¿Con Cristina estábamos bien?
Escribe Juan Carlos Giordano, Diputado nacional Izquierda Socialista/FIT
Ante la debacle de Macri es lógico que sectores de trabajadores se pregunten o directamente afirmen que “antes estábamos bien”. ¿Es cierto que estaban bien con Cristina? ¿Es cierto que en caso de ser gobierno, el peronismo kirchnerista va a terminar con los males de Macri?
El impacto de los actuales tarifazos, el robo salarial o el pacto mafioso con el FMI han llevado a que se compare a este gobierno con el anterior. Quienes recuerdan la implementación de la asignación por hijo, las jubilaciones para las amas de casa o el crecimiento parcial del consumo popular en los doce años del gobierno anterior se hacen legítimamente ese interrogante.
Desde Izquierda Socialista reconocemos que bajo los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner se dieron algunas concesiones y se lograron conquistas populares importantes, aunque parciales. Pero consideramos que esto se debió, en primer lugar, a que el gobierno estuvo obligado a otorgarlas para intentar apagar las cenizas del Argentinazo. Por ejemplo, si por muchos años el transporte o las tarifas de la luz o el gas no subieron en Capital y provincia de Buenos Aires, fue por la rebelión de 2001 al grito de “que se vayan todos”, no fruto de un gobierno “nacional y popular” que, además, siempre se negó a reestatizar esas empresas privatizadas.
A su vez, esas conquistas parciales fueron arrancadas por grandes luchas. También se dieron porque había plata por una coyuntura económica favorable para la Argentina por los altos precios de las materias primas, en especial la soja.
Los trabajadores no la pasaron bien con el gobierno anterior
Los docentes tuvieron que hacer grandes huelgas para defender su salario y la educación pública (ver columna). Lo mismo vale para el conjunto de los trabajadores. En las paritarias el gobierno kirchnerista alentó junto con las patronales los techos salariales y aumentos a la baja. El propio Kicillof se negó varias veces a homologar aumentos superiores al techo salarial.
En el gobierno anterior hubo varios paros generales a los que Cristina tildó de “golpistas” y “destituyentes”. Paros que no fueron solo contra el impuesto a las ganancias sobre el salario, como dicen ahora algunos sectores kirchneristas, sino por la situación más general de pérdida del poder adquisitivo y del nivel de vida.
Siempre el kirchnerismo tapó esto. En 2007 intervino el Indec con la patota de Guillermo Moreno para encubrir los datos sociales que ya estaban en decadencia. Aníbal Fernández llegó a decir que en la Argentina “había menos pobres que en Alemania”. Y los puestos de trabajo que se lograron en la gran mayoría fueron precarizados, subiendo el empleo en negro a 42%.
Recordemos cuando la propia Cristina Kirchner vetó el 82% móvil a los jubilados mientras usaba la plata de la Anses para dar créditos a las multinacionales, como General Motors, o directamente para pagar la deuda externa en desmedro del gasto social.
Quienes sí hicieron grandes ganancias con el kirchnerismo fueron los bancos, las mineras como la Barrick, las petroleras como Repsol, los grandes empresarios y los pools de siembra. También Lázaro Báez, Cristóbal López y compañía, a quienes se los llamó “empresarios nacionales”. Hasta la misma Cristina reconoció que a la plata “se la llevan en pala”. Lo mismo pasó con los usureros internacionales, que embolsaron 200.000 millones de dólares por los pagos de la deuda.
El kirchnerismo perdió las elecciones porque no aplicó medidas de fondo
El kirchnerismo terminó perdiendo las elecciones llegándose al extremo de que importantes sectores populares votaran a la centroderecha de Macri. Esto fue culpa del gobierno anterior, no de las masas como alegan sectores kirchneristas. Intentan ocultar que el “voto castigo” al candidato de Cristina Daniel Scioli, fue por la continuidad de la pobreza, los bajos salarios, la inflación y la corrupción, no por un giro a la derecha.
La derrota kirchnerista obedeció a que en su gobierno nunca se combatieron los males del capitalismo. La frase pregonada por Cristina, “si les va bien a los empresarios les va a ir bien a los trabajadores” se reveló como una gran trampa. Esa fue la estrategia del kirchnerismo, no “combatir a las corporaciones” o “redistribuir la riqueza” como decía.
Nunca el kirchnerismo tocó los intereses de los grandes grupos económicos. La estructura capitalista semicolonial se mantuvo intacta, lo mismo que la extranjerización y concentración de la economía que venían de décadas pasadas. Se mantuvieron las privatizaciones, nunca el kirchnerismo estatizó 100% a YPF ni nacionalizó el petróleo y el gas. Tampoco los ferrocarriles, las empresas de electricidad, los teléfonos y otros sectores estratégicos. Y pagó puntualmente la deuda externa, con el falso argumento de que nos estábamos desendeudando.
Es decir, el gobierno peronistakirchnerista usó enormes recursos para subsidiar millonariamente a las empresas privatizadas y esencialmente para pagar la deuda externa, no para combatir los graves problemas estructurales.
¿Qué pasará si gana el kirchnerismo?
Los compañeros que afirman que “antes estábamos mejor” podrán creer que con un futuro gobierno peronista kirchnerista se podrán revertir el hambre, la pobreza, el desempleo o sacar al país adelante. Pero les decimos que le pregunten a los propios candidatos K qué medidas van a tomar si son gobierno. ¿Van a dejar de pagar la deuda? Kicillof dice que no. ¿Van a desconocer el pacto con el FMI? Agustín Rossi también dijo que no. ¿Cómo van a aumentar los salarios, las jubilaciones o dar trabajo genuino si no se deja de pagar la deuda y no se toca a los de arriba? ¿Cómo van a combatir los males que profundizó Macri si no van a reestatizar las privatizadas o nacionalizar la banca y el comercio exterior? Es imposible entonces que el kirchnerismo sea alternativa para el pueblo trabajador.
No alcanza con despotricar contra Macri, sino que hay que postular medidas de fondo para que la crisis la paguen los capitalistas, no los trabajadores, como planteamos desde la izquierda.
Llamamos a debatir sobre cuál debe ser la salida para combatir el caos social de Macri y el FMI, si es lo que propone el peronismo kirchnerista o la que levantamos desde el Frente de Izquierda.
Frase célebre: “Los docentes son vagos”
Cristina siempre culpó a los maestros del desastre educativo. Al mejor estilo Vidal, varias veces dijo:“tienen tres meses de vacaciones, trabajan cuatro horas y no se capacitan”. También sostuvo que la educación privada crece por los paros docentes, cuando las estadísticas oficiales lo desmienten. Neuquén, por ejemplo, es la provincia donde más paros hubo en defensa de la educación y tiene 90% de la matrícula pública, la más alta del país.
Esto fue para encubrir que el gobierno financió a las empresas privadas de la educación y a las iglesias que están en el negocio financiado por el Estado y compiten con la escuela pública. La provincia de Buenos Aires, con el gobernador Scioli, llegó a tener el 45% de la matrícula privada, casi alcanzando a Chile, el paradigma de la privatización. Cristina dijo que su gobierno es el que más invirtió en educación. Una gran mentira, porque desde los años ´90 el financiamiento está centralmente en manos de las provincias. El presupuesto nacional fue siempre mínimo (5% promedio, lejos del 25% recomendado por la Unesco). Y el estado de las escuelas públicas fue deplorable, igual que ahora, siendo los docentes junto con los padres quienes las pintan, las arreglan y compran los vidrios.
El nivel educativo y la escuela pública cayeron en picada en la era K mientras avanzaron la privatización y los ataques a los salarios y a los derechos de los docentes. Nada para rescatar.
CFK y el derecho al aborto
La actual senadora -que apoyó la media sanción del aborto legal diciendo que la convencieron “las miles y miles de chicas que se volcaron a las calles”- negó ese derecho fundamental para las mujeres cuando fue gobierno.
Cristina dice que “amplió los derechos”. Pero no puede explicar por qué, teniendo amplia mayoría en ambas Cámaras, nunca aprobó la ley que presentó la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito en cinco oportunidades durante su gobierno. ¿Cuántas muertes se hubieran evitado en caso de haber existido el aborto legal?