Sigue el debate: En el Congreso y en las calles aborto legal ya
Escribe Malena Zetnik
A poco más de un mes del inicio del debate en el Congreso, la discusión llegó a las escuelas, los hospitales, las universidades, los barrios y cada casa del país. Cada vez son más los sectores que se pronuncian por el aborto legal.
Mientras en el Congreso se sigue desarrollando el debate por la legalización del aborto, cientos de iniciativas se vienen desarrollando en diferentes espacios de trabajo, estudio y en los barrios de todo el país. Por ejemplo, en el hospital Garraham, más de cien trabajadores de la salud participaron de la charla sobre la importancia de la legalización del aborto en la que Laura Marrone, legisladora electa de Izquierda Socialista/FIT, fue una de las principales oradoras. Lo mismo ocurrió en el Suteba La Matanza, donde un centenar de docentes dialogaron sobre la necesidad de implementar la educación sexual integral con perspectiva de género en las escuelas y el derecho a la interrupción voluntaria del embarazo, entre otras actividades.
A su vez, diferentes sectores comenzaron a hacer públicas las cartas en apoyo al proyecto de ley de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto. Entre ellas se destacan las de cientos de actrices, cantantes, trabajadoras de la salud, miles de docentes, psicólogas, periodistas y hasta investigadoras de las distintas universidades nacionales. Es más, en las últimas semanas, personajes como Mariana Fabbiani, la modelo Pampita y hasta la propia Hilda “Chiche” Duhalde, reconocieron públicamente su apoyo a la legalización del aborto a pesar de asumirse como católicas ¿Por qué ocurre esto? Sin dudas, el peso de la movilización y los argumentos a favor de la legalización son contundentes: implica reducir la mortalidad y morbilidad (secuelas) de las mujeres gestantes, supone un menor gasto público en salud por la reducción de hospitalizaciones por malas praxis provocadas en la clandestinidad y, sobre todo, les permite a las mujeres decidir sobre sus propias vidas.
Sin embargo, a pocas jornadas del final del debate, tenemos una enorme pelea por dar, ya que decenas de diputados de los diferentes bloques políticos todavía no han decidido sus votos, con excepción del Frente de Izquierda, que está en su totalidad a favor del proyecto de interrupción voluntaria del embarazo.
La Iglesia Católica sigue siendo el principal operador contra los derechos de las mujeres. Hasta el propio papa Francisco, que venía en malas relaciones con el gobierno de Macri, salió públicamente a refrendar su confianza en que el gobierno no dejará pasar la ley. Incluso, impulsó un timbreo el pasado 13 de mayo en quince provincias del país, con 140 organizaciones católicas, para convencer a su feligresía de que dejen de apoyar el derecho al aborto.
En este momento, muchos diputados de Cambiemos, del propio kirchnerismo y demás variantes del PJ -quienes gobernaron durante 12 años oponiéndose explícitamente a este proyecto-, están del lado de la Iglesia Católica y de los negociados de la multinacional farmacéutica Beta -la única empresa que vende a precios exorbitantes el medicamento misoprostol que sirve para interrumpir el embarazo- y con el negocio de las clínicas de abortos clandestinos.
Solo con una abrumadora movilización de las mujeres que reclame el aborto legal gratuito en el sistema de salud lograremos torcer la votación en nuestro favor. Por eso, es fundamental que sigamos con mucha fuerza en las calles durante las próximas semanas, desarrollando debates y acciones como la del nuevo pañuelazo que se hará frente al Congreso el próximo 31 de mayo. Sabemos que no nos regalarán nuestros derechos, pero podemos arrancarlos con la fuerza de la movilización.