Macri es ajuste hoy y mañana
“Estamos listos para continuar cuatro años más” dijo el presidente Macri en un acto de campaña. Si ello llegara a pasar será un período de mayores ajustes y miseria para los trabajadores. Claro que no sería distinto con Alberto Fernández: ambos plantean seguir con el FMI. Sólo el FIT Unidad plantea una salida diferente.
Escribe José Castillo, candidato a diputado nacional por la Ciudad de Buenos Aires
“Este es un año bisagra para ir hacia el futuro o volver al pasado”, dijo Macri en el reportaje que le realizó la cadena norteamericana CNN. Que se trata de una elección importante, no cabe ninguna duda. Pero mucho antes de “ir hacia el futuro”, tenemos que preguntarnos sobre “el presente” que nos deja el gobierno de Cambiemos. La inflación ya lleva acumulada en estos tres años y medio un 200% y los trabajadores hemos perdido en promedio un 30% del poder adquisitivo de nuestro salario (lo mismo ha sucedido con las jubilaciones). Las tarifas de servicios públicos han crecido más de 2.000%. El desempleo “oficial” trepa a más de 10% y, si sumamos el subempleo estamos cerca del 25%. La pobreza ha crecido hasta el 35% (con más del 50% de niños en esa situación). La educación, la salud pública y el sistema de Ciencia y Técnica están en situación terminal.
Macri juega con el “pasado”, buscando traer a la memoria aquellas políticas kirchneristas que hizo que una porción de la clase trabajadora, equivocadamente, votara por Cambiemos en 2015 y 2017. Por supuesto que esos hechos existieron: la intervención del Indec y la “desaparición” de los índices de pobreza e inflación, el impuesto al salario, la corrupción que llevó a desastres como la masacre evitable de Once y un largo etcétera. Nosotros le agregamos particularmente la mentira de que “nos habíamos desendeudado” cuando el gobierno kirchnerista fue “pagador serial” de 200.000 millones de dólares durante su gestión.
Pero lo que no dice Macri es que, en comparación a ese “pasado”, su gobierno profundizó el ajuste contra el pueblo trabajador.Es salvajemente hambreador y entreguista como ninguno. Generando una nueva deuda de casi 200.000 millones de dólares, que sumada a la que dejaron Néstor y Cristina hace que el monto total supere los 400.000, de los cuáles 150.000 son de vencimiento inmediato. Y terminó llevándonos a un nuevo plan de ajuste con el FMI donde se nos exige un ajuste de características feroces.
¿A qué “futuro” se refiere Macri?
Empecemos por lo que no dice. Debido a la bronca popular y a la necesidad de no acrecentarla en medio de la campaña electoral, a partir de abril pasado se suspendieron los aumentos de tarifas. Pero, ¡atención! no se eliminaron, sino que simplemente se “corrieron” para después de las elecciones. Por lo que, a fin de año, volverán y con todo, los tarifazos en la luz, el gas y los demás servicios. Por otra parte, los famosos “precios esenciales” también tienen fecha de vencimiento al final de las elecciones. Las grandes empresas que monopolizan la producción de los bienes que componen la canasta familiar, junto con las cadenas de hipermercados, ya avisaron que el acuerdo de precios era “hasta fin de octubre”. Por lo que ya se están preparando para dar un nuevo zarpazo al bolsillo trabajador.
Ahora vamos a lo que “sí dicen” los propios candidatos de Juntos por el Cambio. El ministro de Hacienda Nicolás Dujovne y el presidente del Banco Central Guido Sandleris ya se lo han prometido al establishment empresario local e internacional: si llegan a ganar inmediatamente pondrán en marcha la reforma laboral (léase flexibilización y vía libre para la máxima superexplotación de los trabajadores) y la reforma previsional (reventar las jubilaciones presentes y futuras). El propio candidato a vicepresidente Miguel Ángel Pichetto se comprometió inclusive a promoverlo en el Congreso antes de fin de año.
¿El problema es sólo Macri?
El “apuro” por implementar estas medidas tiene que ver con la presión de las propias patronales, pero también con que es parte de las exigencias del Fondo Monetario Internacional para renegociar el actual acuerdo y transformarlo en uno a más largo plazo, denominado “de facilidades extendidas”.
Pero el futuro que nos espera con un nuevo gobierno de Macri no termina allí. Como han garantizado el pago puntual de todos los vencimientos de deuda externa, ello requerirá un ajuste aún más feroz que el actual.
Como vemos, Macri es sólo el brazo ejecutor más directo de las exigencias del Fondo Monetario Internacional y de los acreedores externos del país. Por lo que el problema que tenemos los trabajadores no es sólo “sacarnos de encima a Macri”, sino también al propio FMI y su plan de ajuste. Y, por supuesto, terminar con la espada de Damocles que hipoteca toda nuestra riqueza: los pagos astronómicos de deuda externa.
Acordamos con lo que ya es un clamor del pueblo trabajador: No queremos seguir con las políticas de ajuste, hambre, desocupación y miseria. Pero advertimos: lo mismo sucederá si seguimos con el FMI, aunque otro sea el presidente. Y Alberto Fernández ya ha dicho que no piensa romper con este acuerdo, ni mucho menos, suspender los pagos a los acreedores. Por eso insistimos: la única salida para el pueblo trabajador pasa por romper el acuerdo con el Fondo, dejar de pagar la deuda externa y poner todos esos recursos al servicio de resolver las más urgentes necesidades de trabajo, salario, educación, salud y vivienda. Sólo el Frente de Izquierda-Unidad levanta este planteo. Por eso llamamos a votarlo y fortalecerlo.