¿Quiénes son los terroristas?
El gobierno está simulando un enemigo interno para justificar la represión, encubrir el ajuste y cubrir las espaldas con armamento sofisticado y un gasto colosal a los capitostes imperialistas que vienen al G20. Se vale de la explosión con una bomba casera en el cementerio de la Recoleta de un grupo marginal, supuestamente anarquista, para hacer campaña contra “terroristas y fundamentalistas de Hezbollah”. Lo mismo dice del pueblo mapuche, cuando los atentados son propios de los servicios de inteligencia.
El gobierno hizo lo mismo en la marcha contra el presupuesto. Culpó a cuatro extranjeros de los incidentes (algunos ni habían participado de la marcha) para encubrir el brutal ajuste que estaban votando en el Congreso por orden del FMI y embestir contra los inmigrantes o extranjeros al mejor estilo Trump y Bolsonaro.
Allanaron un gimnasio en plena Capital secuestrando armas viejas (Mauser de 1931) de una familia de cuarta generación musulmana que vive aquí. “Somos musulmanes, no terroristas”, dicen. Pruebas falsas y detenciones indiscriminadas que repudiamos. A tal punto es la campaña que la ministra Bullrich les ha dicho a los millones de vecinos que viven en la ciudad que “se vayan” los días de la cumbre.
Pero los 6.000 “extranjeros” que vienen al G20 son los verdaderos responsables de nuestros males. Los verdaderos terroristas. Son los jefes de las potencias explotadoras con sus servicios de inteligencia y aparato represivo. ¡Y vaya si vienen con armas sofisticadas! La dictadura capitalista china aportó carros blindados, se compraron lanchas artilladas a Israel, aviones y helicópteros a Francia e Italia y Estados Unidos aportó lo suyo, entre carros de asalto, explosivos y radares. Actuarán coordinadamente organismos de inteligencia imperialistas, de Interpol y locales. ¿Para combatir a estos verdaderos delincuentes y narcotraficantes? No. Para prevenir un supuesto terrorismo y la protesta callejera.
Las acciones aisladas y desesperadas de distintos grupos no sirven para enfrentar el ajuste ni al gobierno. Al contrario, le sirven de excusa para reprimir y fortalecer el aparato represivo. Solo una gran acción de masas podrá con ello y la construcción de una alternativa política obrera y socialista. Pero no le damos un gramo de autoridad a este gobierno represor y proimperialista de usar estos hechos para avanzar con la entrega del país e ir contra las luchas obreras y populares.
Atilio Salusso