UIT-CI FRANCIA: Los trabajadores y el pueblo francés rechazan el proyecto neoliberal de Macron

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UIT CI FRANCIAEscribe Virginia de la Siega, integrante del Nuevo Partido Anticapitalista (NPA) de Francia*

El sueño de Emanuel Macron es “transformar” a Francia en un país neoliberal “normal”, doblegando a la clase obrera francesa.

Es por eso que para él es crucial imponer la reforma de la ley de jubilaciones que abre la ruta a la privatización. Sin la aparición de los gilets jaunes (chalecos amarillos) y sin su determinación y su negativa a negociar, que mostraron que se podía derrotar a Macron, tal vez lo hubiera logrado.

La huelga del 5 de diciembre fue precedida por una serie de movilizaciones y protestas sindicales y sociales que indicaban que había una bronca generalizada contra el gobierno. Pero Macron las ignoró y pensó que el 5 de diciembre sería una huelga más, y que pasado ese día, la gente retomaría el trabajo como de costumbre. 

Sólo que esta vez la burocracia sindical, presionada por las bases se vio obligada a llamar a la huelga y movilización el 5, pero también el 10 de diciembre. Apenas salió el llamado de los trabajadores ferroviarios y del transporte, se les sumaron los de los hospitales, la educación nacional, los transportistas ruteros, el transporte aéreo, EDF-GDF (la empresa de electricidad y gas), y hasta la policía y los bomberos, junto con los estudiantes universitarios y secundarios. En varios lugares los gilets jaunes participaron en las asambleas de base que votaron la huelga.

El 5 de diciembre despertó grandes expectativas. ¿Se parecería a la de 1995 que desató la huelga masiva de tres semanas que hizo retroceder al gobierno de turno?

La mañana del 5, el paro de transporte era total. En París sólo funcionaban las dos líneas de subte que no tienen conductor. En el ferrocarril paró entre el 60 y el 90% de los trabajadores, según las categorías. Air France tuvo que interrumpir 70% sus vuelos interiores. Pararon alrededor del 70% de los docentes primarios y secundarios. Marcharon en el país 806.000 personas según los cálculos del gobierno. Las primeras movilizaciones de 1995 habían reunido 500.000 personas. Esa misma noche, se realizaron asambleas interprofesionales concurridas por centenas de huelguistas y de giletsjaunes que votaron la continuación de la huelga hasta el lunes a la noche, para enganchar con el llamado a la huelga con movilización de las centrales sindicales del martes 10 de diciembre.

¿Y ahora qué?

Es difícil hacer predicciones. Para Macron ganar es de vida o muerte. Si pierde se le acaba toda perspectiva de reforma de cualquier tipo. Pero si gana, pasará a la historia como el presidente que derrotó al movimiento obrero francés. Frente a él, la resistencia del movimiento obrero es desigual. Las direcciones sindicales hacen poco por organizar la huelga, así que todo está en manos de los trabajadores. La lucha es por organizar asambleas inter-sindicales que agrupen a los representantes de todos los sindicatos y asambleas de cada zona para organizar la huelga, la solidaridad y el apoyo de la población. Los ferroviarios y los trabajadores del transporte están a la cabeza del proceso. Y todas las expectativas están centradas en el 10 de diciembre.

FOTO CARTA FRANCIA