Grabois encabeza el Frente Patria Grande: El engaño del “frente antineoliberal” de Grabois
Escribe Gabriel Massa
Juan Grabois, dirigente de la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP), estrechamente vinculado al Papa Francisco, encabezó el 27 de octubre en Mar del Plata el lanzamiento del Frente Patria Grande, que tiene como objetivo enfrentar el “neoliberalismo”, derrotando a Macri en las elecciones de 2019. Para ello llama a constituir una amplia alianza encabezada por la candidatura presidencial de Cristina Kirchner pero, “sin corruptos”, junto con otros políticos patronales del peronismo. ¿Esto es una salida para los trabajadores, las mujeres y la juventud?
La idea de un frente “contra el neoliberalismo” para enfrentar a Macri puede resultar atractiva a muchos compañeros. Pero veamos en concreto lo que significa esta propuesta de Grabois.
Para llevar adelante la lucha “contra el neoliberalismo”, Grabois propone una amplia alianza con todos los que quieran enfrentar a Macri, incluyendo al gobernador de Salta, Juan Manuel Urtubey, el jefe de la bancada peronista en el Senado, Miguel Ángel Pichetto, Sergio Massa con su Frente Renovador, el ex gobernador de Buenos Aires Felipe Solá, etcétera. Los diputados y senadores que responden a estos políticos peronistas le han votado más de doscientas leyes a Macri, incluyendo, en el caso de muchos de ellos, la reforma de las jubilaciones y el presupuesto 2019 del FMI.
El peronismo, de donde provienen todos los dirigentes que entrarían en la alianza antineoliberal que propone Grabois, tiene el triste “honor” de ser quien impuso la política “neoliberal” en la Argentina en la década de 1990 con Menem a la cabeza, con privatizaciones, despidos masivos y un endeudamiento feroz.
No podemos olvidarnos que Néstor y Cristina Kirchner fueron puntales de esas políticas neoliberales en los “90 desde la gobernación de Santa Cruz, siendo los abanderados de la privatización de YPF y la entrega del petróleo y la minería a las multinacionales. Política que continuó bajo los gobiernos de Néstor y Cristina con los acuerdos con la Barrick Gold y el pacto secreto con Chevron por Vaca Muerta, mantenido y profundizado hoy por Macri.
En debate con Grabois decimos: el problema de fondo es el capitalismo, en su versión “neoliberal” o en su versión de gobiernos “progresistas” de doble discurso que terminan gobernando para los de arriba. Basta ver el desastre que han hecho en Brasil los gobiernos del PT de Lula y Dilma, Maduro y el chavismo en Venezuela, o el kirchnerismo, dejando 30% de pobres y 40% de trabajadores en negro en la Argentina.
¿Cristina sin corruptos?
La propuesta de “Cristina sin corruptos” puede despertar simpatía. A Grabois le valió una durísima crítica de la propia ex presidenta, La Cámpora y Julio De Vido, que desde la cárcel lo acusó de “ortiva” del gobierno. No es casualidad que Cristina y los suyos reaccionen así.
El kirchnerismo, con la ex presidenta a la cabeza, está metido en el barro de la corrupción. Hasta Grabois lo reconoce.
“El kirchnerismo sin corruptos” no existe. No hay ningún partido ni gobierno patronal capitalista que esté libre de corrupción. Pensemos tan sólo en los negociados con los ferrocarriles encabezados por Cristina y De Vido que terminaron en la masacre de Once, los Panama Papers de Macri o la tremenda corrupción capitalista en Brasil por los contratos entre Lula y Odebrecht. Así es el capitalismo y sus gobiernos en todo el mundo.
Lo que hace Grabois con su propuesta es difundir la falsa y reaccionaria ilusión de que puede haber un capitalismo “bueno”, sin corrupción, cuando la versión que propone es la utopía de “un capitalismo más humano” al servicio de seguir gobernando para las multinacionales, los bancos y los pagos de la deuda, sin que esto toque la estructura semicolonial del país.
Una salida obrera a la crisis
Grabois -que además sigue la política reaccionaria del Papa contra el aborto (ver nota en esta página)-, se apoya en la CTEP y sus cientos de activistas para impulsar el proyecto de una amplia alianza electoral peronista que inevitablemente, si llega al gobierno, será otra experiencia frustrante de ajuste, corrupción y entrega.
El kirchnerismo dice que en caso de ser gobierno no anulará el pacto con el FMI, renegociará la deuda y la seguirá pagando. Tampoco dice que hay que terminar con las privatizaciones, ni que hay que nacionalizar la banca y el comercio exterior, ni nacionalizar el petróleo y el gas. ¿Cómo va a haber entonces salario, trabajo, independencia nacional y combate a las corporaciones? Imposible.
Lo que necesitamos los trabajadores y el pueblo es una salida opuesta al capitalismo. Que gobiernen los trabajadores y la izquierda. Con un plan económico alternativo para sacar a millones de la pobreza. Para esto necesitamos la unidad, pero de la izquierda y de los trabajadores, no la “unidad del peronismo”. Por eso llamamos a fortalecer la construcción del Frente de Izquierda como alternativa política que pelee por las transformaciones de fondo que los trabajadores, las mujeres y la juventud necesitan.