Escribe Guido Poletti
Nunca se había ido del todo. Después de ser parte activa del genocidio de la dictadura guardó en sus archivos miles de interrogantes sobre los desaparecidos y su destino. Luego aportó “mano de obra desocupada” y complicidades nunca aclaradas en crímenes varios. Finalmente, luego del Argentinazo y el crecimiento de las luchas contra la impunidad fue formalmente “disuelta”. Le cambiaron el nombre y le lavaron la cara. Siempre quedó como tarea pendiente terminar con eso que se le dio en llamar “el subsuelo de la democracia” y sus oscuros personajes.
Ahora con el gobierno de Milei vuelve con todo, sin disimulos y reivindicada incluso con su nombre más nefasto: SIDE (Secretaría de Inteligencia del Estado). Bajo su organigrama habrá cuatro organismos: el SIA, Servicio de Inteligencia Argentina (todo un homenaje a su hermana mayor, la CIA yanqui, de la que le copia hasta el logo, y que evidentemente le va a dictar su accionar), vinculada a Seguridad Exterior; la Agencia de Seguridad Nacional (ASN), auténtico blanqueo del espionaje interno, con un águila yanqui como logo; la Agencia Federal de Ciberseguridad (AFC), para el seguimiento y las operaciones informáticas; y la División de Asuntos Internos (DAI), para el contraespionaje, con un extraño logo que copia el símbolo de los illuminati. Todo muy oscuro, como en sus peores épocas. Por si faltara algo, se nombró a cargo de la Escuela de Inteligencia, para formar a los agentes, al conocido negacionista de los crímenes de la dictadura, el menemista Juan Bautista “Tata” Yofre.
Desde Izquierda Socialista y el Frente de Izquierda Unidad seguimos exigiendo, junto con los organismos de derechos humanos, el desmantelamiento del aparato represivo, una de cuyas patas más oscuras está en ese nefasto organismo que funciona en el edificio de 25 de mayo 11 en CABA. Así como reclamando la apertura de todos sus archivos, acto fundamental para hacer realidad la consigna de Memoria, Verdad y Justicia.