Cayó el decreto 883, dictado por el FMI: Ecuador: gran triunfo de la movilización popular
Luego de once días de una masiva rebelión popular en Ecuador, el gobierno de Lenin Moreno tuvo que derogar el decreto 883 con el cual iniciaba un ajustazo pactado con el FMI.
El pueblo ecuatoriano movilizado ha dado un gran ejemplo a los pueblos del mundo que con la lucha se puede derrotar al Fondo Monetario y a los gobiernos patronales que aplican ajustes contra los pueblos.
En la noche del domingo 13, miles de indígenas, trabajadores, estudiantes y sectores populares concentrados en el centro de Quito festejaban el anuncio de la derogación. No era para menos. Se había logrado torcer el brazo del gobierno patronal y del FMI luego de una dura batalla de movilizaciones masivas con choques con las fuerzas de seguridad que dejó un primer saldo de 10 muertos, y centenares de heridos y de detenidos. Fue una semi insurrección popular encabezada por el movimiento indígena nucleado en la Confederación de Nacionalidades Indígenas (Conaie).
La movilización popular ha logrado un primer gran triunfo. Enfrentando la represión y derrotando el “estado de excepción” y luego el “toque de queda”. El gobierno no pudo controlar Quito. Hubo una dura batalla campal en donde las fuerzas de seguridad no pudieron disolver los puntos de concentración de los indígenas, los trabajadores y la juventud.
Finalmente Lenin Moreno tuvo que ceder. El decreto 883 significaba un aumento de la gasolina del 123% reclamado por el FMI para entregar un nuevo préstamo de 4.300 millones de dólares. La condición era un nuevo paquetazo contra el pueblo trabajador e indígena. También incluía otras medidas de flexibilización laboral que aún no queda claro si también serán derogadas.
La rebelión popular y la huelga general indígena-trabajadora y popular pusieron contra las cuerdas al gobierno patronal de Lenin Moreno y al Fondo Monetario. ¡Fuera el FMI! ¡Fuera Lenin Moreno!, gritaban miles en las barricadas. El gobierno huyó a Guayaquil. Se había creado un vacío de poder. Una crisis revolucionaria. Hubo elementos de un doble poder. Por un lado, el debilitado Lenin Moreno y, por otro lado, el pueblo en las calles. Pudo estar planteado la caída del gobierno y que asumiera el poder un gobierno de los de abajo, de la Conaie, el FUT (Frente Unitario de Trabajadores) y otras organizaciones populares. Inclusive en uno de los videos que recorre el mundo, un indígena grita: “Nosotros tenemos dirigentes que pueden dirigir este país”. Pero los dirigentes no se lo plantearon. El ex presidente Correa buscó capitalizar la rebelión proponiendo “nuevas elecciones”. El gobierno de Correa fue parte, junto a Lenin Moreno (quien fuera en esos tiempos su vice), de los gobiernos del doble discurso como Lula, Chávez/Maduro, Daniel Ortega o el kirchnerismo. Pero no tuvo gran eco en los manifestantes. Correa y Lenin Moreno mantuvieron los pactos con el FMI, la deuda externa y una economía dolarizada.
Ante el temor de una caída revolucionaria del gobierno de Lenin Moreno, el imperialismo y el Vaticano intervinieron. Los representantes de la ONU y del Episcopado fueron parte de la “mesa del dialogo”.
Cayó el decreto 883 pero se acordó que una “comisión multipartidaria” elaboraría un “nuevo decreto”. El gobierno y la burguesía intentarán hacer pasar otras variables de ajuste con las direcciones. Pero queda un gobierno muy debilitado. La crisis no está superada y las masas han logrado una primera victoria.
Existe el peligro que las direcciones de la Conaie y la FUT cedan en las negociaciones. Por eso debe seguir el estado de movilización del pueblo indígena, de los trabajadores y de los estudiantes para no dejar pasar ninguna medida de ajuste contra el pueblo. Y para exigir que se garantice la derogación de todas las medidas de ajuste como las de la flexibilización laboral, que se liberen a todos los detenidos, que no se criminalice a los manifestantes y se castigue a los responsables de los caídos por la represión. Desde abajo, en asambleas, es necesario exigir a los dirigentes de la Conaie y demás organizaciones, que no pacte nada sin consultar a las bases. Exigirles que lleven adelante la agenda que ha levantado la movilización. En primer lugar, que se vaya el FMI. Pero también que se deje de pagar la fraudulenta deuda externa y levantar un plan económico alternativo del pueblo indígena, obrero y popular que arranque de la ruptura con el FMI y la expulsión de las multinacionales que saquean el petróleo y otras riquezas naturales ecuatorianas para poner todo ello al servicio del pueblo indígena y trabajador.
El pueblo indígena, los trabajadores, los estudiantes y los sectores populares han dado un gran ejemplo de lucha a todos los pueblos de Latinoamérica y del mundo. Desde la UIT-CI saludamos el triunfo del pueblo ecuatoriano por sobre el FMI y el gobierno patronal de Lenin Moreno. Llamamos a seguir acompañando esta experiencia de lucha y solidarizarnos para que este primer gran triunfo se consolide y siga avanzado hasta derrotar definitivamente los planes del FMI y del imperialismo.
Unidad Internacional de Trabajadoras y Trabajadores-Cuarta Internacional (UIT-CI)
13 de octubre de 2019