¿Cristina defendió los derechos humanos?
La sola pregunta divide aguas. El gobierno anterior y los organismos de derechos humanos afines a él dicen que sí. Desde la izquierda, junto al Encuentro Memoria, Verdad y Justicia (EMVyJ), decimos que no.
Comprendemos que ante el gobierno represor de Macri o las barbaridades de los gobiernos anteriores sobre el tema (Obediencia Debida, indultos, asesinatos de luchadores como Carlos Fuentealba) el kirchnerismo aparezca como “algo distinto”. Pero durante los doce años de su gobierno se demostró que, más allá de su doble discurso, se violaron los derechos humanos.
Con el respeto que nos mereció Hebe de Bonafini durante décadas de lucha contra la dictadura, ante la asunción de Néstor Kirchner dijo “el enemigo ya no está en la Casa Rosada”. Con esto archivó las marchas de la resistencia y empezó a apoyar al gobierno kirchnerista. Lo mismo hizo Estela de Carlotto. En cambio, el EMVyJ mantuvo su independencia, ganándose el respeto y la autoridad por denunciar cada uno de los hechos aberrantes que se dieron durante el gobierno anterior.
El kirchnerismo se quiso apropiar de la bandera histórica de lucha por los derechos humanos. Hasta quiso simular que la nulidad de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final fue obra suya, no de la heroica lucha de varias generaciones que la impusieron en el Congreso a través de un proyecto que había presentado la izquierda.
El gobierno kirchnerista que simbólicamente descolgó el cuadro del genocida Videla fue el que luego terminó encumbrando al represor César Milani, el primer jefe del Ejército que venía del escalafón Inteligencia. Esto fue para empalmar con el famoso Proyecto X de la Gendarmería, comandada por Berni y la ex ministra Garré, un plan para espiar y reprimir las luchas obreras y populares.
En el medio de esto la desaparición de Julio López fue emblemática. El testigo más importante en la causa Etchecolatz fue desaparecido cuando iba a ir a declarar y nunca más se supo de él. Aníbal Fernández dijo en su momento que podría estar “extraviado” o “con su tía tomando mate”, todo para encubrir un aparato represivo intacto que nunca se desmanteló.
A poco de asumir, con el 54% de los votos, lo primero que mandó a hacer votar Cristina Kirchner fue la Ley Antiterrorista, impuesta por el imperialismo, para simular que se combatía “al terrorismo” cuando se terminó aplicando contra luchadores antimineros o periodistas opositores.
Tampoco podemos olvidar que el kirchnerismo siempre se negó a aprobar la ley de desprocesamiento de los más de 6.000 luchadores sociales, criminalizó la protesta social, persiguió a los petroleros de Las Heras en lucha contra el impuesto a las ganancias, tildó a los docentes de “vagos” por su lucha en defensa de la educación pública, calificó a los paros generales como “de derecha” y metió preso al Pollo Sobrero acusándolo falsamente de “quemar trenes” para perseguir a los luchadores y como una manera de “compensar” el encarcelamiento del burócrata José Pedraza, de la Unión Ferroviaria, sentenciado por ser el autor intelectual del cobarde asesinato de Mariano Ferreyra.
Y si hablamos de dictadura, debemos recordar la deuda externa que se implementó con 30.000 desaparecidos y el kirchnerismo pagó. Luego de que el Argentinazo impuso el no pago, el kirchnerismo lo reanudó, pagando 200.000 millones de dólares al contado con el verso de que nos estábamos “desendeudando”, cuando lo cierto es que quedó otra cifra similar como parte de una deuda ilegítima, fraudulenta y usurera que venía de la época de Videla y Martínez de Hoz.
Ahora Cristina montó la trampa de la “unidad con los pañuelos celestes” dándole la espalda a miles de mujeres y jóvenes que se movilizan por el derecho al aborto. Un pacto con la misma iglesia retrógrada que bendecía las torturas e impidió junto a los diputados y senadores patronales que el aborto seguro y gratuito sea ley.
Desde hace muchos años el peronismo kirchnerista ha dividido las marchas unitarias de cada 24 de marzo. Por eso hay dos marchas, una que llama a seguir luchando contra la impunidad de ayer y de hoy bajo todos los gobiernos convocada por el Encuentro Memoria, Verdad y Justicia que reúne a más de trescientas organizaciones políticas y sociales, y la otra, la que quiere seguir encubriendo lo que ocurrió con el gobierno anterior. Este 24 vení con las columnas del EMVyJ y la izquierda. J.C.G.