Declaraciones de Kristalina Giorgieva: El FMI y las recetas de siempre
Escribe José Castillo, candidato a Diputado Nacional por la Ciudad de Buenos Aires
La búlgara Kristalina Georgieva acaba de asumir como nueva directora general del Fondo Monetario Internacional. Es la segunda mujer a cargo de este organismo, reemplazando justamente a Christine Lagarde, que a la vez había asumido en un intento de lavar la cara del organismo, después del escándalo que obligó a renunciar en 2011 a Dominique Strauss-Kahn, acusado de abuso sexual contra una empleada de un hotel donde se alojaba.
Hace ya tiempo que el FMI busca “mejorar su imagen”, luego del desprestigio popular que sufrió a fines de los 90 y comienzos de este siglo, cuando volaron por el aire sus programas de ajuste, en medio de enormes movilizaciones populares. Desde entonces intenta inventar una imagen de un FMI “bueno” o “compasivo”. Nada más alejado de la realidad: ahí están como ejemplo los ajustes feroces de Grecia, Portugal o Ucrania.
Kristalina Georgieva, en sus primera declaraciones, puso todo blanco sobre negro. Dijo que ve “una crisis económica mundial sobre el horizonte”. Hasta acá podemos acordar, no hay que ser demasiado inteligente para darse cuenta. Pero inmediatamente agregó que ello se debe a que “se han detenido o enlentecido las reformas estructurales propuestas por el organismo”. Clarísimo: el FMI insiste en su programa de siempre. esas “reformas estructurales” son más ajuste, flexibilización laboral y liquidación de los sistemas jubilatorios. Exactamente lo que le exigirán a la Argentina en cualquier renegociación del acuerdo vigente.
“El FMI cambió. No es el de los noventa”, afirman los economistas de Alberto Fernández, planteando que a ellos, que “son distintos que Macri”, el Fondo les avalaría que pongan en marcha un programa de redistribución de la riqueza. Basta escuchar las primeras palabras de Kristalina o ver el reciente plan de ajuste que se trata de imponer a Ecuador, para darse cuenta que nada de eso sucederá.