Docentes universitarios: Tercera semana de paro
Escribe José Castillo
La huelga de la docencia universitaria entra en su tercera semana de paro. Estos días acompañada por asambleas, clases públicas, cortes de calles y diversos eventos para visibilizar la lucha. En Córdoba más de 30.000 docentes y estudiantes se movilizaron por las calles de la ciudad. En Buenos Aires se culminará el viernes con decenas de clases públicas en la Plaza de Mayo.
La semana pasada finalmente el gobierno nacional, ante la presión de la contundencia de la medida de fuerza, accedió a reunirse con las federaciones nacionales docentes. Sólo fue para repetir su “oferta”, una auténtica provocación. Siguen proponiendo un 15% anual, cuando ya la inflación 2018 en medio año ya superó esa cifra, estimándose a fin de año en cercana 35%. Peor aún, ese incremento lo plantean en cuotas no acumulativas: 5% en mayo, 5,8% en agosto y 4,2% en octubre. El rechazo fue unánime y ello llevó a la tercera semana de paro, afectando a las 57 universidades nacionales y también a los colegios secundarios preuniversitarios, como el Nacional de Buenos Aires, el Carlos Pellegrini, el Nacional de La Plata o el Monserrat de Córdoba, entre otros.
La contundencia del paro es enorme, tratándose del mayor en toda la docencia universitaria en muchos años. Sabemos que con la sola participación de los profesores no alcanza, es necesario que entre con todo en el conflicto el movimiento estudiantil. Por eso es fundamental avanzar en la masividad de la convocatoria a una gran marcha nacional el próximo 30 de agosto. En 2005 le torcimos el brazo al entonces presidente Néstor Kirchner en una enorme huelga con apoyo de toda la comunidad universitaria que justamente comenzó con una marcha masiva en Córdoba, similar a la que se acaba de realizar. El ajuste de Macri y el FMI viene por la Universidad. ¡No lo permitamos! Exijamos el 35% de aumento para todos los docentes, el pago a los ad honorem y el envío de los fondos para infraestructura que están actualmente congelados y recortados por el gobierno. Y todos juntos, docentes, trabajadores no docentes y estudiantes, volvamos a repetir por miles el grito de siempre en las calles: ¡la educación del pueblo no se vende, se defiende!