Jul 19, 2024 Last Updated 9:34 PM, Jul 18, 2024

La diputada nacional Mónica Schlotthauer de Izquierda Socialista/FIT, acaba de presentar el proyecto en el Congreso Nacional.

El articulado dispone: “Prohíbanse los despidos y suspensiones contra cualquier trabajador en relación de dependencia. Caso contrario, el despido o suspensión será declarado nulo de nulidad absoluta, debiendo el empleador proceder a la reincorporación inmediata del trabajador en su puesto normal y habitual bajo la fuerza pública” […].       

 “Toda empresa o establecimiento que cierre o despida masivamente pasará a la órbita del Estado nacional y con los fondos estatales necesarios y bajo control de sus trabajadores comenzará nuevamente la producción o actividad […] También podrán incorporarse las cooperativas de gestión obrera que voluntariamente manifiesten aceptación a través de sus miembros”.

“Procédase al reparto equitativo de las horas de trabajo entre toda la demanda de mano de obra disponible, estableciéndose la reducción de la jornada laboral con igual salario, hasta alcanzar el valor de la canasta familiar”.

Entre los fundamentos de la ley se señala: “Este proyecto frena las arbitrariedades de los grandes empresarios y transnacionales que pretenden seguir sumando ganancias a costa de los despidos y suspensiones […] Hay 4.500.000 de personas con problemas de empleo (entre desocupados y quienes hacen changas) mientras el PBI cayó un 5,8 en el primer trimestre de 2019. En 12 meses (abril de 2018-abril 2019) se perdieron 203.900 puestos de trabajos registrados. Agravado el cuadro laboral por el hecho de que el trabajo que se pierde no se compensa con la creación de otro […]

Ver versión completa en www.izquierdasocialista.org.ar

El gobierno de Macri promociona que la inflación de junio fue de “apenas” 2,7%. Pero pasó el primer semestre y la suba acumulada de los precios ya alcanzó 22,4%, lo que el gobierno pronosticaba para todo 2019. Se trata de un auténtico saqueo, que sigue pulverizando salarios y jubilaciones. Al mismo tiempo se conoció que en la Ciudad de Buenos Aires, la más rica del país, hay 100.000 nuevos pobres.

En medio de todo esto, los equipos de campaña de Juntos por el Cambio (la nueva marca electoral de Macri), se la pasan difundiendo una encuesta electoral tras otra, la mayoría de ellas pagada por los propios candidatos, vendiendo que crece lo que llaman la “polarización”, con una elección muy pareja. El Frente de Todos (Alberto Fernández-Cristina) se aprovecha de esto y, a partir del genuino odio a Macri, trata a la vez de reforzar esta polarización diciendo que “hay” que votar la fórmula Fernández - Fernández como única opción frente a Macri. Buscan convencer a muchísimos compañeros y compañeras de que, frente al ajuste del gobierno de Cambiemos, Alberto Fernández será algo distinto. Con todos ellos queremos debatir fraternal, pero también francamente. Estamos de acuerdo que Macri y su ajuste no van más para los trabajadores. Desde el primer día nos opusimos a sus políticas de hambre y miseria. ¿Pero realmente Alberto Fernández y Cristina van a terminar con el ajuste?

Tenemos que ir al hueso de la discusión. Tenemos que sacarnos de encima a Macri, pero si sigue el FMI con otro gobierno, continuarán las políticas de hambre y ajuste. Los bajos salarios, las jubilaciones de hambre, la desocupación, la miseria creciente, la educación y la salud en ruinas, tienen un responsable clarísimo: los gobiernos que siguen los dictados del FMI y los millones que se van mes a mes por el barril sin fondo de los pagos de deuda externa. Responsabilidad actual de Macri, sin duda, porque él es quien está gobernando. Pero resulta que Alberto Fernández asegura que también va a seguir con el acuerdo con el FMI y a garantizar los pagos de deuda. En ese punto no hay diferencia entre sus propuestas. ¿Cómo va a hacer el candidato del Frente de Todos si lo que va a exigir el Fondo es más ajuste y reformas estructurales como la laboral y la jubilatoria? Alberto Fernández calla. A lo sumo dice que lo va a resolver “con creatividad”. Pero eso no significa garantía de que vaya a resolver ninguna de las más urgentes necesidades populares.

Por otra parte, el peronismo kirchnerista ya gobernó. Y Cristina lo hizo para las ganancias de los empresarios (“durante mi gobierno se la llevaron en pala”, llegó a decir). Como lo reconoce la propia ex presidente, en los doce años de gobiernos K se pagaron 200.000 millones en efectivo en concepto de deuda externa (“fuimos pagadores seriales” es otra de las frases célebres de Cristina). El kirchnerismo fue el que hizo que el impuesto al salario (mal llamado “a las ganancias”) se terminara comiendo porciones cada vez más grandes de nuestros ingresos. ¡Más de una vez los trabajadores tuvimos que hacerle paros al kirchnerismo para recuperar lo que perdían nuestros salarios frente a una inflación que era escondida por el Indec!

Nosotros, desde el Frente de Izquierda Unidad, somos clarísimos: sin romper con el FMI y suspender los pagos de deuda externa no habrá salida para la clase trabajadora. No se podrá resolver ninguno de los problemas que nos aquejan diariamente. Pero tanto Macri como Fernández terminarán renegociando el acuerdo con el Fondo y siendo entonces los ejecutores de un nuevo plan de ajuste. No resolverán el desempleo, ni la miseria, ni la inflación. Al contrario: seguirá bajando el poder adquisitivo de nuestros salarios, y se vendrán las reformas laboral y previsional.

Hay otros temas en que se repite lo mismo: tanto Macri como Alberto Fernández van a mantener los tarifazos. Sólo el FIT-Unidad dice que hay que anularlos y reestatizar las privatizadas. Macri y los Fernández acuerdan en darle privilegios a las multinacionales del gas y el petróleo que ya están saqueando Vaca Muerta. Sólo el Frente de Izquierda se opone al fracking y pide rescindir esas concesiones y volver a una YPF 100% estatal. En otro orden de cosas, frente al multitudinario movimiento de mujeres que exige la legalización del aborto, tanto el macrismo como el peronismo kirchnerista optaron por “no hablar del tema en la campaña electoral”. Bajo el lema de “unir los pañuelos verdes con los celestes”, ambas fuerzas patronales contrabandean su acuerdo profundo con la Iglesia católica y las iglesias evangélicas: “cajonean” el proyecto, mientras esconden montones de candidatos antiderechos en las listas. Otra vez, sólo el Frente de Izquierda-Unidad es claro y transparente: todas y todos nuestros candidatos son “verdes” y el aborto legal, seguro y gratuito está en nuestra plataforma electoral.

Entonces, compañera, compañero, no te dejés confundir. No caigas en la trampa de la polarización. Ni Macri ni los Fernández son salida: con ambos seguirá el FMI. Por el contrario, votar al FIT-Unidad es hacerlo para que estemos todos más fuertes para enfrentar las peleas que se vienen. Es jugarse por la única opción que, sin pelos en la lengua, dice que hay que dar vuelta todo, que la prioridad es el pueblo trabajador, que primero está el salario, el trabajo, la salud, la educación y la vivienda, y no los usureros internacionales. Que, para eso, y lo vamos a repetir hasta el cansancio, lo primero es romper con el FMI y dejar de pagar la deuda. Para difundir este programa y fortalecer esta alternativa, te invitamos a votar al Frente de Izquierda-Unidad, y sumarte a la campaña, difundiendo nuestras propuestas entre tus compañeros de trabajo, estudio o vecinos, anotándote como fiscal y participando de nuestras charlas y reuniones.

Escribe Rubén Pollo Sobrero, Secretario general de Unión Ferroviaria Oeste y candidato a primer diputado provincial Buenos Aires

Alberto Fernández pidió a la CGT que toda su directiva lo recibiera en la calle Azopardo. Pero como Barrionuevo y tres más (palabra de Daer) apoyan a Lavagna, la reunión se realizó en UPCN con Rodríguez como dueño de casa. Todo el resto de la cúpula cegetista, que pactó el ajuste con Macri y evitó un plan de lucha que derrotara las medidas anti populares de Cambiemos, dio su apoyo al candidato del Frente de Todos. A ellos se suman los dirigentes del denominado Grupo 21F, con Moyano, el bancario Palazzo, la CTA con Yasky, Baradel, la CTEP, y la CCC.

Es decir, Alberto contará con el apoyo de la mayoría de los dirigentes que están dejando pasar el ajuste a cambio de fondos para las obras sociales. Los que no dudan en evitar cualquier tipo de asambleas en fábricas o por sindicatos para poder hacer pasar sus acuerdos con los gobiernos y las patronales. Son los mismos que movilizan patotas pagas para reprimir luchas, como hicieron en Lear, en la UTA, en docentes y estatales, que no dudan en balear obreros peleando por espacios de poder y afiliados, como pasó esta semana en el Frigorífico Cocarsa. Con Alberto y Cristina, pactando nuevamente con estos burócratas, nada bueno podemos esperar los millones de trabajadores que, día a día, luchamos por un salario digno, condiciones de trabajo y para evitar despidos y suspensiones.

Nosotros, en cambio, construimos un sindicalismo distinto, diferente. Democrático, apoyando todas nuestras acciones en asambleas de trabajadores. Combativo, porque luchamos para torcerle el brazo al ajuste del gobierno y las patronales y no tranzamos con ellos. Somos los que estamos construyendo el Plenario Sindical Combativo, desde los ferroviarios del Sarmiento y la seccional Oeste, los dirigentes del Sutna, los Suteba Multicolores, Ademys, los cuerpos de delegados combativos y miles más. Los que nos unimos con la izquierda combativa, para defender los derechos de los trabajadores, no los privilegios de la burocracia. Los que estuvimos todos estos años al frente de las luchas contra el ajuste, la reforma previsional y laboral, enfrentando la represión policial, mientras los dirigentes de la CGT se escondían. Sí, los mismos burócratas que ahora van con Alberto y Cristina. En estas elecciones los luchadores vamos con el Frente de Izquierda. Los burócratas, con Alberto.

“Estamos listos para continuar cuatro años más” dijo el presidente Macri en un acto de campaña. Si ello llegara a pasar será un período de mayores ajustes y miseria para los trabajadores. Claro que no sería distinto con Alberto Fernández: ambos plantean seguir con el FMI. Sólo el FIT Unidad plantea una salida diferente.

Escribe José Castillo, candidato a diputado nacional por la Ciudad de Buenos Aires

“Este es un año bisagra para ir hacia el futuro o volver al pasado”, dijo Macri en el reportaje que le realizó la cadena norteamericana CNN. Que se trata de una elección importante, no cabe ninguna duda. Pero mucho antes de “ir hacia el futuro”, tenemos que preguntarnos sobre “el presente” que nos deja el gobierno de Cambiemos. La inflación ya lleva acumulada en estos tres años y medio un 200% y los trabajadores hemos perdido en promedio un 30% del poder adquisitivo de nuestro salario (lo mismo ha sucedido con las jubilaciones). Las tarifas de servicios públicos han crecido más de 2.000%. El desempleo “oficial” trepa a más de 10% y, si sumamos el subempleo estamos cerca del 25%. La pobreza ha crecido hasta el 35% (con más del 50% de niños en esa situación). La educación, la salud pública y el sistema de Ciencia y Técnica están en situación terminal.

Macri juega con el “pasado”, buscando traer a la memoria aquellas políticas kirchneristas que hizo que una porción de la clase trabajadora, equivocadamente, votara por Cambiemos en 2015 y 2017. Por supuesto que esos hechos existieron: la intervención del Indec y la “desaparición” de los índices de pobreza e inflación, el impuesto al salario, la corrupción que llevó a desastres como la masacre evitable de Once y un largo etcétera. Nosotros le agregamos particularmente la mentira de que “nos habíamos desendeudado” cuando el gobierno kirchnerista fue “pagador serial” de 200.000 millones de dólares durante su gestión.

Pero lo que no dice Macri es que, en comparación a ese “pasado”, su gobierno profundizó el ajuste contra el pueblo trabajador.Es salvajemente hambreador y entreguista como ninguno. Generando una nueva deuda de casi 200.000 millones de dólares, que sumada a la que dejaron Néstor y Cristina hace que el monto total supere los 400.000, de los cuáles 150.000 son de vencimiento inmediato. Y terminó llevándonos a un nuevo plan de ajuste con el FMI donde se nos exige un ajuste de características feroces.

¿A qué “futuro” se refiere Macri?

Empecemos por lo que no dice. Debido a la bronca popular y a la necesidad de no acrecentarla en medio de la campaña electoral, a partir de abril pasado se suspendieron los aumentos de tarifas. Pero, ¡atención! no se eliminaron, sino que simplemente se “corrieron” para después de las elecciones. Por lo que, a fin de año, volverán y con todo, los tarifazos en la luz, el gas y los demás servicios. Por otra parte, los famosos “precios esenciales” también tienen fecha de vencimiento al final de las elecciones. Las grandes empresas que monopolizan la producción de los bienes que componen la canasta familiar, junto con las cadenas de hipermercados, ya avisaron que el acuerdo de precios era “hasta fin de octubre”. Por lo que ya se están preparando para dar un nuevo zarpazo al bolsillo trabajador.

Ahora vamos a lo que “sí dicen” los propios candidatos de Juntos por el Cambio. El ministro de Hacienda Nicolás Dujovne y el presidente del Banco Central Guido Sandleris ya se lo han prometido al establishment empresario local e internacional: si llegan a ganar inmediatamente pondrán en marcha la reforma laboral (léase flexibilización y vía libre para la máxima superexplotación de los trabajadores) y la reforma previsional (reventar las jubilaciones presentes y futuras). El propio candidato a vicepresidente Miguel Ángel Pichetto se comprometió inclusive a promoverlo en el Congreso antes de fin de año.

¿El problema es sólo Macri?

El “apuro” por implementar estas medidas tiene que ver con la presión de las propias patronales, pero también con que es parte de las exigencias del Fondo Monetario Internacional para renegociar el actual acuerdo y transformarlo en uno a más largo plazo, denominado “de facilidades extendidas”.

Pero el futuro que nos espera con un nuevo gobierno de Macri no termina allí. Como han garantizado el pago puntual de todos los vencimientos de deuda externa, ello requerirá un ajuste aún más feroz que el actual.

Como vemos, Macri es sólo el brazo ejecutor más directo de las exigencias del Fondo Monetario Internacional y de los acreedores externos del país. Por lo que el problema que tenemos los trabajadores no es sólo “sacarnos de encima a Macri”, sino también al propio FMI y su plan de ajuste. Y, por supuesto, terminar con la espada de Damocles que hipoteca toda nuestra riqueza: los pagos astronómicos de deuda externa.

Acordamos con lo que ya es un clamor del pueblo trabajador: No queremos seguir con las políticas de ajuste, hambre, desocupación y miseria. Pero advertimos: lo mismo sucederá si seguimos con el FMI, aunque otro sea el presidente. Y Alberto Fernández ya ha dicho que no piensa romper con este acuerdo, ni mucho menos, suspender los pagos a los acreedores. Por eso insistimos: la única salida para el pueblo trabajador pasa por romper el acuerdo con el Fondo, dejar de pagar la deuda externa y poner todos esos recursos al servicio de resolver las más urgentes necesidades de trabajo, salario, educación, salud y vivienda. Sólo el Frente de Izquierda-Unidad levanta este planteo. Por eso llamamos a votarlo y fortalecerlo.

Escribe Martín Fu

A Oscar Aguad le dicen “el milico”. Es el actual ministro de Defensa, cargo que también ocupaba cuando desapareció el ARA San Juan. En su momento se habría referido a la “impericia” o “falla humana”, tratando de esquivar sus responsabilidades por mandar a navegar a lo que quedaba de una flota vetusta y sin el mantenimiento adecuado.

Ahora Aguad es nuevamente noticia, sumándose al coro de gran parte del gobierno de Macri que pretenden no sólo reivindicar a los genocidas, darles prisión domiciliaria o buscar la “reconciliación”, al usar el desfile por los festejos del 9 de Julio para reivindicar al carapintada Aldo Rico.

Para el “milico” Aguad, “lo de Aldo Rico con los carapintadas es historia vieja, fue algo chiquito, no creo que haya puesto en jaque a la democracia” (Infobae, 10 julio), intentando quitarle importancia y minimizando el alzamiento que comandó en Semana Santa de 1987 contra el gobierno de Alfonsín, que provocó una enorme y masiva respuesta popular con cientos de miles en las calles y rodeando Campo de Mayo, repudiando la intentona golpista y exigiendo la rendición de Rico. Mientras Aguad y el gobierno intenten lavarle la cara a los milicos, seguiremos denunciando cualquier intento de perdón, reconciliación y de falsear la historia.

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