El FIT Unidad contra la depredación ambiental capitalista
Las elecciones también son una oportunidad para pronunciarse contra los partidos patronales que vienen gobernando abriendo paso al saqueo y la contaminación en nuestro país. ¿Qué propone la izquierda?
Escribe Nicolás Núñez, candidato a legislador porteño
“2050: un estudio apocalíptico puso una nueva fecha límite para la humanidad”, tituló hace poco un portal de noticias, dando cuenta de los resultados de una investigación realizada por el Consejo de Investigación Australiano. Estos informes se publican cotidianamente sin recibir ninguna respuesta por parte de los gobiernos. En 2018 la emisión de CO2 aumentó por segundo año consecutivo, y volvió a cifrar como inalcanzable la reducción de un 45% de las emisiones para el 2030, que el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático definió como medida necesaria para evitar el umbral crítico de un aumento global de 1.5 grados. Para los gobiernos capitalistas no importa que el calentamiento global ponga a la civilización entera frente al precipicio, lo primero son las ganancias de las multinacionales.
¿Y en casa cómo andamos?
Partamos de que según la Fundación Ambiente y Recursos Naturales en el presupuesto nacional del 2019 aprobado por macristas y massistas, las partidas relacionadas con el cuidado ambiental representan el 0,3% del gasto presupuestado, mientras que el gasto en actividades que inciden de forma directa contra el ambiente representan el 5,6%. Por cada peso que se destina a preservar el ambiente se gastan 19 en degradarlo.
Pero la cosa no se queda ahí, porque las potencias económicas usan países como el nuestro de basurero de las tecnologías productivas que tienen fuertes cuestionamientos e incluso llegan a ser ilegales en esos países. Así los gobiernos peronistas, desde Menem hasta el kirchnerismo, fueron quienes abrieron la puerta de par en par a los agrotóxicos y la megaminería, respectivamente. Monsanto y Barrick Gold, cada uno en su rubro, han sido vanguardia del saqueo y la destrucción de la naturaleza en nuestro país, y los gobiernos peronistas fueron sus mejores abogados.
El fracking, además, fue incorporado al menú contaminante con Vaca Muerta como estandarte de kirchneristas, macristas y el MPN local. Incluso, al servicio de esa explotación de petróleo no convencional se impuso una reforma laboral en acuerdo con la burocracia sindical peronista. Y Alberto Fernández tiene en su plataforma como una de sus propuestas centrales de campaña profundizar esa reforma laboral y establecer un “régimen de excepción” para las multinacionales que exploten Vaca Muerta. El recientemente incorporado al kirchnerismo, Pino Solanas, va a tener que guardar bajo siete llaves sus películas ambientalistas de los últimos tiempos.
Frente a todo esto el Frente de Izquierda Unidad tiene la autoridad de haber estado presente acompañando las luchas contra la contaminación y el saqueo en todo el país. Somos la fuerza política que a nivel nacional representa una alternativa contra la depredación ambiental de las multinacionales. Levantamos “Fuera Monsanto” junto a los pueblos fumigados del país. Y decimos “basta de megaminería” porque no queremos más ríos contaminados con desechos.
Defendemos un plan económico alternativo al servicio y bajo control de los trabajadores y el pueblo en el que la producción de alimentos y la extracción de recursos naturales se realice en estricta supervisión de los correspondientes institutos científicos estatales del país y las comunidades involucradas. Podemos levantar este programa porque a diferencia de Macri y Fernández, no nos financian el lobby de las megamineras y Monsanto. Solo un gobierno de los trabajadores y la izquierda puede poner en pie una rediscusión del sistema productivo nacional, y así abrir la perspectiva de pelear a nivel mundial por ponerle un freno a la barbarie a la cual nos lleva el capitalismo destruyendo el ambiente y los recursos naturales.