May 17, 2024 Last Updated 1:34 AM, May 17, 2024

Izquierda Socialista

Con motivo de los incendios, entrevistó El Socialista a Chuzo González Quintana, abogado especialista en derechos humanos, ambiente y pueblos originarios.

ES–El cambio climático, como sugieren los gobiernos, ¿es la principal causa de los incendios en el país?

CH–Yo la formularía al revés. ¿Los incendios son causales del cambio climático? Categóricamente, sí.  Los grandes incendios provocan cambios en el clima. Cada año se incendian más de 400 millones de hectáreas de bosque nativo en el mundo, una superficie mayor que la de India. El 98% de estos incendios no son naturales y generan gases de efecto invernadero que impactan en la temperatura del planeta, produciendo cambios climáticos en regiones puntuales del globo. Cuando más incendios se producen llega una mayor cantidad de CO2 a la atmósfera, aunque este efecto sea de carácter transitorio, los territorios incendiados tardan años en producir otra vez oxígeno.

ES–¿Se sabe cuántas hectáreas se han quemado? ¿Tienen alguna responsabilidad el gobierno de Schiaretti y el nacional?

CH–Según el último relevamiento de los técnicos de la Coordinadora en Defensa del Bosque Nativo, ascienden a 200.000. Creemos que la responsabilidad principal de este ecocidio descansa en primer término en cabeza del gobernador Juan Schiaretti, en su secretario de Ambiente Juan Carlos Scotto y en el director de Defensa Civil Diego Concha. Los planes de manejo del fuego, provinciales y nacionales, han fracasado alevosamente. La Argentina tiene siete provincias incendiadas, curiosamente donde se concentra el bastión del agronegocio, uno de los sectores beneficiados con esta destrucción ambiental, y esto no solo es responsabilidad de los gobernadores sino también del gobierno nacional y sus funcionarios que, como en el caso del ministro Cabandié, no tienen conocimiento en materia ambiental.

ES–¿Cuál debería ser la política para evitar estos incendios que se repiten todos los años?

CH–La única política posible es un Estado comprometido con el cuidado del ambiente. Un Estado presente en los territorios previniendo incendios apenas terminan las últimas lluvias del verano. Poniendo en marcha sistemas de alerta temprana, con vigías y brigadistas que no solo previenen grandes focos ígneos, sino que controlan su expansión evitando quemas en extensiones, como las que vivimos en Córdoba.

ES–Según doscientos cincuenta científicos que investigaron para la ONU, de seguir las emisiones de CO2 al ritmo actual, en 2050 el planeta sería inhabitable. Para vos, ¿cuál sería la salida de fondo para evitarlo?

CH–La salida es el cambio del modelo de consumo que propone el sistema capitalista. Esto implica un modelo basado en la mayor protección y sustentabilidad de los recursos naturales, porque justamente son fuentes no renovables. Para esto necesitamos reconocer y viabilizar los derechos de la naturaleza en los cuales se integra el respeto de sus ciclos, sus tiempos y el cuidado del equilibrio ecosistémico. El sistema capitalista se sostiene a partir de una acumulación de riquezas a costa de la destrucción del ambiente. La salida es anticapitalista.

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Escribe Diego Martínez

El pasado 30 de septiembre se nos fue un grande de la historieta y de la cultura, Joaquín Lavado, más conocido como Quino, el seudónimo que utilizó durante toda su carrera artística.

A través de su personaje más célebre, Mafalda, nos inspiró de niños y niñas a tener una mirada crítica del mundo y a pelear contra las injusticias y los atropellos haciéndolo siempre con una sonrisa. “Paren el mundo que me quiero bajar” fue la frase que inmortalizó Mafalda y que refleja este espíritu.

Quino ya no estará entre nosotros, pero su obra seguirá vigente inspirando a las nuevas generaciones a pelear contra el capitalismo, por un mundo sin opresión ni explotación.

Quino nació en Mendoza en 1932. De muy chico comenzó a dibujar por influencia de su tío, pintor y diseñador gráfico, también llamado Joaquín. A su tío le debe su apodo, de quien su familia lo diferenció llamándolo por el seudónimo con el que luego se haría famoso en todo el mundo.

Siendo muy joven, se trasladó a Buenos Aires donde hizo sus primeras armas como dibujante, y en 1964 dio a luz su obra maestra, Mafalda. Comenzó en la revista Primera Plana, pasó por el diario El Mundo y la revista Siete días, donde publicaría por última vez su icónica tira en 1973. Las historias de esta niña curiosa y sus amigos (Manolito, Susanita, Felipe, Miguelito, Libertad), sus interrogantes y sus reflexiones atraparon a millones de jóvenes, y no tan jóvenes, y trascendieron las fronteras. Mafalda fue traducida en treinta y cinco idiomas y llegó a algunos de los rincones más recónditos del mundo. El periodista Miguel Bonasso, a raíz de la muerte de Quino, declaró en su cuenta de Facebook: “Me gustaría que estuviera vivo y contarle algo que me pasó, hace muchos años, en Dar es Saalam, Tanzania. Aquel taxista que sonrió feliz cuando le dije que era argentino y comentó ‘como Mafalda’”.

El éxito de Mafalda

¿Cuál fue el secreto de tamaño éxito? Sin lugar a dudas la mezcla entre la prosa genial, aguda, ingeniosa y sensible de Quino con los temas que abordaba la tira. En Mafalda se reflejaban las preocupaciones de los trabajadores, las mujeres y la juventud de la época que comenzaban a sufrir paulatinamente la declinación de su nivel de vida. En su autobiografía, Quino definió así a su personaje: “Mafalda es una niña que intenta resolver el dilema de quiénes son los buenos y quiénes son los malos en este mundo”. Ese dilema Mafalda lo resolvería en el medio de tremendos sucesos que conmovieron al planeta durante la década del ’60 y principios de los ’70, los cuales exhibieron con meridiana claridad frente a los ojos de millones de trabajadores quiénes eran los “malos” y quiénes los “buenos”. Era la época del empantanamiento yanqui en Vietnam después de décadas de invasión en el sudeste asiático, del Mayo Francés del ’68 y de rebeliones contra la burocracia estalinista, como la Primavera de Praga. En la Argentina se dio ese tremendo levantamiento obrero y estudiantil que fue el Cordobazo del ’69, con sus posteriores réplicas en distintas partes del país. Estos hechos sin duda se reflejaban en la tira, motivo por el cual millones de trabajadores y de luchadores leían de forma entusiasta sus páginas. En ella también se reflejaban, de forma totalmente adelantada para su época, las luchas de las mujeres por sus derechos y la defensa de la educación pública, motivo por el cual nuestra agrupación Docentes en Marcha lleva como emblema la figura de Mafalda. Mafalda se mostraba particularmente preocupada por la existencia de la bomba atómica y el gasto militar que realizaban las principales potencias del mundo en pos de la carrera armamentista. También reflejaba de forma precursora la lucha en defensa del ambiente.

Una crítica al capitalismo

Sin duda, Mafalda fue el reflejo de una época y de una joven generación que miraba con ojos críticos lo que pasaba en el mundo en los ’60 y los ’70. Pero Mafalda trascendió por mucho su propia época. Lo que en definitiva criticaba Mafalda era el capitalismo. Esa crítica es la que hace que el contenido de la tira siga vigente y refleje el sentir de nuevas camadas de jóvenes que siguen inspirándose en sus páginas para condenar la injusticia y la opresión cincuenta y seis años después de su aparición. La crítica abarca desde el aspecto económico del capitalismo hasta sus efectos en la cultura y en las propias relaciones entre las personas. Repasando parte de las frases más célebres de Mafalda encontramos una crítica a la dominación imperialista: “¿Qué habrán hecho algunos pobres sures para merecer ciertos nortes?”. A la alienación y la deshumanización que impone el capitalismo: “¿Y no será que en este mundo hay cada vez más gente y menos personas?”. Al rol de los medios de comunicación: “Los diarios inventan la mitad de lo que dicen. Y si a eso le sumamos que no dicen la mitad de lo que pasa, resulta que los diarios no existen”. A la degradación de la cultura en las sociedades capitalistas: “¿No sería hermoso el mundo si las bibliotecas fuesen más importantes que los bancos?”. A la represión: “Ven, este es el palito de abollar ideologías”, señalando el bastón de un policía. Y aun a la explotación capitalista: “Nadie amasa fortuna sin hacer harina a los demás”, decía Manolito en una viñeta.

La vigencia de Mafalda, expresada en estos días en la enorme repercusión que tuvo la muerte de Quino y el redescubrir de su obra por parte de millones de lectores, desmiente la creencia de aquellos escépticos que opinan que la pelea contra las injusticias del capitalismo terminó en los ’70. Mientras exista el capitalismo habrá jóvenes y trabajadores que se levanten y den pelea contra este sistema tomando en cuenta el sabio consejo de Mafalda: “¡Sonamos muchachos¡ ¡Resulta que si uno no se apura a cambiar el mundo, después es el mundo el que lo cambia a uno!”.

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Según explica Diego Rojas en su libro La izquierda (editorial Planeta, Buenos Aires, 2020), Quino militó en su juventud, en la década del ’50, en el trotskismo. Su crítica al capitalismo y su ideología socialista se mantendrían a lo largo de los años. Así lo expresó en una entrevista de Mónica Maristain para Página/12 en 2004. Reproducimos un fragmento.  

“El capitalismo también se va a ir al carajo. Esto no puede continuar así. Yo lo que espero es que a la larga se intente otra forma de socialismo. No igual al que ya fue, pero para mí sigue siendo el mejor sistema de gobierno”

–¿Morirá siendo socialista?

–Sí, por supuesto. Esa es la mejor forma de gobierno que concibo, es el mejor sistema. Apenas tuvo setenta años para expresar y es probable que estuviera mal aplicado. Si pensamos que al cristianismo le llevó tres siglos imponerse, ¿por qué no podemos pensar que el socialismo regresará y finalmente podremos vivir en un sistema más justo y más humano para todos?

 

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El pasado jueves 3 de octubre, Pablo Flores, chofer de la línea 218 de La Matanza, fue asesinado mientras realizaba su recorrido. Inmediatamente, la tremenda indignación entre los choferes obligó a la UTA a decretar un paro, pero solo en el Oeste, ridículo. Si bien hubo líneas de otras zonas que pararon, la UTA se jugó a dividir con esta maniobra para desmontar el repudio generalizado y llevar todo a un callejón sin salida. 

Luego de un parazo y cortes de calles exigiendo justicia por Pablo Flores y medidas concretas contra la inseguridad, la UTA levantó la medida tras la promesa de Berni de poner algunas motos que escolten a los coches, una burla. Este drama muestra una vez más no solo la connivencia de la policía con la delincuencia y el acuerdo de zonas liberadas, sino también que a la conducción de Fernández no le importa nada que sigan asesinando choferes. Es necesario seguir luchando por medidas concretas de seguridad, como lo son las cabinas dentro de los colectivos para resguardar a los choferes (única medida efectiva y rápida) y patrulleros en los puntos críticos del recorrido. Mientras, se sigue desarrollando una alternativa a Fernández y los falsos opositores.

Entrevistamos a un chofer de la línea 218 de la empresa Almafuerte, quien nos contó lo sucedido la semana pasada cuando asesinaron a Pablo Flores y el conflicto que se abrió en la línea.

ES–¿Qué pasó el jueves pasado?

–Nuestro compañero Pablo Flores estaba haciendo su recorrido. Iba por el kilómetro 38 (de la ruta 3), en el barrio San Javier (de Virrey del Pino) cuando subió un tipo al colectivo y lo mató. En la tele dijeron que era un ajuste de cuentas, una pelea de vecinos por una infidelidad, pero es todo mentira. Los mensajes que muestran como prueba de eso son de hace dos años y de otra persona, no de Pablo.

ES–¿Cómo reaccionaron ustedes, sus compañeros?

–Inmediatamente nos fuimos a la comisaría del 35 (kilómetro 35 de la ruta 3) a exigir seguridad. No es la primera vez que pasa algo así. Hace un par de años mataron a un chofer de la 620 y no cambió nada. Esto pasa también en otras zonas. Las empresas no nos dan seguridad a los choferes y la policía no hace nada.

Al día siguiente hicimos un paro donde participamos más de cuarenta líneas, la mayoría de zona oeste y algunas de capital, también de zona norte y de zona sur.

Nosotros además cortamos la General Paz protestando por lo que pasó con nuestro compañero.

ES–¿Cuál fue la respuesta de la UTA?

–Ninguna. Ellos no estuvieron el jueves a la noche cuando fuimos al 35 por lo que pasó con Pablo. Al otro día vinieron los delegados al corte de la General Paz y se juntaron con Berni. Los sacamos a patadas. El lunes 5 se reunieron con Berni, que supuestamente les prometió que van a poner patrullas de motos para seguirnos en el recorrido y ellos dicen que van a presionar por poner cámaras en las unidades. Lo mismo dijeron cuando fue lo de la 620 y no cambió nada. Los delegados no nos acompañaron. Vinieron a sacarse la foto y figurar con Berni. Nada más. Como los apretamos, tuvieron que seguir con el paro de nuestra línea hasta el lunes pasado.

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Escribe Mónica Schlotthauer, delegada ferroviaria del Sarmiento y diputada nacional electa Izquierda Socialista/FIT Unidad

Orgullosas y emocionadas, las ferroviarias del Sarmiento vivimos la reincorporación de nuestra compañera Gisela, despedida en febrero de 2018 por la gerencia macrista. El servicio médico de la empresa la acusó por faltar mucho sin justificación, cuando Gisela estaba viviendo violencia de género en su casa mientras, además, criaba cuatro pequeñxs hijxs.

En vez de protegerla y ayudarla, consciente de las denuncias que Gisela había hecho, la empresa la persiguió y la despidió.

Pero las ferroviarias de Mujer Bonita es la que Lucha, la lista Bordó y el cuerpo de delegados, junto con los compañeros de la línea, la defendimos sin descanso.

La lucha contra su despido marcó un antes y un después. Logramos que se cumplieran las licencias por violencia de género, que deberían estar en todos los convenios, y que la empresa diera respuesta y contención a las compañeras que atraviesan esas situaciones cuando antes solo lo hacíamos a pulmón desde la red feminista de La Casa que Abraza.

Durante más de dos años golpeamos muchas puertas por Gisela. La echó la gerencia macrista, pero la gerencia peronista “progre” no lo revirtió inmediatamente. Fuimos al nuevo Ministerio de Mujeres y Diversidad y no obtuvimos respuestas. Finalmente, logramos que el Inadi se pronunciara por la reincorporación, ya que su despido violaba la ley 26.485, y la empresa tuvo que hacer lugar a nuestro reclamo.

Gisela ya está trabajando, es un gran triunfo. Pero queremos que vuelva a trabajar en el Sarmiento y con el mismo salario, antigüedad y categoría que tenía en 2018. Con el nuevo convenio que firmó la burocracia de la Verde, los que ingresan cobran la mitad que la categoría más baja. Una vergüenza. Pretenden que Gisela trabaje en el Área de Mujer de la empresa, dependiente del ministerio, donde estaría expuesta a casos de violencia. Ella no quiere ser un objeto decorativo en una oficina, quiere ser la operaria de limpieza que era cuando fue despedida.

Con la alegría de su vuelta, seguimos luchando por lo que falta. ¡Bienvenida de nuevo compañera!

Nuestro semanario. En el que te acercamos el reflejo de las luchas del movimiento obrero, las mujeres y la juventud, además un análisis de los principales hechos de la realidad nacional e internacional.

Es una herramienta fundamental para fortalecer a Izquierda Socialista y al Frente de Izquierda.

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