Nuestra posición frente a la ley de emergencia alimentaria: La única abstención en el Congreso
Escribe Claudio Funes
Nuestra diputada Mónica Schlotthauer denunció en la sesión que trató la ley de emergencia alimentaria que “con esta ley no comenzó el combate contra el hambre y la pobreza, sino que empezó la campaña electoral del peronismo y de Macri”.
A medida que desarrollaba su intervención, quedaba expuesta la maniobra cuando reveló la miseria que se destinaría a comedores y merenderos, comparada con lo que se paga por deuda externa: “¿Qué se puede hacer con 15 pesos más para mejorar la alimentación y nutrición?”, se preguntó.
Desde Izquierda Socialista en el Frente de Izquierda-Unidad nos abstuvimos de votar la ley para no ser cómplices de esta nueva mentira electoral. Propusimos medidas para combatir de verdad el hambre y la pobreza. Dijimos ¡Queremos más plata para comida, no para la deuda! Y exigimos que se declare la emergencia social, alimentaria, salarial, jubilatoria y laboral.
Macri, el peronismo, la CGT, la Iglesia Católica y los movimientos sociales ligados a ella, llegaron a un acuerdo para votar la emergencia alimentaria, una “ley migaja” al servicio de aquietar los reclamos sociales y continuar garantizando la “paz social” y la “gobernabilidad del hambre”.
Son tan insignificantes las partidas destinadas a esta ley que Cambiemos dio quórum y junto con el peronismo la votaron para lavarse la cara. Días después el Senado la sancionó por unanimidad. Ahí no hubo, por supuesto, ni siquiera la voz disonante de la izquierda. Nuevamente todos fueron parte de una nueva estafa al pueblo trabajador.
La abstención de nuestra compañera fue coherente y consecuente con sus críticas y propuestas. Las llevó hasta el final. Mónica Schlotthauer hizo lo que la izquierda debía hacer.