Escribe Miguel Lamas

Mariano Rajoy (Partido Popular), presidente español desde 2011, cayó destituido por el Parlamento envuelto en enormes escándalos de corrupción. Se tuvo que ir por una moción de censura presentada por el PSOE (Partido Socialista Obrero Español), que ya no puede defender al gobierno del PP como hasta ahora. Lo sucede el falso socialista del PSOE Pedro Sánchez.

El PSOE acompañó todos los planes del gobierno del PP, incluso la represión a los catalanes. Ahora, Pedro Sánchez, se compromete a aplicar las medidas de ajuste que exige la Unión Europea para continuar el “crecimiento” a costa de los trabajadores, jubilados y jóvenes (la desocupación juvenil llega a 35% en el Estado Español).
Transcribimos a continuación parte de un artículo de nuestros compañeros de Lucha Internacionalista (UIT-CI del Estado Español) aparecido unos días antes de la destitución de Rajoy. Esto decía: “La sentencia del caso Gürtel (fallo sobre una red de empresas que conseguían contratos de todo tipo de administraciones gobernadas por el Partido Popular en diversas partes de España, mediante grandes coimas), con 29 condenas que suman 351 años de prisión […] y la condena al PP como partícipe a título lucrativo, han situado al gobierno al borde del precipicio […]. El problema es político y la Gürtel, como dos días antes Zaplana -siendo el decimosegundo ministro acusado de corrupción, de los 14 que tuvo Aznar-, no son solo la enésima prueba de que el PP ha vivido de una trama de corrupción institucionalizada a cambio de poner el dinero público a salvar bancos y empresas, mientras golpeaba con recortes a las clases populares. Son los elementos que denotan el grado de descomposición del partido que, incluso físicamente, ha encarnado la continuidad del franquismo y ha sido pieza central del régimen monárquico […] Esto avivará la indignación popular contra la monarquía y acrecentará la crisis del conjunto.
PSOE y Ciudadanos (el partido de derecha que surgió criticando la corrupción) se aprestan a aprovecharlo […] con cuidado. Porque esa crisis se da en otra más profunda que afecta al propio Estado, recorre todas sus instituciones, tiene en el problema catalán su punto más álgido, y empieza a ser enfrentado por un movimiento de masas en ascenso […].
Es en ese marco que Ciudadanos se envuelve en la “españolidad” […] tratando de que unas elecciones a corto plazo le lleven al gobierno, tanto más con un PSOE que sigue su crisis y trata de superarla compitiendo con él en mano dura y apoyo a la represión, y un Podemos (el partido de izquierda reformista) en su enésima crisis, ahora con el escándalo del chalé (mansión de 600.000 euros que compró Pablo Iglesias, dirigente de Podemos, que fue fotografiada y difundida por la prensa).
También ese es el marco en el que se mueve el PSOE. Pues triunfar sin Ciudadanos, pero con el apoyo de Podemos y nacionalistas, como éstos amenazan, le puede complicar la situación, con los presupuestos aprobados y muy poco margen de maniobra en el terreno social y teniendo que lidiar con el problema catalán después de haber precisado de sus votos.
En todos los escenarios, las elecciones están, a más tardar, en un año […] En cualquier caso, no frenan la crisis de fondo del régimen, que pierde su principal puntal con la descomposición del PP, y cuyo descontrol hace que la “justicia” siga desbocada […]
Como veníamos diciendo, si la resistencia popular catalana conseguía resistir, el tiempo iba contra Rajoy, porque tal como vemos hoy, en medio de la corrupción, unos y otros apagan el fuego con gasolina, y con ello alientan unas movilizaciones que temen, y que de profundizarse, pueden obtener triunfos, cosa que impulsaría de nuevas. El gran problema irresuelto vuelve a ser la falta de una alternativa revolucionaria para obtener victorias no solo parciales […]”.
Llamamos a encarar la lucha contra este “nuevo” gobierno del PSOE de Sánchez. Ninguna confianza en él. Solo la movilización de los trabajadores y la juventud podrá derrotar la política entreguista de Rajoy que continuará ahora con el gobierno del PSOE.