Necesitamos más izquierda en el país y en el Congreso
Editorial
La campaña electoral empieza a recorrer sus dos últimas semanas. Macri sigue con sus giras del “Sí, se puede” y se juega a hacer un gran acto en el Obelisco porteño. El Frente de Todos también programa actos para el 17 de octubre. Volvió Cristina de Cuba y retomó las presentaciones de su libro. Se realizó el primer debate de candidatos a presidente, que generó una gran atención, a juzgar por las mediciones del rating televisivo. Y el domingo 13 se hará el segundo debate. Mientras tanto, por más que el gobierno quiera ocultarlo, e incluso mienta en los datos que planteó en el debate, sigue la caída salarial (la inflación de septiembre ya superó, según diversas mediciones, el 6%) y el crecimiento del desempleo: la semana pasada cerró una cementera histórica de Loma Negra en Olavarría y, después de haber cerrado otras dos plantas, ahora Zanella despidió 70 trabajadores en Caseros, por citar sólo dos ejemplos emblemáticos. Y, por si fuera poco, una nueva lluvia torrencial volvió a mostrar un Gran Buenos Aires que se inunda ante la desidia de los gobiernos nacionales, provinciales y municipales.
Pero hubo un hecho que conmocionó a Latinoamérica: el triunfo popular en el Ecuador contra el FMI y el gobierno de Lenin Moreno. El presidente ecuatoriano tuvo que dar marcha atrás con el decreto que implementaba un feroz ajuste dictado por el Fondo Monetario. Lo hizo después de días donde decenas de miles de trabajadores, campesinos, pueblos originarios y estudiantes, desafiando la represión y el toque de queda, se apropiaron de las calles de Quito, con escenas que nos hicieron recordar a nuestro argentinazo de 2001. Inmensas lecciones quedan para nosotros. Tenemos que recordar quien es Lenin Moreno, el hoy gran ajustador y represor. Porque ahora el peronismo trata de presentarlo como un gobernante “parecido a Macri”. Pero no hace tanto tiempo atrás, en 2017, cuando asumió la presidencia del Ecuador en reemplazo de Rafael Correa, habían calificado su victoria como “gran triunfo popular”. Cristina Kirchner llegó a decir que se venían “nuevos aires”, que se reabría el ciclo de “gobiernos progresistas”, supuestamente cerrado con el triunfo de Macri en 2015. Pero Lenin Moreno se terminó transformando, más temprano que tarde, en el mejor ejecutor de los planes de hambre y entrega. Ahora terminó recurriendo al FMI para obtener un préstamo a cambio de un fortísimo plan de ajuste. Una vez más, quedó demostrado a dónde nos llevan estos acuerdos. Es que no hay un Fondo Monetario “bueno”, que “habría cambiado” con respecto a los ajustes de fines de los noventa. Gran lección para nuestro país: porque Alberto Fernández insiste en que él va a poder renegociar con el FMI y obtener a cambio un programa económico “progresista”. Ecuador nos muestra que no será así. Por eso la única salida frente al ajuste es romper con el Fondo y dejar de pagar la deuda. Algo que en la Argentina solamente lo planteamos desde el Frente de Izquierda Unidad.
Ecuador también demostró que efectivamente es posible derrotar a estos planes de ajuste. La forma de hacerlo es con los pueblos movilizados y en las calles. Exactamente lo contrario de lo que nos plantea el candidato del Frente de Todos, que recomienda “no salir a las calles” para no desestabilizar. Y que nos dice que si gana las elecciones, lo que hay que hacer, mientras se “renegocia” el acuerdo con el Fondo y se “reperfilan” los vencimientos de deuda, es seguir sin reclamar nada, ni siquiera lo perdido en estos meses, por medio de un supuesto pacto social, bendecido por empresarios, burócratas sindicales y la iglesia.
En nuestro país, con las lecciones de Ecuador arriba de la mesa, decimos que votar a Alberto Fernández no es salida. Porque con el Frente de Todos seguirá el FMI. Hay que votar al FIT Unidad, que, volvemos a decirlo y lo repetiremos hasta el cansancio, somos los únicos que plantemos que la única salida es romper con el Fondo y dejar de pagar inmediatamente la deuda externa, para poner todo ese dinero al servicio de resolver las más urgentes necesidades populares.
Por eso, hoy más que nunca, tenemos que salir a disputar el voto para el Frente de Izquierda Unidad. Por las peleas que se vienen. Porque tenemos que seguir siendo miles y miles en las calles, como la lección que nos dejó el fin de semana en La Plata el movimiento de mujeres. Porque necesitamos más sindicalismo combativo, como el que apoyan y está presente en las listas del FIT Unidad, para pelear por romper la trampa que nos querrán imponer con el pacto social. Porque precisamos más diputados y legisladores que estén en todas las luchas. Y, fundamentalmente, porque tenemos que fortalecer una alternativa política para la clase trabajadora, como la que venimos construyendo desde hace años con la unidad de la izquierda.
En estos días que quedan hasta el 27 de octubre tenemos que salir a debatir con nuestros compañeros de trabajo, estudio, con nuestros vecinos, amigos y familiares. Invitarlos a las charlas y actividades donde damos a conocer nuestras propuestas. Sumar más compañeras y compañeros a nuestras actividades en esquinas y plazas. Repartiendo hasta el último volante y pegando hasta el último afiche. Convenciendo una y otra vez, ganando más votos para el Frente de Izquierda Unidad. Y también saliendo a buscar miles de fiscales. Convocándolos a las reuniones que realizaremos en todos nuestros locales el sábado previo a la elección. El FIT Unidad tiene que salir fortalecido de estas elecciones. Porque en los tiempos que se vienen, necesitamos más izquierda en el país y en el Congreso.