Sep 03, 2024 Last Updated 11:24 PM, Sep 2, 2024

Concentración frente a la embajada del Estado Español en repudio a la sentencia contra los independentistas organizada por catalanes residentes en el país.

Llevaron la solidaridad de Izquierda Socialista el diputado nacional Juan Carlos Giordano, Nicolás Núñez y Gastón Godoy.

El domingo 13 a la noche, en el Parque del Arbolito, en el centro de Quito, muy cerca del edificio de la Asamblea Nacional, se convirtió en una fiesta. Decenas de miles de jóvenes, estudiantes, indígenas, también señoras y señores mayores, saltaban, gritaban, se abrazaban, bailaban, cantaban, reían, algunos lloraban de emoción y alegría. Se sacaban fotos para documentar ese momento inolvidable. Le habían torcido el brazo al odiado Lenin Moreno. Una hora antes se anunció la derogación del decreto 883, dictado por el FMI.

Escribe Miguel Lamas, dirigente de la UIT-CI, desde Quito

Algunos portaban aún sus lanzas, palos, cascos, barbijos con vinagre y escudos de madera o chapa, sus armas que habían usado hacía poco. Se llegaba a la fiesta atravesando barricadas de piedras y brasas aún humeantes, de gomas, basura y ramas quemadas.

“¡El pueblo unido jamás será vencido!” y “¡Ecuador!”, las consignas más voceadas. Muchos desconfiaban: ¿retirará realmente el “paquetazo”? ¿Cuándo liberan a los presos? El lunes a la tarde apareció una señal del triunfo: las naftas y gasoil bajaron a su precio anterior.

Una semana de combate

El jueves 3 se anunció el decreto 883 y el aumento de las naftas en más del 100%. Comenzó con un paro de transportistas y un llamado de la Conaie, el FUT (Frente Unido de Trabajadores) y el Frente Popular a la movilización, bloqueos y huelgas. El lunes 7 decenas de miles de indígenas, familias completas, algunas con sus niños, llegaron amontonados en cajas de camiones, desde todas las provincias y rodearon la Casa de Gobierno y la Asamblea Nacional. El presidente Lenin Moreno huyó a Guayaquil, la segunda ciudad del país.

Yaku Pérez, ex dirigente de la Conaie y actual prefecto (equivale a gobernador) de Azuay dijo delante del edificio de la Asamblea Nacional que había que disolverla y reemplazarla por el “Parlamento de los Pueblos”.

Desde el lunes hasta el domingo decenas de miles de jóvenes indígenas y estudiantes, mujeres y hombres, levantaron barricadas en todas las calles del centro y enfrentaron la represión policial con bombas de gas, balas de goma y en algunos casos de fuego de francotiradores. Hubo 10 muertos y 1.340 heridos reportados, además de 1.192 detenidos, de los cuales 300 están procesados judicialmente.

Estudiantes atendiendo y alimentando a los combatientes

Al medio día los combatientes se retiraban por turnos para ir a almorzar. A la noche todos se iban a descansar. Estuvimos en la Universidad Salesiana, en la que había cerca de 5.000 indígenas alimentándose y durmiendo en las noches, muchos en el piso, ya no había colchones.

Centenares de estudiantes y jóvenes médicos, voluntarios, les curaban las heridas, les hacían y servían comida, les proporcionaban mascarillas con vinagre contra los gases lacrimógenos cuando volvían al combate o cuidaban a los niños para que sus jóvenes madres fueran al “frente”. En la puerta había una cola de gente quiteña entregando bolsas de alimentos de todo tipo a estudiantes que se encargaban de la organización. Lo mismo ocurría, me informaron, en la Universidad Católica y en la Universidad Central.

Brigadas de jóvenes estudiantes de medicina y médicos recorrían la ciudad con banderas blancas y sus mandiles (guardapolvos) blancos, para atender a los heridos en las calles.

Patillas EcuadorFracasa el Toque de Queda

El sábado 12 desde las tres de la tarde, el gobierno de Lenin Moreno decretó el toque de queda y la intervención militar. Esto significaba en teoría que nadie podía salir a la calle.

Un soldado con fusil ametralladora en la puerta de mi alojamiento me dijo que no podía salir. A la media hora intenté salir nuevamente… ya no estaba el soldado.

La represión policial se hizo mucho más violenta en el centro y hasta bloquearon las señales de celular. Lograron desalojar las esquinas cercanas a El Arbolito. Pero, los combatientes se dispersaron en una especie de guerrilla urbana por todos las calles cercanas, instalando una barricada incendiada en cada esquina de la ciudad vieja. Los soldados miraban para otro lado. Cada tanto llegaba un blindado policial y tiraba unas bombas de gases, que no lograban desmontar la barricada. A la noche despejaron las calles, pero estalló un enorme cacerolazo en toda la ciudad.

El domingo amaneció tranquilo. Una ciudad vacía. Desde “algún lugar”, Lenin Moreno llamó al “diálogo”. Pero cerca de las once se volvieron a escuchar las explosiones de las bombas de gas en el centro. Comenzaban a llegar refuerzos populares desde muchos barrios de Quito en motos, camiones, viejos ómnibus, autos y camionetas.

La Conaie había aceptado el diálogo. Se pactó para las tres. A esa hora la “guerra” era total. En las calles empinadas, los manifestantes desparramaban aceite y los blindados policiales resbalaban sin poder subir ante las burlas y risas de los combatientes, que festejaban con una lluvia de piedras. Los “pacos” (policías) no podían asomarse de sus blindados.

El “diálogo”, mediado por la ONU y la Iglesia Católica, se postergó “por problemas técnicos” para las seis de la tarde. Finalmente a esa hora se inició la reunión, televisada en directo, por exigencia de la Conaie. En el centro de Quito seguían los combates. Después de cuatro horas de diálogo, se anunció el acuerdo de derogación del decreto 883. Cesaron los combates y comenzaron los festejos.


Ecuador embajada acto oct 2019

Acto del FIT-Unidad frente a la Embajada de Ecuador en Buenos Aires

Giordano y otros dirigentes del Frente junto a un grupo de ecuatorianos residentes en nuestro país, quienes leyeron una declaración de la Conaie y otras organizaciones ecuatorianas sobre la importante lucha desarrollada en el país andino.

Escribe Luis Covas

La rebelión popular de masas del Ecuador vuelve a poner sobre el tapete cual deber ser la política de los revolucionarios cuando se produce un enfrentamiento revolucionario entre las masas y el poder burgués de turno.

Nuevamente corrientes como la Fracción Trotskista (FI-CI), que integra el PTS, reiteran el error de levantar como consigna central de movilización elecciones de una Asamblea Constituyente. Y no una consigna de poder obrero y popular.

Lo hacen en una larga declaración de nueve páginas donde se van amontonando infinidad de consignas, desde la nacionalización de la minería y los organismos de doble poder, hasta la unidad socialista de América Latina [...], sin que falten varias apelaciones al gobierno obrero y campesino.
Pero deliberadamente o sin querer se esconde cual es el eje de la política del PTS: “luchar por una Asamblea Constituyente Libre y Soberana, impuesta mediante la Huelga General hasta la caída de Moreno y de todo el régimen político actual” (Declaración de la Fracción Trotskista - Cuarta Internacional (11/10/2019, en Izquierda Diario). ¡Es decir, que haya elecciones!

Esto es muy equivocado. La declaración evita decir esto claramente: que piden elecciones. Pero ningún lector debe confundirse. Proponen como gran objetivo de la movilización el llamado a elecciones de diputados constituyentes.

En medio de un proceso insurreccional de masas, con miles y miles de indígenas, trabajadores y jóvenes tomando Quito, enfrentados violentamente con las fuerzas de seguridad del gobierno burgués, cuyo presidente se refugió en Guayaquil, el eje ordenador no puede ser una consigna de democracia burguesa: el pedido de elecciones, sean del tipo que sean. Ese eje no puede ser otro que la consigna de la lucha por un gobierno de los trabajadores, los indígenas y los sectores populares. Desde la movilización concreta y revolucionaria por Fuera el FMI y Fuera Lenin Moreno*.

Son las direcciones burguesas y reformistas las que habitualmente buscan desviar la movilización hacia los procesos electorales y las negociaciones para desgastar la lucha. En este caso, el PTS cayó en la trampa de coincidir con Rafael Correa, quien levantó “Fuera Lenin Moreno, por nuevas elecciones”, e incluso alentó en determinado momento la movilización callejera.

*Ver declaración UIT-CI
en www.uit-ci.org

Luego de once días de una masiva rebelión popular en Ecuador, el gobierno de Lenin Moreno tuvo que derogar el decreto 883 con el cual iniciaba un ajustazo pactado con el FMI.

El pueblo ecuatoriano movilizado ha dado un gran ejemplo a los pueblos del mundo que con la lucha se puede derrotar al Fondo Monetario y a los gobiernos patronales que aplican ajustes contra los pueblos.

En la noche del domingo 13, miles de indígenas, trabajadores, estudiantes y sectores populares concentrados en el centro de Quito festejaban el anuncio de la derogación. No era para menos. Se había logrado torcer el brazo del gobierno patronal y del FMI luego de una dura batalla de movilizaciones masivas con choques con las fuerzas de seguridad que dejó un primer saldo de 10 muertos, y centenares de heridos y de detenidos. Fue una semi insurrección popular encabezada por el movimiento indígena nucleado en la Confederación de Nacionalidades Indígenas (Conaie).
La movilización popular ha logrado un primer gran triunfo. Enfrentando la represión y derrotando el “estado de excepción” y luego el “toque de queda”. El gobierno no pudo controlar Quito. Hubo una dura batalla campal en donde las fuerzas de seguridad no pudieron disolver los puntos de concentración de los indígenas, los trabajadores y la juventud.

Finalmente Lenin Moreno tuvo que ceder. El decreto 883 significaba un aumento de la gasolina del 123% reclamado por el FMI para entregar un nuevo préstamo de 4.300 millones de dólares. La condición era un nuevo paquetazo contra el pueblo trabajador e indígena. También incluía otras medidas de flexibilización laboral que aún no queda claro si también serán derogadas.

La rebelión popular y la huelga general indígena-trabajadora y popular pusieron contra las cuerdas al gobierno patronal de Lenin Moreno y al Fondo Monetario. ¡Fuera el FMI! ¡Fuera Lenin Moreno!, gritaban miles en las barricadas. El gobierno huyó a Guayaquil. Se había creado un vacío de poder. Una crisis revolucionaria. Hubo elementos de un doble poder. Por un lado, el debilitado Lenin Moreno y, por otro lado, el pueblo en las calles. Pudo estar planteado la caída del gobierno y que asumiera el poder un gobierno de los de abajo, de la Conaie, el FUT (Frente Unitario de Trabajadores) y otras organizaciones populares. Inclusive en uno de los videos que recorre el mundo, un indígena grita: “Nosotros tenemos dirigentes que pueden dirigir este país”. Pero los dirigentes no se lo plantearon. El ex presidente Correa buscó capitalizar la rebelión proponiendo “nuevas elecciones”. El gobierno de Correa fue parte, junto a Lenin Moreno (quien fuera en esos tiempos su vice), de los gobiernos del doble discurso como Lula, Chávez/Maduro, Daniel Ortega o el kirchnerismo. Pero no tuvo gran eco en los manifestantes. Correa y Lenin Moreno mantuvieron los pactos con el FMI, la deuda externa y una economía dolarizada.

Ante el temor de una caída revolucionaria del gobierno de Lenin Moreno, el imperialismo y el Vaticano intervinieron. Los representantes de la ONU y del Episcopado fueron parte de la “mesa del dialogo”.

Cayó el decreto 883 pero se acordó que una “comisión multipartidaria” elaboraría un “nuevo decreto”. El gobierno y la burguesía intentarán hacer pasar otras variables de ajuste con las direcciones. Pero queda un gobierno muy debilitado. La crisis no está superada y las masas han logrado una primera victoria.

Existe el peligro que las direcciones de la Conaie y la FUT cedan en las negociaciones. Por eso debe seguir el estado de movilización del pueblo indígena, de los trabajadores y de los estudiantes para no dejar pasar ninguna medida de ajuste contra el pueblo. Y para exigir que se garantice la derogación de todas las medidas de ajuste como las de la flexibilización laboral, que se liberen a todos los detenidos, que no se criminalice a los manifestantes y se castigue a los responsables de los caídos por la represión. Desde abajo, en asambleas, es necesario exigir a los dirigentes de la Conaie y demás organizaciones, que no pacte nada sin consultar a las bases. Exigirles que lleven adelante la agenda que ha levantado la movilización. En primer lugar, que se vaya el FMI. Pero también que se deje de pagar la fraudulenta deuda externa y levantar un plan económico alternativo del pueblo indígena, obrero y popular que arranque de la ruptura con el FMI y la expulsión de las multinacionales que saquean el petróleo y otras riquezas naturales ecuatorianas para poner todo ello al servicio del pueblo indígena y trabajador.

El pueblo indígena, los trabajadores, los estudiantes y los sectores populares han dado un gran ejemplo de lucha a todos los pueblos de Latinoamérica y del mundo. Desde la UIT-CI saludamos el triunfo del pueblo ecuatoriano por sobre el FMI y el gobierno patronal de Lenin Moreno. Llamamos a seguir acompañando esta experiencia de lucha y solidarizarnos para que este primer gran triunfo se consolide y siga avanzado hasta derrotar definitivamente los planes del FMI y del imperialismo.

Unidad Internacional de Trabajadoras y Trabajadores-Cuarta Internacional (UIT-CI)
13 de octubre de 2019

Por exigencias del FMI, el presidente Lenin Moreno liberó el precio de los combustibles, además de tomar medidas contra derechos laborales. Manifestaciones de masas se han producido en Quito, Guayaquil y otras ciudades del país. Acorralado, el gobierno decretó el “Estado de Excepción”, desató una brutal represión y sacó a las Fuerzas Armadas a la calle.

Escribe Miguel Lamas

El aumento del gasoil de 36 a 56 centavos de dólar el litro, fue el detonante de la rebelión en Ecuador. Los combustibles estaban subsidiados y el FMI exigió el fin de los mismos y ataques a la legislación laboral para otorgar un nuevo préstamo de 4.300 millones de dólares. Con la economía dolarizada y los salarios congelados, está claro que un aumento de combustibles desata aumentos del transporte (ya decretados) y de los productos de primera necesidad que afectan a la economía popular. Además, anunciaron la reducción de vacaciones pagas, contratos laborales a 12 meses y rebaja en 20% de los salarios de trabajadores estatales contratados.

Por eso, aunque el jueves 3 y el viernes 4, la huelga fue llamada sólo por los choferes del transporte (gran parte son dueños individuales), se paralizó todo el país. El propio gobierno decretó la suspensión de actividades educativas en todos los niveles, miles de personas, en su mayoría transportistas y estudiantes, salieron a bloquear rutas y calles y columnas de millares de indígenas se dirigen a Quito.

Alianza País se hunde

Moreno ganó las presidenciales en las elecciones generales de 2017 por el movimiento oficialista Alianza PAIS. Moreno fue el vice de Rafael Correa, uno de los gobiernos del fraude llamado “socialismo del siglo XXI”. Ante la creciente resistencia popular por las medidas antipopulares y represivas de su gobierno, Correa, que vive en Bélgica y está procesado por corrupción, resolvió no presentarse a la reelección y avaló la candidatura de Lenin Moreno, quien a los pocos meses de asumir rompió con su antecesor, buscando un acuerdo con sectores opositores de derecha y con el FMI por la gran deuda externa que dejó Correa.

La movilización no se detiene

En una conferencia de prensa conjunta, la Conaie (organización nacional indígena), el Frente Popular (que agrupa a varias organizaciones populares, con dirigencia principal maoísta) y el FUT (Frente Unitario de Trabajadores, la central sindical más importante) denunciaron las medidas como antipopulares y que sólo benefician a empresarios y bancos, y anunciaron paros, movilizaciones y bloqueos.

Por otra parte, aunque los transportistas levantaron la huelga a cambio de un aumento de los pasajes, ya comenzaron los masivos bloqueos de rutas de los indígenas. Y el domingo 6 de octubre 47 militares y 5 policías que fueron a reprimir los bloqueos fueron detenidos por los indignados bloqueadores. El gobierno indicó que estaba negociando su liberación y pidió un diálogo con los indígenas, sin comprometerse a rever sus medidas económicas. Esta actitud, radicalizó la movilización indígena que ocupó Quito, obligando al presidente a huir de la capital e instalar el gobierno en Guayaquil, lo que de hecho configura un doble poder entre las organizaciones indígenas, obreras y populares paralizando la Capital y el gobierno establecido en Guayaquil.

La rebelión del pueblo ecuatoriano es contra los planes del FMI, que se apoya en gobiernos corruptos y entreguistas como el de Lenin Moreno para obligar a los pueblos a pagar una deuda fraudulenta. La población pobre y trabajadora ecuatoriana, tiene todas las condiciones para derrotar estos planes y evitar más sufrimientos. Importantes sectores, como el FUT, levantan la bandera de ¡Ni Lenin Moreno ni Correa! Es fundamental exigir que las direcciones sean consecuentes y mantengan, sin vacilar, los paros, movilizaciones y bloqueos decididos desde las bases en la perspectiva de imponer un gobierno indígena, obrero y popular.


Acto del Frente de Izquierda–Unidad Frente a la Embajada de Ecuador

¡Viva la Rebelión indígena, obrera y popular!
¡Abajo el ajuste de Lenin Moreno y el FMI!
Viernes 11 de octubre a las 17
Av. Presidente Manuel Quintana 585 - CABA

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