidad materna global y se producen predominantemente en los países de bajos y medianos ingresos donde los factores socioeconómicos y las políticas son restrictivas para el acceso al aborto seguro, esto incluye a todos los países de Latinoamérica. Este estudio no profundiza sobre el porqué de estos casi 100 millones de embarazos involuntarios.
-Según tu práctica médica, ¿en qué se puede diferenciar la despenalización de la legalización del aborto?
- Desde mi experiencia como neuropediatra, lamentablemente tuve como pacientes a varios niños con síndrome/secuencia de Moebius producto del uso de Misoprostol en el primer trimestre del embarazo. El Misoprostol es un medicamento que se utiliza para interrumpir embarazos. Se utiliza tanto dentro como fuera del sistema de salud. El síndrome de Moebius se describe como una alteración congénita poco frecuente, con una prevalencia que varía entre el 0,002% y el 0,0002%. ¿Por qué cuento esto? Porque entre el 34% y el 49% de las mujeres con hijos afectados de síndrome de Moebius admitieron haber tomado Misoprostol en las primeras semanas de gestación. Estos bebés presentan malformaciones craneofaciales y músculos esqueléticos importantes como pies zambos o acortamiento de extremidades, también hipotonía por lo que requerirán tratamiento fisioterapéutico para poder lograr alcanzar el sostén cefálico, la sedestación y la marcha. Tienen trastornos deglutorios y muchos necesitan estar conectados a un respirador al nacer, y como los pacientes que me tocó atender, pueden presentar epilepsia de difícil manejo.
La despenalización permitiría, de forma legal, recetar el Misoprostol a la mujer que decide interrumpir el embarazo, protegiendo a mi entender al médico. Pero no resuelve el problema sanitario de qué ocurre con esa mujer si el aborto es incompleto, provocándole hemorragias, sepsis y finalmente el fallecimiento.
Hay evidencia científica que señala que el 15% de los abortos inducidos por Misoprostol pueden no tener éxito y que su uso de Misoprostol está asociado a malformaciones tales como el síndrome de Poland-Moebius, hipertelorismo ocular, dismorfia facial, labio leporino y paladar hendido, onfalocele y gastrosquisis.
- Entonces, ¿estás a favor de la legalización del aborto?
- Claro. La legalización del aborto responsabiliza al Estado a cuidar de la salud de la mujer, invirtiendo presupuesto para ello. Empezando por el acceso libre y gratuito a métodos anticonceptivos, diagnóstico temprano de embarazo (laboratorios, ecografías), control con el especialista ginecólogo-obstetra que acompañe la decisión de la mujer de continuar o no con el embarazo y apoyo del equipo de salud mental, si la mujer lo requiriera, para poder realizar un aborto quirúrgico, el cual es más seguro que el medicamentoso. Y controlar las complicaciones como hemorragias e infecciones severas que requieren internación, cuidados hemodinámicos, antibióticos endovenosos, internación en una terapia intensiva. Todo esto requiere de toda la infraestructura del hospital público y de sus profesionales. Para que el sector más vulnerable, la mujer de bajos recursos, pueda tener acceso al cuidado de la salud, es categórica la necesidad de la legalización del aborto. Este paso que nuestra sociedad debe dar es fundamental en el camino de la lucha de los derechos de las mujeres. Pues la legalización determina si esa mujer que decide interrumpir su embarazo no deseado o inoportuno puede seguir viviendo.