La Iglesia y los partidos patronales impidieron la ley del aborto: La lucha continúa
Escribe Mercedes Trimarchi, Dirigente de Isadora y diputada electa Izquierda Socialista/FIT
Millones de mujeres nos movilizamos en todo el país por el aborto legal. Los partidos patronales y la Iglesia Católica le dieron la espalda a este reclamo logrando que el Senado ultraconservador y reaccionario no vote la ley. Conocida la noticia hubo un juramento: vamos a seguir luchando hasta conquistar este derecho al grito “va a ser ley”. ¡Sigamos ganando las calles por nuestros reclamos!
¿Por qué si fuimos millones en las calles el aborto no es ley? Porque lo impidieron la Iglesia, el Papa, los partidos patronales de Cambiemos, el PJ, el Frente para la Victoria y demás partidos provinciales. Todos actuaron, en mayor o menor medida, para negarnos este derecho fundamental de las mujeres (ver recuadro), aunque pagarán un alto costo político.
Desde que se ganó la media sanción en Diputados, la Iglesia Católica dio un giro. Pasó de “tolerar” la derrota a lanzar una furiosa campaña en contra. El papa Francisco habló de “prácticas nazis” y monseñor Poli, desde el púlpito, vociferó que con el aborto se quiere “eliminar al otro”, abriendo la Catedral para cobijar a los pañuelos celestes. Esto se sumó al rol nefasto de políticos patronales que se fueron sumando al no. La senadora kirchnerista García Larraburu dio la nota: pasó de sacarse una foto con Cristina anunciando el voto positivo, a darse vuelta por el no. Esto fue un duro golpe, en momentos en que los medios ya vaticinaban una posible votación en contra del Senado. Otro peronista, Alperovich, de Tucumán, pasó de indeciso a votar también por el no.
Macri dio vía libre para el voto en contra diciendo que con “cualquier resultado ganaba la democracia”. La gobernadora Vidal dijo que si la ley no se aprobaba iba a estar “aliviada”. Michetti, ante un desempate, había anunciado que también votaría en contra. Si a esto le sumamos a energúmenos como el senador de Salta hermano del gobernador Urtubey diciendo que “hay violaciones que nos son violencia”, o la senadora López Valverde, de San Juan, que votó en contra aunque no había leído la ley, el complot antiderechos trabajó a destajo para que no se aprobara.
Los que votaron a favor (Pichetto, Cristina Fernández, Naidenoff) lo hicieron porque se reacomodaron ante millones en las calles. No olvidemos que hasta días antes eran los que habían impulsado el cambio de la ley que ya tenía la media sanción de Diputados, restringiendo los derechos de las mujeres. Son de los partidos que gobiernan o gobernaron durante décadas negándonos el derecho al aborto.
“Va a ser ley”
Esto se gritó en el pañuelazo final frente al Congreso conocida la votación. “Nunca confiamos en este Congreso, nunca nos regalaron nada”. Con estas frases, muchas mujeres sacaron rápidamente la conclusión de que hay que seguir peleando. ¡Lejos estamos de haber sido derrotadas como hubieran querido los anti derechos! No lo lograron. Con nuestra lucha estamos haciendo historia.
Logramos la media sanción y este 8A fuimos más que aquel 13J. Decenas de manzanas alrededor del Congreso estuvieron cubiertas con pañuelos verdes y paraguas, en medio de la lluvia y el frío. Lo mismo pasó en las principales ciudades del país. Las pibas y mujeres de todas las edades ganaron las calles para no abandonarlas más. La Argentina es un ejemplo para el movimiento de mujeres de otros países que se solidarizaron con nuestra lucha (ver recuadro).
En estos meses enfrentamos los argumentos reaccionarios y conservadores de poderosas instituciones como la Iglesia o los partidos tradicionales, hicimos pañuelazos, tomamos escuelas, impulsamos charlas y ganamos el debate con la mayoría de la población por el aborto legal, como lo muestran las encuestas. Nos unimos con artistas, escritoras, docentes y actrices. Empalmamos con las pibas de los barrios del conurbano y de todo el país para visibilizar nuestro reclamo. Y vamos por más.
Vamos por el aborto legal, por la separación de la Iglesia del Estado (que los curas vayan a laburar y que se deje de subsidiar a la escuela privada de la cual los obispos son sus grandes beneficiarios), por educación sexual integral, contra los femicidios y todo tipo de violencia contra las mujeres. Pelea que hay que unirla contra el ajuste de Macri y el FMI, que perjudica principalmente a las mujeres.
Se empezó a decir “si no es hoy, será mañana”. Algunos hablan ahora de “despenalización” o de impulsar una consulta popular. Para nosotros la lucha por el aborto legal en el hospital debe continuar en las calles. Desde nuestra agrupación Isadora e Izquierda Socialista en el Frente de Izquierda nos embanderamos con este reclamo como parte de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto. Con ese mismo compromiso llamamos a seguir ganando las calles por todos nuestros derechos.