Polémica con el PTS y las elecciones de ATEN: Un debate sobre la unidad de la izquierda
Escribe Guillermo Sánchez Porta
Hace una semana se realizaron elecciones en ATEN, el sindicato docente de Neuquén. El gran impacto fue la derrota de la Multicolor, encabezada por Angélica Lagunas, a manos de la lista de la burocracia kirchnerista. De esta forma los luchadores de izquierda perdieron ATEN Capital. Esto se produjo por la división que provocó la lista Bermellón, impulsada por el PTS. Sumadas las dos listas habrían triunfado. Esto abre no sólo un debate sindical, sino también político, sobre la izquierda, el FIT y las políticas de sus integrantes respecto de la unidad.
En estas elecciones en la seccional Capital, la burocracia (TEP-kirchnerismo) logró 1.320 votos, la Multicolor (Fucsia-Izquierda Socialista, Tribuna Docente-PO; Púrpura-POR; Índigo-PSTU, Alternativa Docente-MST y Turquesa) cosechó 971 y la Bermellón (PTS y aliados) 739.
ATEN Capital era una conquista del sindicalismo combativo. La directiva de ATEN Capital reflejaba la unidad de los partidos de izquierda que integramos el FIT (Izquierda Socialista, PO, PTS), de otros sectores de izquierda (MST) y antiburocráticos no partidarios, como la Rosa de Pillado, o la Ambar de Obregón, entre otros. Fue esa conducción la que logró derrotar la política de ajuste de Macri y Gutiérrez en Neuquén, logrando un aumento en blanco con cláusula gatillo trimestral y la devolución de los días de paro, entre otras cuestiones. Fue la que derrotó a la burocracia kirchnerista provincial del TEP, que quiso aceptar una propuesta miserable, en el marco del ajuste. El triunfo de los docentes neuquinos fortaleció en todo el país a los que reivindicamos la unidad de la izquierda, de los que luchan; demostró que era posible derrotar el techo salarial y superar a las burocracias. Fortaleció a la izquierda, porque mostró que una conducción encabezada por la izquierda sirve para la lucha y para ganar.
Lamentablemente los dirigentes del PTS, 48 horas antes de cerrar la inscripción de las listas, decidieron romper la directiva unitaria y presentar la lista Bermellón, junto a la Rosa, la Ambar y el Nuevo MAS. Argumentar que la culpa fue por la cerrazón en cargos de la Multicolor es falso. Ya que se les estaban otorgando más cargos que los que poseían en la actual directiva. El resultado fue, como era previsible, que la burocracia del TEP se fortaleció, ganó tranquilamente ATEN provincial y recuperó ATEN Capital y otras seccionales multicolores.
Dividir en ATEN no fue una excepción para el PTS
Lamentablemente dividir al sindicalismo combativo, antiburocrático y a la izquierda se ha convertido en toda una política para el PTS. Lo de ATEN no es excepcional. Y este balance es muy importante para toda la vanguardia combativa sindical, juvenil o del movimiento de mujeres. No es la primera vez que ocurre esto por parte del PTS.
Meses atrás se negaron a sumarse al Plenario del Sindicalismo Combativo (PSC) de Lanús. El 23 de junio, a dos días del paro nacional del 25, se reunieron decenas de directivas e internas, miles de delegados y luchadores buscando la unidad y coordinación. Fue el evento antiburocrático más representativo en años. De allí salió una mesa coordinadora nacional. Contradiciendo todo su discurso unitario, la dirección del PTS boicoteó esa enorme convocatoria. Equivocadamente planteó que en él se invitaba a “sectores burocráticos” para formar una nueva dirección sindical. La realidad fue que a ese plenario ni se convocó ni tampoco asistió ningún sector burocrático, desmintiendo al PTS. En nombre de una supuesta “pureza clasista” el PTS dividió a la izquierda en Lanús. Pero la mayor contradicción del PTS en ATEN Capital es que juntos estuvimos conduciendo la directiva con sectores que no son de izquierda, ni clasistas, como las agrupaciones Rosa y Ambar. Nosotros sí reivindicamos esas unidades con sectores antigubernamentales y anti burocráticos para luchar. El PTS, que divide la unidad del PSC de Lanús con el falso argumento de que no todos son “clasistas”, sin embargo no dudó en dividir la directiva de ATEN y enfrentar a los sectores de la izquierda, aliándose para eso a los sectores “antiizquierda”, Rosa y Ambar, que ellos dicen rechazar, desnudando sus mentirosos argumentos. En realidad, el PTS habla de unidad de la izquierda pero predominan en su política el sectarismo y la autoproclamación. También hizo lo mismo en ferroviarios, junto al PO y el MST, presentando una lista opositora a la Bordó del Pollo Sobrero, la que acusaba de “burócrata adaptado a la Verde de Pedraza”. Es parte de una política divisionista del PTS, no son meros hechos casuales.
El divisionismo perjudica a la izquierda
Todos los activistas queremos mayor unidad para la lucha y para presentar una alternativa de izquierda al gobierno de Cambiemos y las variantes peronistas. No alcanza con “declamarla”, sino que hay que practicarla y profundizarla. El divisionismo del PTS atacando en los sindicatos a las nuevas conducciones antiburocráticas, conducidas por la izquierda, va en contra de esa unidad.
El retroceso y la división de la izquierda en los gremios es utilizado por los enemigos de la izquierda y de los trabajadores, las burocracias, el peronismo, el kirchnerismo, que nos enrostran que “fuimos divididos, que perdimos, que no podemos siquiera sostener un sindicato”, etcétera. En vez de fortalecer a la izquierda y su unidad, desmoraliza a los luchadores y jóvenes. Por eso es tan importante este debate.
Mientras tenía esa política divisionista, la dirección del PTS lanzaba una campaña llamando a conformar “un partido único de la izquierda”. Lógicamente este tipo de propuestas cae bien entre los luchadores que anhelan la unidad de la izquierda. Pero el PTS debe explicar la contradicción entre este mensaje y su práctica. Desde Izquierda Socialista hemos respondido que siempre estamos abiertos a discutir la posibilidad de unificarnos en un solo partido revolucionario. Somos parte de una corriente socialista, que fundó nuestro maestro Nahuel Moreno, que viene proponiendo aquí y en todo el mundo “unir a los revolucionarios” sobre la base de un programa mínimo revolucionario. Y, así como impulsamos siempre el Frente de Izquierda hasta lograrlo en 2011, también estamos abiertos a debatir la posibilidad de avanzar hacia un partido único socialista revolucionario. Pero sabemos que no es fácil, justamente por las diferencias programáticas y de métodos que existen en la izquierda. Y en especial con el PTS.
Dividir a la izquierda en el movimiento obrero y permitir que la burocracia retome sindicatos recuperados a la democracia y la lucha es un crimen político que no ayuda a pensar en la posibilidad cercana de un partido común con el PTS y el resto de la izquierda.
Ante este argumento algunos dirigentes del PTS responden que “esos son detalles gremiales, tácticos, menores. Lo importante es la unidad política estratégica”. De esta forma quieren eludir el debate real de la unidad de la izquierda y tapar su sectarismo. Para Izquierda Socialista la unidad de la izquierda no es algo para proclamarla en un discurso para “quedar bien”. Es para llevarla adelante y defenderla. Dividir a la izquierda y a los luchadores antiburocráticos ante el gobierno y la burocracia sindical y llevar a derrotas como en ATEN, va contra el programa y la estrategia de los que quieren un cambio de fondo. Por eso este accionar divisionista debe ser parte del debate sobre la unidad de la izquierda, del FIT y del sindicalismo combativo.