Un proyecto a la medida de las patronales: ¡No a la reforma laboral!
Escribe Mariana Morena
No pudo hacerla tratar en diciembre por la inmensa movilización popular contra la reforma previsional, pero la semana pasada el gobierno de Macri volvió a impulsar un paquete de proyectos de reforma laboral, buscando avanzar con la flexibilización laboral. No tenemos que dejar que pase: hay que enfrentarla con la movilización.
El plan del gobierno es lograr la aprobación de una primera tanda de leyes en las que tiene consenso con varios bloques legislativos “opositores” del peronismo y con burócratas sindicales amigos.
En primer lugar, el proyecto de “blanqueo laboral” consiste en el perdón de todas las sanciones, multas y deudas de capital e intereses de la seguridad social para los empresarios con trabajadores no registrados. No hay limitaciones en relación con la cantidad de trabajadores ni condicionamientos según el tamaño de la empresa. La condonación de la deuda llegará hasta 100% si la regularización se efectúa dentro de los 180 días de entrar en vigencia la ley; si se realiza en el segundo semestre, alcanzará el 70%. Habrá un plan de financiamiento en 60 cuotas para cancelar las deudas de obras sociales y ART. En relación con los trabajadores en negro que se incluyan en el registro (actualmente unos 4,5 millones), tendrán derecho a computar hasta 5 años de servicios a los efectos jubilatorios. En concreto, un gran beneficio para las patronales a costa del desfinanciamiento de la Anses y del robo a los trabajadores, a quienes se ningunean los años de aportes por encima de 5 años de servicios prestados en negro.
En segundo lugar, el “fomento del empleo juvenil” establece el otorgamiento de incentivos económicos para el pago de salarios a los empleadores que contraten jóvenes menores de 24 años, desocupados, no registrados o en situación de vulnerabilidad social, quienes recibirán una suma “en carácter no remunerativo en calidad de asignación estímulo”. A los nuevos trabajadores solo se les ofrece capacitación y entrenamiento para el desempeño laboral. También habrá “prácticas formativas” para estudiantes y graduados de la educación superior. En síntesis, se trata de la legalización del sistema de pasantías que ya viene funcionando bajo la promoción de puestos de trabajo “basura” para los jóvenes. Más beneficios para las empresas. Para los jóvenes es la trampa de la superexplotación con el verso de que “la empresa te está formando”, llevada al extremo de trabajar gratis para el patrón en el caso del primer empleo.
El tercer proyecto es la creación de una “agencia de evaluación de tecnologías de la salud”, un organismo autárquico dependiente del Ministerio de Salud, encargado de “la realización de estudios y evaluaciones de medicamentos, productos médicos e instrumentos, técnicas y procedimientos clínicos, quirúrgicos y de cualquier otra naturaleza” relacionados con las prestaciones cubiertas por el Programa Médico Obligatorio (PMO). El objetivo real es que las obras sociales y sanatorios puedan negarles a los trabajadores el acceso a tratamientos complejos y nuevas prestaciones aprobadas por el Congreso, habilitando más negocios y ganancias para los empresarios de la salud privada.
Por último, el proyecto de “reducción de la indemnización por despidos” pretende modificar el artículo 245 de la actual Ley de Contrato de Trabajo excluyendo de la base salarial para el cálculo de la indemnización al aguinaldo, premios, bonificaciones, horas extras y otros adicionales en favor del trabajador, abaratando los despidos.
Como está claro, se trata de un paquete de proyectos de reforma laboral que precarizan aún más las condiciones laborales y la calidad de vida de los trabajadores en beneficio de las patronales, con la complicidad de la burocracia sindical. Y que se suma a las “flexibilizaciones gremio por gremio” que ya se impusieron a los trabajadores de Vaca Muerta, a los lecheros de SanCor o a los peones rurales de Uatre, liquidando conquistas históricas de los convenios colectivos. Tenemos que ser miles en las calles movilizándonos, exigiendo a la vez la necesidad de un paro y plan de lucha hasta derrotar este paquete de reformas antiobreras.