Convención de la UCR: ¿El radicalismo se va de Cambiemos?
Escribe José Castillo
Seamos claros, ya hace muchísimos años que la Unión Cívica Radical dejó de generar alguna expectativa como partido para alguna franja popular. Para la inmensa mayoría del pueblo trabajador es el partido de De la Rúa, que tuvo que huir en helicóptero por el Argentinazo. Para los más memoriosos, es el partido de Alfonsín y la hiperinflación.
Pero la UCR, como partido “histórico” de nuestro país, tiene un despliegue territorial nacional, con punteros en todas las provincias e intendentes en muchísimos pueblos, que fue lo que le permitió a Cambiemos convertirse en una coalición electoral nacional allá por 2015 y de esa forma disputar y finalmente ganar, aquellas elecciones.
Hoy el radicalismo observa el panorama y ve el derrumbe del gobierno. Por eso, fiel a su juego de políticos profesionales “rosqueros”, trata de sacar provecho propio, logrando mejores lugares en las listas. Este es el fondo de la cuestión.
Es cierto que el radicalismo hoy está partido en tres sectores: un núcleo, hoy minoritario, agrupado alrededor de Gerardo Morales (gobernador de Jujuy) y Daniel Salvador (vicegobernador de Buenos Aires),que se mantiene a rajatabla apoyando como sea al gobierno de Macri. En el otro extremo, el sector de Alfonsín y Federico Storani plantea que hay que irse y negociar lugares en una eventual lista de Roberto Lavagna. En el medio, el espacio que aparece en primera instancia como mayoritario, representado por el propio Cornejo o por operadores como Coti Nosiglia, quieren aprovecharse de la debilidad de Cambiemos y por eso hacen declaraciones afirmando que “Macri no va más, pongan a Vidal”, pensando que esa es la forma de “apretar” al gobierno para conseguir mejores ubicaciones en las negociaciones de cargos en Cambiemos.
¿Qué pasará finalmente? No lo sabemos. Aunque podemos adelantarlo, ya que se trata de los radicales. Probablemente la rosca interna los lleve, como ya anticipó en el programa Animales sueltos Federico Storani, a terminar su convención con una declaración que “los contenga a todos”. O sea que no diga nada. De ahí en adelante se acomodarán como mejor les convenga para tratar de seguir sobreviviendo como políticos patronales decadentes de un partido decadente. Todo este sainete no es más que otra expresión patética de la crisis que hoy recorre al gobierno de Macri y a Cambiemos.