Debate en el Senado: Feroz ofensiva de la Iglesia contra el aborto
Escribe Malena Zetnik
Tras la media sanción a la ley por el derecho al aborto en la Cámara de Diputados, la Iglesia Católica lanzó una ofensiva para intentar frenar la oleada del movimiento de mujeres que quiere lograr la aprobación del proyecto. Desde el papa Francisco hasta el padre Pepe, toda la Iglesia se une contra las mujeres.
La primera declaración que hizo el papa Francisco frente a la enorme vigilia que reclamó en las calles de todo el país la aprobación del proyecto de ley de interrupción voluntaria del embarazo el pasado 13J fue tildar al movimiento de “nazi”. Parece que al supuesto Papa progresista lo sorprendió el apoyo generalizado al aborto legal y lanzó una ofensiva. El domingo 8 de julio, alrededor de cincuenta obispos celebraron una misa convocada esencialmente para rechazar el proyecto. Frente a la Basílica de Luján y bajo la convocatoria a la “Misa por la vida”, el presidente del Episcopado monseñor Oscar Ojea se proclamó contra los derechos de las mujeres. Lo mismo hizo al día siguiente el arzobispo de Tucumán Carlos Sánchez y fue aun más duro el nuevo arzobispo de La Plata y ex rector de la UCA Víctor Fernández, quien exigió que el presidente vete la ley si se aprueba.
Pero no solo salieron a la ofensiva los sectores más tradicionales de la iglesia, sino que José María “Pepe” Di Paola, líder de los curas villeros, volvió a hacer declaraciones públicas en las que afirmó que en las villas y asentamientos “los pobres no abortan” porque “los hijos son sagrados” y “se arreglan entre vecinos”.
Sin dudas, estas expresiones intentan desconocer la realidad de las mujeres que abortan día a día y le lavan la cara al gobierno de Macri que, en lo que va del año, solo implementó el 8% del Programa Nacional de Salud Sexual y Procreación Responsable, encargado de garantizar métodos anticonceptivos gratuitos. Pero también, las declaraciones dan cuenta de la desesperación de la Iglesia Católica, que vive una gran rebelión entre su feligresía. Por ejemplo, entre la juventud ya son reiteradas las anécdotas de estudiantes de todos los géneros que desafían las normas de las instituciones y llevan sus pañuelos verdes en las mochilas.
En las calles es visible la merma en la capacidad de movilización de esta reaccionaria institución milenaria que poco a poco empezó a perder el control sobre sus fieles. Y no solo reacciona con nefastas declaraciones, sino que sancionan con amonestaciones a los estudiantes que portan los pañuelos, expulsan o amedrentan a los docentes que se manifiestan por el aborto y hasta han llegado a organizar grupos de choque que patotean y arrancan los pañuelos verdes a las chicas más jóvenes en las calles. Pero a pesar de los intentos, no pueden lograr que la marea verde siga creciendo.
Por eso, los martes verdes siguen realizándose frente al Congreso de la Nación y en diferentes plazas del país. También se preparan nuevas acciones como el estudiantazo que el próximo 31 de julio llenará las calles de jóvenes en apoyo al aborto legal. Y son masivas las nuevas cartas públicas con firmas de abogados y trabajadores de la salud que sostienen con nombre y apellido que van a apoyar a las mujeres en la garantía del aborto si se aprueba la ley. Frente a la ofensiva de la reaccionaria Iglesia Católica, sigamos en las calles hasta arrancar el derecho al aborto.