Escribe Guillermo Sánchez Porta

La Ctera convocó a un nuevo paro nacional el martes 3 de julio con movilización al Ministerio de Educación. Aunque tardío, el paro fue total, en repudio a la represión a los docentes de Chubut y Corrientes. Además, en la docencia hay indignación por los magros salarios y las medidas de ajuste permanentes que Macri y los gobernadores toman contra la educación pública.

La mayoría de las provincias aún no cerraron las paritarias de 2018. Donde lo hicieron, hay reclamos de reapertura, porque 15% en cuotas, o menos de ese porcentaje, quedaron muy abajo de la inflación anual y del aumento de precios y tarifas. Sólo la huelga de Neuquén, encabezada por la directiva combativa de ATEN Capital, logró quebrar el techo y una cláusula gatillo de actualización trimestral.
En Buenos Aires solo hubo adelantos de 5% en negro e importantes ataques como las jubilaciones compulsivas, el cese a docentes, el cierre de las escuelas isleñas, que pudieron ser derrotados por la lucha de docentes y comunidades. Sin embargo, otras medidas como el cierre de bachilleratos de adultos y escuelas especiales, la tentativa de liquidar la matrícula de los CENS por medio de aulas virtuales, la suba del límite de alumnos para las salas de educación inicial de 25 a 28, o el cierre de gabinetes psicopedagógicos vienen implementándose con la complicidad de la burocracia. En las escuelas técnicas se cambiaron contenidos para reducir materias y se agregaron pasantías obligatorias gratuitas en fábricas. También pretenden que los profesores de educación física y otras materias especiales sean “monotributistas” contratados por el Estado, perdiendo los derechos laborales. Se abrieron listados de “retiros voluntarios” sin definir el reemplazo de los cargos y hay miles de trabajadores de la educación sin cobrar en tiempo y forma. La situación se extiende a las provincias. La pasividad de la conducción de Suteba y FUD y las luchas aisladas permiten que el gobierno avance.
Todo es parte del “Plan Maestro” de Macri, el FMI, el Banco Mundial y los gobernadores. ¡Es fundamental un plan de lucha unificado para derrotarlo! La Ctera debe convocar al “no inicio nacional”. En Buenos Aires al Suteba y al Frente de Unidad Docente (FUD) les tenemos que exigir el no inicio de las clases con paros con continuidad, con asambleas y plenarios de delegados como hicieron en Neuquén, que voten las medidas de fuerza y convocando a la comunidad educativa. 
Los Suteba multicolores deben apostar a la autoorganización democrática para la lucha, que el Suteba kirchnerista de Baradel y el FUD niegan. La Multicolor debe llamar al plenario provincial de delegados para organizar y exigir estas medidas de lucha y, si la burocracia Celeste no convoca, impulsarlas sin ellos. Este es el gran desafío que llamamos a asumir desde Docentes en Marcha para derrotar el ajuste sobre la educación pública.