Jul 19, 2024 Last Updated 5:12 PM, Jul 19, 2024

Con el millón de pesos por minuto que se pagan por intereses de la deuda externa (600.000 millones de pesos anuales) y los 1.892 millones de pesos que se llevan los bancos por las siderales tasas de interés que se le pagan por las Leliq, se podrían construir 730.000 viviendas anuales.

Si se dejara de pagar esa deuda usurera y se combatiera el negocio capitalista de los bancos con las tasas de interés del 60% mensual que se pagan, se podría combatir el déficit habitacional, dar trabajo genuino y empezar a reactivar la economía.

Tanto Cambiemos como el Frente con Todos intentan convencer a los votantes que en las PASO se define la elección presidencial. Que si gana Alberto por 10 puntos “ya es irrecuperable” o que “si Macri queda a 3 puntos, ya gana en octubre”. De esa forma buscan que millones que quieren que Macri se vaya ya y otros millones que no quieren que vuelva el peronismo kirchnerista, voten “en contra” en las PASO. La trampa es que en agosto no se define quién será presidente o gobernador. Es ahí cuando muchos compañeros nos preguntan: ¿entonces no se decide nada? ¿Es algo así como una “encuesta obligatoria” (y carísima)?

Debemos aclarar. Las PASO son una trampa creada en el año 2011 con el objetivo de “eliminar” a los partidos pequeños (y en particular a la izquierda) para que no puedan participar de la elección “de verdad”, que es la que se realiza en octubre. Todo partido que no supere el 1,5% de los votos quedará eliminado. Se trata de un piso proscriptivo. Por eso, en el marco de la actual polarización, es muy importante que todos sepan que votar al Frente de Izquierda Unidad es, también, para cumplir el elemental requisito de que podamos estar presentes en la elección de octubre.

Por supuesto, las PASO también serán leídas políticamente como una gran encuesta. Mientras más votos saque el FIT-Unidad, más fuerte estaremos para encarar la elección de octubre y fortalecer una alternativa de izquierda y trabajadores en todo el país. Y para que se sepa que somos muchos los que no acordamos con mantener la sumisión al FMI. No te dejes engañar: en las PASO, el único “voto útil” es al FIT-Unidad.

Editorial

Estamos en los días previos a las PASO. La postal de la Argentina de Macri está lejísimo de lo que nos quieren hacer creer que vamos a una “fiesta de la democracia”. Más de diez cuadras de cola para entregar un currículum e intentar conseguir un trabajo de guardia cárcel en Olmos. Un repartidor de Glovo superflexibilizado sufre un accidente y, mientras espera a que llegue la ambulancia, la empresa le pregunta por celular si está bien… la mercadería. Una fundación privada dio a conocer datos mostrando que la pobreza viene creciendo sistemáticamente desde menos de 10% en 1983 hasta el 35% actual, con jóvenes y niños pobres que superan el 50%. Toda una imagen de una juventud sin futuro.

Muchos compañeros de trabajo nos dicen que los principales candidatos son un desastre, “se robaron todo”, “gobiernan para los ricos”. Acuerdan con nosotros en que, de fondo, ninguno va a solucionar nada. Sin embargo, vemos como crece la polarización. Que es abonada todos los días tanto por Juntos por el Cambio como por el Frente de Todos. La mayoría de los trabajadores tiene la ilusión de que, aunque nadie va a solucionar nada de fondo, “algo” va a mejorar, y por eso apuesta a Fernández y Cristina. También hay algunos sectores populares que se encandilan con que en estas últimas semanas hay estabilidad en el dólar y la inflación no sube tanto como en los meses anteriores, o con que no siguen los tarifazos. Y parecen inclinarse por votar a Macri. Pero la aparente “calma” está atada con alambre, a pura bicicleta financiera. Apenas pasen las elecciones volverán los tarifazos, subirá todo otra vez y seguirá la pulverización de salarios y jubilaciones. Sin contar con que Macri ya anunció que, si gana, “irá más rápido”, lo que significa más ajuste y el lanzamiento otra vez de las reformas laboral y previsional.

Fernández y Cristina, por su parte, salieron con una batería de anuncios (como aumentos de salarios y jubilaciones, o medicamentos gratis para los jubilados), sin decir de dónde van a sacar los fondos. Y cuidándose, a cada paso, de asegurarle al establishment financiero internacional que “de ninguna manera” se suspenderá ningún pago a los usureros y que se continuará con la tutela del FMI. De ser así, como ha explicado el economista liberal Guillermo Calvo, y avalan los economistas que rodean a Alberto Fernández, la perspectiva es a un mayor ajuste, a salarios y jubilaciones a la baja, a un mayor desempleo y a que se intente llevar adelante las exigencias fondomonetaristas.

No habrá entonces, mejora alguna para la clase trabajadora y los sectores populares votando a uno u otro candidato patronal. Por eso no sirve resignarse, optando por el “mal menor”, cuando nada, absolutamente nada va a cambiar si siguen el FMI y los pagos de deuda. Por eso le tenemos que pedir a cada compañero que haga valer realmente su voto. Que rompa con esta falsa polarización. Que ayude a que se haga más fuerte la voz de los que decimos que hay que romper con el Fondo y dejar de pagar la deuda, que hay que dejar de priorizar a los usureros y especuladores y poner como punto uno la resolución de las más urgentes necesidades populares: salario, trabajo, educación, vivienda y salud.

Como dijimos más arriba, la aparente “calma” no es tal. Ahora mismo, mientras la burocracia sindical de todos los colores se juega a que no se “hagan olas” y no haya conflictos durante la campaña electoral, tenemos a los maestros de Salta, enfrentándose a Urtubey. O a los trabajadores de Minetti en la Córdoba de Schiaretti, que acaban de triunfar. O a los docentes y estatales del Chubut del gobernador Arcuri, aliado de Alberto Fernández. Después de las elecciones las luchas van a crecer. Esa es la perspectiva porque gane quien gane seguirán los ajustes de la mano del FMI. Por eso el voto al FIT Unidad es para que estemos más fuertes para las luchas que se vienen. Para que tengamos más fortaleza para el sindicalismo combativo, y para una fuerza política que se juegue de verdad contra el ajuste.

Quedan pocos días de campaña. Ya se han realizado decenas de charlas, recorridas por barrios, fábricas, colegios y hospitales. Actividades unitarias de todos los partidos del Frente en plazas y esquinas importantes. Se repartieron centenares de miles de volantes y se pegaron otros tantos carteles. Tenemos que redoblar la actividad: que no quede un solo compañero de trabajo, estudio, vecino, amigo o familiar al que no le hayamos llevado nuestra propuesta y discutido porqué hay que votar al FIT-Unidad. Al que no invitemos a las charlas que quedan en estos días. Que no quede un volante sin repartir ni un afiche sin pegar. Tenemos, día a día, que armar la cadena del voto al Frente de Izquierda. Invitar masivamente a los actos y actividades de cierre de campaña en cada lugar del país. Conseguir miles de fiscales para el día de la elección. Estamos convencidos de una cosa: votando al FIT-Unidad, a la fórmula presidencial Nicolás del Caño-Romina del Plá y a todos los compañeros en cada una de las listas estamos sembrando en la gran tarea estratégica: el fortalecimiento de una alternativa política para los trabajadores que, de una vez por todas, cambie de raíz el futuro del pueblo trabajador, para que gobiernen los que nunca lo hicieron, los únicos que no tienen responsabilidad en este desastre en que está sumido nuestro país, los trabajadores y la izquierda.

Editorial

El macrismo dice que todo se resuelve “no volviendo al pasado”, mientras el ajuste se sigue comiendo los bolsillos del pueblo trabajador y continúa la fiesta para banqueros y especuladores. Alberto Fernández y Cristina contraponen que solo se trataría de “volver a prender la luz de la economía”, escapándole a cualquier explicación más concreta. Es que ambos esconden lo más importante: ¿qué van a hacer con la “gran hipoteca” que quedará para el 2020, con los impagables vencimientos de deuda externa y el acuerdo vigente de super-ajuste con el FMI?

Macri dice que, si gana, “irá más rápido”, léase pondrá en marcha las reformas laboral y previsional, para luego renegociar con el FMI un “acuerdo más amplio”. Alberto Fernández plantea, a la vez, que él se sentará a renegociar con el Fondo. Pero esconde lo que es un secreto a voces: que el FMI le exigirá para “renegociar”, justamente, que ponga en marcha las citadas reformas laboral y previsional y un mayor ajuste. ¡Con Macri y los Fernández sigue el FMI! Ellos juran y perjuran que, bajo ningún punto de vista, dejarán de cumplir con el Fondo y los acreedores. Como un perro que se muerde la cola, ambas fórmulas presidenciales patronales terminan en lo mismo: sacrificando el futuro de los trabajadores en el altar de los pagos de deuda y la continuidad de los acuerdos con el FMI.

Desde el Frente de Izquierda Unidad somos clarísimos: no hay absolutamente ninguna salida para los sectores populares si no arrancamos de romper el acuerdo con el FMI y suspender inmediatamente los pagos de deuda externa. Este es el primer paso, absolutamente esencial, para dar vuelta todo y pasar a priorizar las reales necesidades del pueblo trabajador: salario, empleo, educación, salud y vivienda. ¡Ahí, en lo que hoy se va en concepto de deuda externa y en las exigencias del FMI, está el dinero para resolver esos problemas!

Muchas compañeras y compañeros, comprendiendo que en el FMI y la deuda está el origen del saqueo que nos sume en la decadencia y la miseria, sin embargo dudan de que nuestro planteo sea viable. ¿Se puede de verdad romper con el FMI? ¿Es posible dejar de pagar la deuda? ¿Cuáles son las consecuencias? Son todas preguntas que nos hacen en la calle, en las fábricas, oficinas y lugares de estudio.

Nuestra respuesta es categórica: ¡por supuesto que es posible! Más aún, hay infinitos ejemplos de países que dejaron de pagar sus deudas y a partir de eso comenzaron a recuperarse. Pero no necesitamos ir a la historia ni a territorios lejanos. Acá nomás tenemos un ejemplo: en diciembre de 2001 la Argentina se estaba hundiendo en su máxima crisis, justamente por estar pagando infinitos vencimientos de deuda en medio de un ajuste sin fin. Todo terminó con la explosión popular del argentinazo, que tiró a los ajustadores De la Rua y Cavallo e impuso la suspensión del pago de la deuda. La reactivación económica en el período inmediato posterior, que permitió una cierta recuperación de los salarios y el nivel de empleo, se logró justamente porque no se estaba pagando la deuda. Así como los problemas reaparecieron cuando se volvió a pagar.

Pero, ¿suspender los pagos no nos traerá consecuencias? ¿No seremos sancionados por las potencias imperialistas? Digámoslo con toda claridad: cualquier problema que pueda traernos será infinitamente menor que si seguimos pagando en base al hambre y la miseria del pueblo, en un ajuste infinito que al final igual nos lleva a crisis terminales como las que vivimos en la hiperinflación de 1989 o en los meses previos a diciembre de 2001. Si queremos recuperar el poder adquisitivo del salario, reactivar la economía, que crezca el empleo y que mejoren la educación y la salud públicas la única opción “realista” es justamente romper las cadenas que nos atan al FMI y terminar con el barril sin fondo de la deuda, por donde se va toda nuestra riqueza. Lo “utópico” es justamente lo contrario. “Utópico” es, como dice Alberto Fernández, que se puede renegociar con el FMI y que este permita poner en marcha un programa de redistribución de la riqueza, o “nacional y popular”. ¡Toda la historia del FMI demuestra lo contrario! El Fondo es un organismo imperialista que está para exigir planes de ajuste al servicio de que cobren los acreedores y para ninguna otra cosa.

Si sigue Macri, o si vienen Alberto y Cristina continuará el ajuste y el sometimiento al FMI y sus dictados. Con ellos no hay futuro para los trabajadores, los jubilados, las mujeres y la juventud. Esta es la realidad. Si, en cambio, rompemos con el FMI y dejamos de pagar la deuda, se abren los caminos para poner en marcha un verdadero programa alternativo. Que incluye nacionalizar la banca y el comercio exterior, reestatizar las privatizadas poniéndolas a funcionar bajo gestión de sus trabajadores y usuarios, prohibir por ley suspensiones y despidos, dar un aumento de emergencia para que nadie gane menos que la canasta familiar y poner en marcha un verdadero plan de obras públicas para terminar con la desocupación. ¡Este es el verdadero y único programa “posible” a favor de la clase trabajadora y el pueblo!

Por eso en estas elecciones batallamos por hacer más fuerte una alternativa para la clase trabajadora que levante estas propuestas. Es lo que propone el Frente de Izquierda Unidad. Por eso te invitamos a que nos votes y nos ayudes a que crezca una auténtica cadena de votos, difundiendo estas ideas entre tus amigos, compañeros de trabajo o estudio y familiares. A que te sumes a las actividades de campaña electoral, donde nuestros candidatos recorren diariamente fábricas, oficinas, hospitales y barrios populares. A que seas uno más cuando salimos a repartir nuestros volantes en esquinas y plazas. A que te anotes como fiscal y nos ayudes a conseguir más, para defender los votos el día de la elección. A que vengas a nuestras charlas a debatir nuestras propuestas. A que nos ayudes, en estas últimas semanas, para que suene más fuerte nuestra voz, frente a las campañas millonarias de los candidatos patronales. Para que no quede un trabajador, un joven que pelea por su futuro, una mujer que lucha por el aborto y contra la violencia de género, un vecino sin escuchar que, contra los candidatos del ajuste, ¡hay que votar a la izquierda que se une!

Los gobernadores peronistas de Chubut y Salta siguen demostrando que no sólo Macri y Cambiemos aplican los ajustes del FMI, sino que todos los gobernadores están dispuestos a recortes salariales y del presupuesto en educación.

En Chubut, el gobierno de Mariano Arcioni dio un aumento del 15% por decreto, para tratar que los docentes nucleados en Atech levanten la lucha. Este fue rechazado y en la semana se resolverán las medidas a seguir.

En Salta, Urtubey (candidato peronista a vicepresidente por Consenso Federal, con Lavagna), no sólo no cumple el acuerdo del inicio del año. Además se niega a otorgar una serie de reivindicaciones que reclaman los docentes autoconvocados, que se organizan en asambleas masivas por fuera de los sindicatos burocráticos. El ministro Estrada acusó que el paro docente era manejado políticamente por el Frente de Izquierda, denunciando a Nicolás Del Caño, ya que los legisladores del Frente de Izquierda hicieron un aporte al fondo de lucha. Es que no pueden entender que el FIT esté al servicio de las luchas, no sólo en momentos de campaña electoral, sino durante todo el año, apoyando con todas nuestras fuerzas los reclamos de los trabajadores.

Salta, Chubut, los gobernadores peronistas y el apoyo de los diputados de izquierda, son otras muestras de por qué el “voto útil” es al FIT-Unidad.

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