La CGT ahora dialoga con el FMI
Escribe Edgardo Reynoso, Comisión de reclamos ferrocarril Sarmiento
Ante la llegada de Lagarde la CGT solo le pide una entrevista y convoca a una conferencia de prensa. Una excusa para evitar cualquier movilización contra su visita. La burocracia ahora acuerda la tregua directamente con el FMI. Hay que exigirle a la CGT un paro de 36 horas, que sea el inicio de un plan de lucha nacional.
Mientras el triunvirato de la CGT fue “ratificado” hasta 2020, y mantiene su silencio sobre darle continuidad alguna al paro del 25, ahora todo su accionar consiste en convocar a una conferencia de prensa el viernes 20 para brindar un mensaje “en rechazo al acuerdo del gobierno con el FMI”.
Al mismo tiempo, anuncian que buscarán reunirse con la jefa del FMI, Christine Lagarde. De hecho, ya hubo la semana pasada una teleconferencia entre el triunvirato y varios funcionarios del Fondo, supuestamente para que los burócratas se “interiorizaran” del contenido del acuerdo. Ahora, el pedido de entrevista entre el triunvirato y Lagarde será utilizado como excusa para evitar cualquier movilización multitudinaria contra la visita de la directora gerente del Fondo. Se trata de una auténtica vergüenza, un capítulo más, corregido y aumentado, de la tregua de la burocracia sindical, ahora acordada directamente con el FMI.
Mientras tanto, los moyanistas y los kirchneristas de la Corriente Federal, que habían “amagado” en conformar un agrupamiento más “combativo”, ahora se juntan con el MASA de Sergio Sasia y Ricardo Pignanelli y la UOM de Antonio Caló, sólo para disputarles a “los gordos” la conducción. No son más que reacomodamientos burocráticos. Pese a enarbolar el discurso de poner en pie una CGT que tenga mayor fuerza frente a las políticas del gobierno de Macri, este nuevo espacio tampoco da ningún paso en concreto para enfrentar el ajuste.
Con todas estas idas y venidas y traiciones, no resulta extraño que en las fábricas y oficinas ya no se les crea más a ninguno de estos agrupamientos en que se encuentra dividida la burocracia sindical en su lucha por el aparato. Por eso, la única salida que tenemos es organizarnos desde abajo haciendo asambleas, sacando pronunciamientos de los cuerpos de delegados para salir a pelear todos juntos. Coordinando las luchas para estar más fuertes. Para eso necesitamos una nueva dirección sindical para la clase trabajadora, que sea democrática y combativa. Con ese objetivo nos reunimos en el plenario nacional de Lanús el pasado 23 de junio, donde votamos darle continuidad al paro del 25 de junio, exigiendo a la CGT y a las CTA un paro de 36 horas con movilización a Plaza de Mayo y a todas las plazas del país. Que sea un primer paso de un plan de lucha que enfrente, al ajuste de Macri y el FMI. Para que la crisis la paguen los que la provocaron, no el pueblo trabajador.