“La mujer decide, el Estado garantiza y la iglesia no se mete”
Mercedes Trimarchi, referente de la agrupación Isadora y diputada electa por la provincia de Buenos Aires, participó del debate de las comisiones donde se está discutiendo el derecho al aborto legal, seguro y gratuito. A continuación reproducimos sus palabras.
Lo que estamos discutiendo es si se termina, de una vez por todas, con el aval que este Congreso le da al aborto clandestino.
Porque en nuestro país se producen medio millón de abortos por año. Las mujeres de todas las edades y de distintos sectores sociales abortan. Pero la ilegalidad del aborto hace que las mujeres ricas accedan en clínicas privadas a abortos seguros. Pero las mujeres pobres no. Y terminan con secuelas muy graves de salud e incluso terminan sin vida. Esa es la realidad que atravesamos las mujeres, que es desigual por el aborto clandestino.
El movimiento de mujeres está en las calles y viene protagonizando enormes luchas en el país y en el mundo. Así lo vivimos el pasado 8M en el segundo paro internacional de mujeres. Una histórica jornada en la que las mujeres -hartas-, dijimos basta. Basta de violencia contra nosotras, basta de querer dominar nuestro cuerpo. Basta de decidir por nosotras. Por eso, gritamos en esta plaza, ciento de miles de mujeres: aborto legal ya y en el hospital. Ese es nuestro reclamo, eso es lo que les exigimos a todos ustedes.
Exigimos que se respete el derecho a decidir sobre nuestros cuerpos. Exigimos que este derecho, que ya fue conquistado por la mayoría de las mujeres en el mundo, se respete en nuestro país. El 61% de la población mundial accede a la interrupción voluntaria del embarazo pero nuestro país queda afuera de ese porcentaje. Y las mujeres argentinas estamos condenadas al aborto clandestino por culpa de este gobierno y todos los diputados/as que, aunque se digan opositores al gobierno, actúan juntos. Todos los bloques: el macrismo, el PJ, el Frente para la Victoria y el Frente Renovador, están a favor del aborto clandestino. Y son los responsables de las cientos de mujeres pobres que mueren al año.
Ni Macri ahora, ni Cristina antes, respetan las decisiones y los derechos de las mujeres. Por eso se oponen a la legalización del aborto. Porque priorizan los acuerdos que tienen con la reaccionaria iglesia católica, que defiende a los curas abusadores y se opone al uso del preservativo y a la educación sexual en las escuelas y colegios. Es más, tal es el acuerdo que tienen los gobiernos con la iglesia que hasta la sostienen económicamente y le pagan sueldos a los obispos que no trabajan.
En relación con los distintos proyectos que hay en danza en el Congreso sobre el tema, quiero denunciar que son una maniobra que buscan confundir a la población. Desde el movimiento de mujeres apoyamos uno solo de todos los proyectos, que es el de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito. Que plantea que toda mujer tiene derecho a interrumpir un embarazo y que este derecho debe ser garantizado por el sistema de salud. Así de simple.
Por eso, estamos en contra de los proyectos que plantean solamente la despenalización. Eso es una trampa. Porque con la despenalización solo se logra que la mujer y el médico no vayan presos pero no se plantea la interrupción del embarazo como un derecho. Por lo tanto, no plantean que debe ser garantizado para todas las mujeres, sin importar su condición social. Por eso insisto en que solo la despenalización no resuelve el problema de acceso a la salud de las mujeres.
Tampoco estamos con los proyectos de ley que plantean la objeción de conciencia que obstaculizan el acceso a nuestros derechos y tampoco queremos falsos equipos interdisciplinarios que le digan a las mujeres que no abortan.
Nosotras queremos que se respete nuestra decisión. Así como lo planteamos en las marchas con una consigna muy simple que sintetiza nuestro reclamo: “La mujer decide, el Estado garantiza y la iglesia no se mete”. Y eso es lo que queremos y se lo exigimos a este Congreso. Que el gobierno garantice lo que nosotras decidimos. Y que nadie se meta en nuestra decisión.
Eso está expresado en el proyecto de ley de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto y es el que apoyamos desde el movimiento de mujeres. Que es el que venimos presentando desde hace once años y que año tras año ustedes cajonearon. Por eso decimos basta y le decimos NO a cualquier maniobra que busque distraernos. Por eso, todos los martes como hoy, teñimos el Congreso de verde y levantando bien alto nuestros pañuelos que dicen educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar y aborto legal para no morir.