“Reperfilamiento a la uruguaya”: la nueva mentira de Alberto Fernández, La única salida es romper con el FMI y dejar de pagar la deuda
Hace algunas semanas nos vendían el “modelo portugués”. Ahora la “renegociación a la uruguaya”. En ambos casos el Frente de Todos esconde que fue acompañado por brutales ajustes contra el pueblo trabajador.
Escribe José Castillo, Candidato a Diputado Nacional por la Ciudad de Buenos Aires
La novedad la dio Alberto Fernández ante un “auditorio selecto”. Se trató nada más ni nada menos que de su presentación en Córdoba, en la sede de la Fundación Mediterráneo. La misma que fue creada en tiempos de la dictadura por Domingo Cavallo y que en los noventa aportó la mayoría de los cuadros para el plan económico de entrega del menemismo. Alberto Fernández, que en esa época militaba en las filas de Cavallo, no perdió la oportunidad para rendir un sentido homenaje a Carlos Sánchez, el entonces “número dos” del ministro de Economía de Menem.
Pero lo que queremos comentar acá fue el contenido de su discurso: el candidato a presidente por el Frente de Todos dijo lo qué iba a hacer exactamente con la deuda externa. Señaló que su modelo era la “renegociación” que hizo Uruguay en 2003, donde “reperfiló” la deuda (léase logró que los acreedores le “corrieran” un par de años los vencimientos más urgentes) pagando el 100% del capital más los intereses adeudados. Según Fernández, así se podría avanzar con un programa de reactivación de la economía, más empleo y, en el mediano plazo, “pacto social” mediante, que se mejoren los salarios y las jubilaciones.
Lo que no contó Alberto Fernández fue el costo que tuvo que pagar el pueblo uruguayo a cambio de esa renegociación, que por otra parte, exigió el aval del propio FMI. No es cierto que fue indolora. El gobierno del presidente Jorge Battle, del partido Colorado, recibió un furibundo voto castigo dos años más adelante y nunca más volvió al gobierno. Pero además de eso, la comparación tampoco sirve numéricamente: Uruguay debía en esos momentos 11.000 millones de dólares, y la renegociación fue por 5.000 millones. ¡Menos aún que la cuota del préstamo que el FMI se niega a enviarle al gobierno de Macri! Si hasta economistas del establishment insisten en que “el modelo uruguayo” es inaplicable porque igual dejaría un monto de intereses anuales imposibles de pagar.
La deuda argentina es infinitamente más grande: arriba de los 400.000 millones. El año que viene solamente vencen 50.000 millones de dólares, 20.000 aparecen como imposibles de “patear para adelante”. Y, si miramos los próximos tres años, los vencimientos ascienden a 150.000 millones de dólares. ¡Imposible pagarlos sin lanzar sobre los trabajadores un ajuste más brutal que el actual!
Antes de las PASO, Axel Kicillof dijo haber “descubierto” el caso portugués, donde supuestamente se podía redistribuir la riqueza y crecer sin romper con los acreedores externos. Era una vulgar mentira, ya que escondía las bajas salariales, la reforma laboral y jubilatoria y los ajustes de todos los servicios públicos que había soportado el pueblo portugués, hoy con los salarios más bajos de todo el continente europeo. Ahora intentan vendernos un supuesto “milagro” uruguayo que, como vimos, nunca fue tal. Probablemente mañana se les ocurra sacar otro conejo de la galera, tal vez Ucrania. Nos anticipamos, ahí también la renegociación de la deuda implicó más hambre y miseria.
Es que se puede recorrer todo el planeta, y nunca van a encontrar el famoso “modelo” que a la vez que garantiza el pago de la deuda y siga los dictados del FMI, permita algún tipo de redistribución de la riqueza a favor de los trabajadores y el pueblo. Por eso insistimos: ¡No nos mientan más! la disyuntiva es de hierro: si se paga la deuda y se sigue con el Fondo, vamos a más ajuste, salarios y jubilaciones a la baja, más desempleo y peores condiciones para la salud y la educación pública. Y, más temprano que tarde, nos vendrán con la reforma laboral y jubilatoria. Ese es el motivo por el que insistimos que, si bien es verdad que “Macri ya fue”, si votamos a Alberto Fernández quedará lo peor del gobierno anterior: la continuidad del acuerdo con el FMI. Por eso, la única alternativa es la de quienes decimos, sin pelos en la lengua, que hay que romper con el Fondo y dejar de pagar la deuda, para poder utilizar ese dinero en resolver las más urgentes necesidades populares: el Frente de Izquierda Unidad.
¿Qué pasó en Uruguay?
A cambio de reprogramar los vencimientos de deuda externa por solamente 5.000 millones de dólares, el pueblo trabajador uruguayo tuvo que pagar con hambre y miseria. Veamos: se devaluó el peso uruguayo un 100% (de 14 a 28 pesos por dólar), se firmó con el FMI un feroz ajuste fiscal, que implicó pasar de un déficit de 1% a un superávit de 2,3%, con reducciones enormes a las partidas sociales y además se fijó un impuesto de 10% sobre todos los salarios. Esta fue la famosa “renegociación” progresista a la uruguaya. Una vulgar mentira.