Crece la pobreza estructural: Dramático déficit habitacional
Escribe Claudio Funes
La pobreza avanza día a día en nuestro país, una de sus consecuencias es el déficit habitacional que alcanza a cuatro millones de viviendas. Y la cifra crece a razón de 36 mil por año. No son fríos números, es un verdadero drama estructural.
Según datos del Indec, el 4.7% de la población argentina (1.3 millones de personas) vive en condiciones de “hacinamiento crítico”. Esta cifra equivale a 227 mil hogares. El relevamiento sobre condiciones de vida del organismo arroja también que el 8,9% de los hogares reside en viviendas con calidades de hábitat “insuficientes”.
En cuanto al saneamiento, la encuesta determina que el 12,9% de los hogares, que abarca el 15,3% de la población, no dispone de un sistema adecuado, por carecer de cloacas o baños, o compartirlo con otros hogares. El informe agrega que el 2,6% no tiene agua corriente y otro 5,9% no cuente con baños con descarga de agua.
En un país donde existe gran concentración de la riqueza, la construcción de nuevas viviendas no implica la ampliación del número de familias que pueden acceder a ellas. Para terminar con el hacinamiento y brindar la real posibilidad a las familias trabajadoras de poder acceder a una vivienda digna, es necesario dejar de pagar la deuda externa y destinar ese dinero a un plan nacional de construcción de viviendas populares.