El escándalo de la leche
La historia ya tiene varias semanas. En el listado anterior de precios cuidados solo figuraba una leche, y de segunda marca. Se trataba de La Armonía, producida por Mastellone, el grupo monopólico del sector. Aparecía con un precio de 25,47 pesos, pero era imposible encontrarla. Mastellone la había hecho “desaparecer” de las góndolas, mientras presentaba todas las variedades de su primera marca, La Serenísima, con valores de 45 pesos de piso y en muchos casos arriba de los 50.
Ahora, en el listado de los 64 productos “congelados” aparece una nueva leche de La Serenísima, La Martona, de tercera calidad, a un precio de 35,80. ¡De un plumazo subieron la leche 40%, y encima cambiándola por una de peor calidad!
La cadena de la leche es una muestra del escándalo de la formación monopólica de precios: compran la leche a los tambos a 10,66, priorizan lo que más le rinde (la exportación, la producción de quesos o las leches más caras) y luego, si sobra algo, recién abastecen los productos con precios populares.
Esta es la explicación de por qué la Argentina, un país con una importante industria láctea, hoy tiene un litro de leche entre los más caros del mundo, superior a Chile donde (haciendo la conversión del tipo de cambio) cuesta 39,68, Brasil (27,03), Uruguay (33,75), e incluso Francia (32,83), Italia (33,81), España (26,95) y los propios Estados Unidos (32,14) (datos de Iprofesional). En el país de las vacas los hijos de la clase trabajadora cada día tienen menos acceso a algo tan básico como la leche.