La conversación telefónica entre Alberto y Kristalina del FMI
Editorial
El martes 19 el presidente electo, Alberto Fernández, tuvo su primera conversación con Kristalina Georgieva, la titular del FMI. Según un tuit en el que el propio Fernández relató la reunión, habría planteado que propondrá al Fondo un “plan económico sostenible para crecer y pagar la deuda”. Según versiones periodísticas, le habría dicho a la jefa del FMI que “la Argentina está en un momento particularmente difícil”, rechazando “un ajuste mayor al que ya hizo Macri”.
Muchos compañeros pensarán que “Fernández estuvo bien”, ya que planteó que no habrá más ajuste. ¿Esto es así? ¿Realmente se puede pagar la deuda y a la vez crecer y redistribuir la riqueza? ¿Acepta el FMI un plan que no contenga ajustes? Para responder a esto podemos ver el propio planteo de Kristalina Georgieva, que sostuvo que nuestro país “deberá encontrar la forma de mantener las restricciones presupuestarias que existen”. Traducido: seguir ajustando para garantizar pagar. Y si queremos algo más que meras declaraciones, ahí tenemos la realidad de los últimos planes acordados con el Fondo Monetario: Ecuador y el intento de ajuste de su presidente, Lenin Moreno, que lo frenaron las movilizaciones populares hace apenas un mes es el mejor ejemplo.
Alberto Fernández repite algo que viene planteando desde hace meses junto a sus economistas: que su prioridad es pagarle a los acreedores y al FMI, que sólo piden reacomodar las fechas de vencimientos (el famoso “reperfilar” la deuda) y que, de esa forma, aún sería posible reactivar la economía, graficada por la famosa frase “ponerle plata en el bolsillo a la gente”. ¿El Frente de Todos va a devolvernos lo que perdimos en salarios y jubilaciones? ¿Retrotraerá los tarifazos? ¿Priorizará la educación y la salud públicas? Sabemos de las expectativas de muchos compañeros de trabajo o estudio. De lo que se conversa en los barrios populares. Hay una gran esperanza de que “algo mejorará” con el nuevo gobierno. Las respetamos, pero les decimos fraternalmente que no las compartimos. ¿Por qué? Por lo mismo que dijimos durante toda la campaña electoral: si se paga al FMI y al resto de los acreedores, no habrá dinero para resolver las más urgentes necesidades populares. Y eso no se resuelve con una renegociación más o menos inteligente. “Con quita” o “sin quita”, corriendo más o menos algunos vencimientos para adelante, siempre terminaremos en lo mismo: o la deuda o el salario, o la deuda o la educación, o la deuda o la salud.
¿En qué consiste entonces ese famoso “plan económico” de Alberto Fernández del que tanto se habla? Tiene un eje central: el pacto social. Patronales empresarias, burócratas sindicales, jefes de los movimientos sociales más afines al futuro gobierno peronista y la iglesia, se reunirán en aras de un supuesto “acuerdo de precios y salarios”. Donde desde ya los empresarios anuncian que no habrá ni bono de fin de año, ni doble indemnización ante los despidos, ni recomposición salarial de lo perdido en este último tiempo. “El empresariado no es Papá Noel”, dijo cínicamente Daniel Funes de Rioja, vicepresidente de la UIA. Lo peor es que los propios burócratas sindicales también anticipan que no pedirán nada. Así, Héctor Daer salió a justificarse diciendo que “no estamos en momento de puja distributiva”.
Sabemos que muchísimos trabajadores votaron a Alberto Fernández para sacarse de encima las políticas de Macri. Pero estas no le pertenecen solamente al presidente que ahora está cumpliendo sus últimos días de mandato. Son las del FMI, son las que les garantizan cobrar a los pulpos acreedores. Son también, y tenemos que decirlo, las que llevaron y llevan adelante los gobernadores peronistas, con el máximo ejemplo en estos días de Mariano Arcioni, que tuvo meses sin cobrar, mientras los reprimían, a maestros y estatales en Chubut.
Si queremos que no siga el ajuste, habrá que sacarse de encima al FMI y dejar de pagar la deuda externa. Habrá que nacionalizar la banca y el comercio exterior para terminar con la especulación financiera y la fuga de capitales. Habrá que retrotraer los tarifazos y reestatizar las privatizadas. Habrá que recuperar nuestro gas y petróleo. Si se hace todo eso, entonces sí tendremos los recursos para resolver los urgentes problemas de salario, trabajo, educación, salud y vivienda. Todo esto dijimos desde Izquierda Socialista y el Frente de Izquierda en la campaña electoral y lo seguimos sosteniendo. Y lo continuaremos planteando durante el próximo gobierno.