Escribe Malena Zetnik

Recientemente se inició el juicio contra el cura Justo José Ilarraz en un tribunal entrerriano. Se lo acusa por el abuso de siete chicos de entre 10 y 14 años de edad ocurrido cuando se desempeñaba en el Seminario Arquidiocesano Nuestra Señora del Cenáculo, entre 1985 y 1993. Sin embargo, el caso llega a los tribunales muchos años después.

Como es práctica habitual de la misógina Iglesia Católica donde son recurrentes los casos de curas pedófilos, la institución esperó hasta 2012 para suspenderlo en el oficio de las misas cuando el escándalo se hizo inocultable. Sin embargo, esto fue solo un intento de lavarse la cara. A pesar de que cuentan con una carta del Vaticano de 1997 que revela que, en una confesión realizada el sacerdote reconoció los abusos y mostró arrepentimiento ante el Tribunal Eclesiástico, esperaron más de una década para tomar medidas y no lo echaron.

Para los días 7 y 8 de mayo se espera la continuidad del juicio. En el marco del movimiento por el #MeToo, que visibiliza la violencia sexual, llamamos a la movilización para terminar con la impunidad de la reaccionaria y machista Iglesia Católica. ¡Cárcel para el cura Ilarraz!