La Iglesia, el peronismo y el gobierno

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La Iglesia el peronismo y el gobiernoEscribe Juan Carlos Giordano Diputado electo Izquierda Socialista/FIT

 glesia Católica el sábado pasado en Luján a pedido de Pignanelli del Smata y los Moyano, en la que estuvieron presentes referentes peronistas como Solá, Scioli y hasta Guillermo Moreno, abrió la polémica: “si el Papa estaba al tanto o no”, o “si todos los curas están de acuerdo con esa misa”. Ningún analista fue al hueso del problema, sobre el papel nefasto de la Iglesia en la vida sindical, social y política del país.


Sabemos que la cúpula eclesiástica tiene un profundo olfato para acomodarse con todos los gobiernos. Simula que “se preocupa por los pobres”, mientras sigue gozando de los privilegios, como los sueldazos que se les pagan a los obispos, arzobispos y curas, además de las tierras y bancos que posee y exenciones impositivas de las que gozan. Por eso nunca se separó a la Iglesia del Estado, ni con el gobierno kirchnerista, ni ahora con Macri.
Parte de la dirección de la Iglesia argentina, viendo que Macri está en picada, apoya al peronismo y a la burocracia sindical. Uno de los obispos palmeó a Pablo Moyano, acusado de corrupción. Todos los políticos y burócratas peronistas que estuvieron en la misa deberían responder por qué se recuestan en una Iglesia que fue la punta de lanza del golpe gorila del ´55 y bendijo a los genocidas de la última dictadura de Videla y Martínez de Hoz.
La Iglesia no sólo apoya al PJ y a la burocracia peronista, sino que tiene lazos profundos con el gobierno de Macri. Cambiemos tiene estrecha relación con gran parte de la Conferencia Episcopal, “con el foco en la asistencia social para contener la conflictividad en estos meses de crisis y recesión” y en los preparativos para que no haya desmadres en las movilizaciones cuando el gobierno reciba al G-20 a fines de noviembre (Clarín, 23/10). En el mismo sentido se explican las reuniones de la gobernadora Vidal y la ministra Stanley con el Papa, y recientemente con obispos y representantes de otros cultos para “reforzar la asistencia social”.
Es bueno recordar que estos curas son los que, junto a los evangélicos, se unieron con los “provida”, tanto del gobierno como de la oposición del peronismo, para evitar el aborto legal. Hubo una solicitada de Moyano, Menem y la CGT (entre otros peronistas) repudiando ese derecho fundamental de las mujeres. Ahora son los evangélicos quienes empujan la cruzada contra la educación sexual integral.
La Iglesia juega un papel de contención social, de bombero de las luchas, llamando a la “paz social”. Es la misma institución que llamaba a la “reconciliación” con los genocidas. Se lleva bien con todos los gobiernos (salvo críticas puntuales) para seguir gozando de sus privilegios y salvar a este capitalismo semicolonial para que sigan el ajuste (eso sí ¡no tan salvaje!) y los pagos de la deuda “con contenido social”.
Repudiamos a esta cúpula de una Iglesia retrógrada y capitalista, al gobierno y a los políticos patronales del peronismo y la burocracia sindical que pactan con los curas. Llamamos a redoblar la lucha para derrotar el ajuste ahora y por todos los derechos de las mujeres, como el aborto legal, y la inmediata separación de la Iglesia del Estado.