El peronismo no es salida: Cristina con Pignanelli y Moyano
Escribe Guido Poletti
La ex presidenta rompió el silencio… para juntarse con Ricardo Pignanelli y Hugo Moyano. “Se verá la posibilidad de unificar el peronismo para volver a ser gobierno”, declaró el camionero a la salida del encuentro. Todas las fracciones del peronismo, incluido el kirchnerismo, van mostrando día a día que no son salida frente al ajuste de Macri y el FMI.
No se le venía escuchando una sola palabra a Cristina en los últimos meses. Ni sobre el acuerdo con el FMI, ni sobre las medidas de ajuste. Algunos dirigentes kirchneristas la excusaban diciendo que se trataba de una “táctica inteligente”: “Macri se hunde con sus medidas de ajuste, ¿para qué va a hablar Cristina si en silencio sube en las encuestas?”. Así mostraban el nulo interés de todo este sector por salir a pelear contra el ajuste del gobierno y el FMI, dejando todo para un etéreo “2019 electoral”. Pero ahora resulta que Cristina decidió salir del ostracismo y mostrarse... con lo peor y más repudiado de la burocracia sindical.
No vamos a escribir el currículum entero del burócrata Pignanelli. Digamos simplemente que fue, hasta hace pocos meses, uno de los jefes sindicales “mimados” del gobierno de Macri. Decenas de veces se mostró con Macri y lo acompañó en sus visitas a las plantas automotrices. El Smata está a la cabeza de la flexibilización laboral gremio por gremio, en un acuerdo total con las terminales autopartistas y el Ministerio de Trabajo. Este es el personaje con el que se reunió Cristina Kirchner. Para completar el panorama, también estuvo presente Hugo Moyano, que hizo las declaraciones citadas más arriba, definiendo el evento como un “primer paso” para la unificación electoral de todo el peronismo.
El kirchnerismo no abandona lo que fue la característica central durante su gobierno: el doble discurso. Mientras varios de sus dirigentes hacen encendidos planteos contra “el ajuste y el FMI”, Agustín Rossi, el otro “presidenciable” de ese sector por fuera de Cristina, afirma que de ser gobierno “por supuesto que respetarán el acuerdo con el FMI, del que sólo exigen que pase por el Congreso”. Y ni qué hablar de Alicia Kirchner, ejecutora a rajatabla de un ajuste en Santa Cruz incluso más duro que el planteado por el FMI. Sus dirigentes sindicales, como la Corriente Federal en la CGT o la CTA de Yaski tampoco hacen nada por apoyar las luchas o impulsar el paro general. En síntesis, el kirchnerismo, hoy además enchastrado con las nuevas denuncias de corrupción de los “cuadernos”, no representa ninguna salida para la clase trabajadora.
Tampoco el sector denominado “peronismo federal”, referenciado fundamentalmente en el jefe de senadores Miguel Angel Pichetto y en los gobernadores –que hoy deshojan la margarita buscando el equilibrio entre mostrar un discurso “opositor” con vistas al 2019 y garantizar la “gobernabilidad” negociando el ajuste provincia por provincia–plantean que hay que votarle el presupuesto del año próximo al gobierno, donde quedarán refrendadas el grueso de las exigencias del FMI. Sus “presidenciables”, Urtubey y Schiaretti, no le escapan a fotos con el propio presidente Macri, y se esfuerzan en mostrarse “racionales” ante banqueros, empresarios y el propio FMI. Sin olvidarnos de sumar acá a los peronistas del Frente Renovador, con Sergio Massa a la cabeza.
Tanto los peronistas “federales” como los “renovadores” aparecen como “el peronismo sin Cristina”. Claro que entre ambos se ubican los “partidarios de la unidad”, que llaman a “no excluir a nadie”: ahí están el gobernador de San Juan Sergio Uñac y el ex duhaldista Felipe Solá, entre otros.
Esta es la realidad del peronismo hoy. El de los burócratas sindicales que le garantizan la tregua al gobierno, dejando aislados a los que salen a luchar. Y el de los dirigentes políticos que ajustan en sus provincias y le votaron todas las leyes a Macri. Con sus alas de discursos “más duros” o “más moderados”. Posan de opositores, pero en las reuniones “serias” con empresarios o representantes del imperialismo les aseguran que seguirán con el plan del FMI y que cumplirán a rajatabla los pagos de deuda. Todos juntos conforman el peronismo que “va por la unidad” para el 2019. La foto de Cristina con Pignanelli y Moyano es parte de esa política.
Nada bueno puede salir de aquí para los trabajadores. El peronismo no es salida en ninguna de sus variantes por separado ni “todos juntos”. Porque tenemos que pelear ahora, y no “en 2019”, contra el ajuste de Macri y el FMI. Y los burócratas como Pignanelli y Moyano son los que lo impiden, negándose a darle continuidad al paro del 25 de junio. Por eso la verdadera alternativa viene por el lado del sindicalismo combativo y la izquierda. Porque reclamamos el paro de 36 horas y un plan de lucha para derrotar el ajuste. Porque somos los únicos que, además, decimos que es necesario un programa alternativo que arranca por dejar de pagar la deuda externa, romper con el Fondo Monetario y poner todos esos recursos para resolver las más urgentes necesidades populares.