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Para combatir los males capitalistas hace falta implementar un plan económico obrero y popular. Solo la izquierda lo plantea. Para imponer esa salida hay que luchar y votar el próximo 27 de octubre al Frente de Izquierda-Unidad.
1 • Aumento inmediato de salarios y jubilaciones al valor de la canasta familiar
Los salarios han perdido entre un 33 al 55%, según el rubro, desde que asumió Macri. Las jubilaciones directamente están por debajo de la línea de indigencia. El salario mínimo, vital y móvil a pesar del aumento (16.500 pesos) aun estará un 100% por debajo de la canasta de pobreza.
Ningún trabajador y jubilado debe percibir menos de 35.000 pesos, indexados mensualmente de acuerdo a la inflación real, en camino a lograr que una familia tipo llegue a los 48.000 pesos para acceder a los productos y servicios básicos, según denuncian los trabajadores de ATE-Indec. Reapertura de las paritarias. Anulación del impuesto al salario. 82% móvil para los jubilados.
2 • ¡Plata para comida, no para la deuda!
En el país de la carne y el trigo faltan alimentos básicos en comedores y las mesas populares. El Congreso aprobó la “ley alimentaria” destinando solo 4.000 millones de pesos para lo que resta del año en comida, 20 veces menos de lo que se paga mensualmente por los intereses de la deuda.
Unas pocas multinacionales hacen grandes negocios con nuestros alimentos y los monopolios formadores de precios tienen las manos libres para aumentar, sin que se impongan precios máximos ni se castigue a los remarcadores.
3 •Prohibición de despidos y plan de obras públicas para dar trabajo genuino
Creció de nuevo la desocupación, llegando al 10,6%. Hay 5 millones de personas con problemas de empleo mientras la recesión crece, cerrándose centenares de comercios y pequeñas empresas. Hay que terminar de raíz con este mal capitalista. Hay que prohibir por ley los despidos y suspensiones y estatizar toda fábrica que cierra o despida lo haga pasando a manos del Estado para que siga funcionando bajo control y gestión de sus trabajadores. Hay que reincorporar a todos los trabajadores estatales que fueron despedidos en la era Macri; implementar un plan de viviendas populares, construcción de escuelas, hospitales, etcétera, para dar trabajo genuino y repartir las horas de trabajo con igual salario, lo que llevaría a disminuir inmediatamente el flagelo de la desocupación. Mientras eso no ocurra, aumentar la cantidad y monto de los planes sociales y del seguro al desempleo.
4-Anular los tarifazos y reestatizar las privatizadas
Los tarifazos han sido un mazazo contra el pueblo trabajador, pequeños comercios y clubes de barrio. Las compañías que se quedaron con las empresas estatales en los años 90, hoy privatizadas, hacen fortuna y son subsidiadas millonariamente, como las petroleras y gasíferas. Nunca invirtieron un peso y sólo se limitaron a saquear nuestros recursos naturales. Tanto Macri como Fernández idolatran a Vaca Muerta, cuando es la capital de las ganancias capitalistas de multinacionales que se roban nuestro petróleo y el gas, como Chevron.
La luz, el gas, el agua y los recursos naturales no pueden estar al servicio del lucro privado, son un derecho humano esencial. Hay que anular los tarifazos y reestatizar todas las privatizadas bajo control y gestión de trabajadores y usuarios. Nacionalizar el petróleo y el gas con una YPF 100% estatal. Solo de esa manera habrá servicios eficientes y accesibles para millones.
5 • Hay que frenar la fuga de capitales nacionalizando la banca
A los millones de dólares que genera el pueblo trabajador se los llevan las multinacionales, bancos y grandes empresarios al exterior. Se dice que hay fuera del país 400.000 millones de dólares de argentinos. ¿Son trabajadores o jubilados? Por supuesto que no. Son grandes empresas, multinacionales y bancos imperialistas. Para frenar la fuga de capitales hay que nacionalizar el sistema bancario, implementando una banca estatal única que maneje todo el dinero disponible. Eso permitiría, desde cuidar los depósitos y ahorros de trabajadores y jubilados, a destinar créditos baratos para el consumo popular, el acceso a la vivienda, pequeños productores y comerciantes.
6 • No al FMI y al pago de la deuda externa
Por pagar una deuda fraudulenta, Argentina va de mal en peor. El endeudamiento ya supera los 400.000 millones de dólares. En cada pago de deuda se van salarios, jubilaciones, viviendas y hospitales. La plata que “prestó” el Fondo Monetario fue para financiar la fuga de capitales. Por eso el pueblo trabajador no tiene que pagar esa deuda ilegítima y fraudulenta. Renegociar o “reperfilar” la deuda, como decidió el gobierno y comparte Alberto Fernández, es seguir reconociendo un pacto mafioso con el FMI y someter al pueblo trabajador a sus exigencias (reforma laboral y jubilatoria, más tarifazos, etcétera).
Hay que desconocer el acuerdo entreguista con el FMI. ¡Plata para salario, trabajo, comida, salud y educación, no para la deuda! Esa medida, junto con un impuesto especial y progresivo a los ricos, grandes empresarios, especuladores y terratenientes se volcarían enormes fondos para combatir el hambre, la pobreza y el desempleo.