Jul 19, 2024 Last Updated 5:12 PM, Jul 19, 2024

Izquierda Socialista

Redacción de Izquierda Socialista y de El Socialista

Escribe Malena Zetnik

Empezó el debate en la Cámara de Diputados con diferentes proyectos. El de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto es el único que expresa el reclamo de la mayoría de las mujeres. Hay que seguir en las calles para que se apruebe.

En una histórica jornada, este 20 de marzo sesionó por primera vez un plenario de comisiones de la Cámara de Diputados para dar inicio al debate sobre la legalización del aborto. Durante dos meses se realizarán audiencias públicas en donde se expresarán las diferentes posiciones en torno del tema que se trataría en junio en la Cámara baja.

El principal proyecto presentado es el elaborado por la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito que cuenta con 71 firmas de diputados de diferentes bloques, desde el Frente de Izquierda (el único que lo apoya unánimemente) pasando por PRO, el kirchnerismo y los distintos sectores del PJ. Propone la legalización de la interrupción voluntaria del embarazo hasta las 14 semanas de gestación y que se garantice su realización de manera gratuita en todo el sistema de salud, desde los hospitales públicos hasta las empresas de medicina prepaga.

Sin embargo, a pesar de ser éste el proyecto con más firmas y con el contundente apoyo de centenares de miles de mujeres que se movilizaron en todo el país el pasado 8 de marzo, existen otros proyectos presentados para “embarrar la cancha” y tratar de cercenar nuestro reclamo.

Los diputados Wisky y Lipovetzky, junto con otros siete diputados de PRO y la UCR proponen una modificación del artículo 86 del Código Penal para incluir entre las causales de aborto no punible a la interrupción voluntaria del embarazo antes de las 14 semanas de gestación y a las malformaciones fetales graves. De esta manera, solo se despenalizaría el aborto, pero no se legalizaría, es decir, el Estado no regularía la práctica y las mujeres deberían pagar, manteniéndose las mismas desigualdades para las mujeres pobres. A su vez, los mismos diputados presentaron otro proyecto complementario sobre el procedimiento para la interrupción legal del embarazo. Allí proponen una serie de pasos por los que debería pasar una mujer que decide abortar, como la creación de un equipo interdisciplinario que debería intervenir de manera obligatoria y le ofrecería a la mujer propuestas como la adopción u otras modalidades de apoyo económico para que continúe el embarazo, lo que sin dudas constituye una forma de violencia cuando la mujer ya ha tomado la decisión. En este mismo sentido se redactó el proyecto de Marcelo Wechsler, de PRO, presentado junto con otros dos legisladores. Además, se plantea la existencia de la objeción de consciencia individual, dando lugar al reclamo de la Iglesia para que los médicos puedan exceptuarse de intervenir en un aborto.

A la vez se presentaron dos proyectos que abogan directamente por la prohibición del aborto: uno cuenta con veintiuna firmas de PRO, la UCR, la Coalición Cívica, el PJ y Córdoba Federal y el segundo solo con dos firmas de diputadas de Unidad Justicialista de San Luis.

Ambos plantean la creación de un sistema de protección integral de los derechos de la embarazada y de los niños por nacer, lo que incluiría una asignación universal por hijo por nacer (cuestión que ya se aprobó durante el gobierno de Cristina Fernández) y otras medidas de protección a las mujeres embarazadas como el transporte público gratuito y apoyo telefónico 24 horas. Ante los casos de violaciones, el planteo de ambos proyectos es la adopción o el acompañamiento de comités de bioética para convencer a las mujeres de que crien al posible bebé. Es decir, incluso se plantea un retroceso respecto de los derechos actuales de las mujeres que, desde 1921, según el artículo 86 del Código Penal plantea como abortos no punibles al caso de violación o peligro de vida o la salud de la mujer.

Frente a todos estos proyectos, es importante tener claro que el único que garantiza terminar con la muerte de mujeres jóvenes y pobres y que les permite decidir sobre sus propias vidas es el proyecto de la campaña nacional. Proponer solo la despenalización del aborto no alcanza. Y utilizar la protección de los derechos de las personas que quieren ser madres o dar en adopción a sus hijos para contraponerlo al derecho al aborto es una burda maniobra de los mismos sectores religiosos que son financiados por el gobierno y que defienden a los curas abusadores.
No tenemos que depositar ninguna confianza en las maniobras parlamentarias que buscarán “consensuar” los distintos proyectos. Ni en Macri, que junto con la mayoría de sus ministros sigue diciendo que está en contra; ni en Cristina, que durante todo su mandato no habilitó el debate y sigue sin pronunciarse. El único camino es la movilización. Por eso, hoy más que nunca tenemos que seguir en las calles hasta lograr la legalización del aborto. Ni una muerta, ni una presa más por abortar. Vivas y libres nos queremos.

Escribe Mercedes Trimarchi • Diputada electa por Izquierda Socialista/FIT (Buenos Aires)

Frente al debate por la legalización del aborto, el jefe del interbloque de Cambiemos en el Senado Luis Petcoff Naidenoff, presentó un proyecto de ley que plantea una consulta popular no vinculante, sobre la despenalización o no de la interrupción del embarazo. En el mismo sentido, habían presentado un proyecto similar los diputados y senadores del peronismo de San Luis encabezados por Adolfo Rodríguez Saá. Es decir, estos diputados están pensando en encuestas de opinión y consultas populares dilatorias, en vez de aprobar de una vez por todas lo que el movimiento de mujeres viene reclamando en las calles desde hace años: que el aborto sea legal, seguro y gratuito.

Que el tema de la interrupción voluntaria del embarazo se resuelva de esta manera es totalmente equivocado. En primer lugar, porque estamos hablando del derecho de las mujeres a decidir sobre su propio cuerpo y ese derecho hoy está siendo vulnerado en nuestro país. Por lo tanto, la decisión sobre continuar o no con un embarazo no deseado es personal de la mujer y no tiene porque ser puesta a consideración del conjunto de la sociedad. En segundo lugar, el aborto en nuestro país ya se practica de manera clandestina (500.000 al año). Las mujeres abortan sabiendo que ponen en peligro su salud, su vida y su libertad. Entonces, lo que se debe discutir en el Congreso no es aborto sí o aborto no, sino cómo se garantiza la salud y la vida de las mujeres que por ser pobres recurren a métodos inseguros que en muchos casos les cuesta la vida.

La Campaña Nacional por el Derecho al Aborto ya expresó su rechazó la idea de la consulta popular a través de un comunicado donde dice que los “derechos humanos no se plebiscitan ni se consultan” texto que fue redactado en función del artículo 39 de la Constitución Nacional, que establece que no pueden ser objeto de iniciativa popular los proyectos de ley que planteen reformas en materia penal. Otra de las voces que expresó también el rechazo fue la del sociólogo y profesor de derecho constitucional de la UBA Roberto Gargarella, quien sostuvo categóricamente que no puede plebiscitarse la legalización del aborto por ser un derecho y que, como tal, no puede ser motivo de encuesta de opinión o consulta popular (Clarín, 16/03/18).
¡Ni plebiscito ni ninguna otra maniobra dilatoria! Sigamos en las calles hasta que se apruebe el aborto legal, seguro y gratuito.

Macri presentó al Congreso un proyecto de ley con el pomposo nombre de “Equidad de género e igualdad de oportunidades en el trabajo”, tomando demagógicamente una de las demandas más sentidas en el movimiento de mujeres: la pelea contra la discriminación y violencia que sufren en el trabajo, que lleva a que cobren un 30% menos que los varones por las mismas tareas.

Sin embargo, todo es una vulgar maniobra: dice que las empresas deben garantizar la igualdad salarial, pero no establece ningún tipo de sanción para las empresas que no lo cumplan.

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La diputada de Cambiemos Elisa Carrió se pronunció repetidas veces contra la legalización del aborto, haciendo de vocera de lo más retrógado de la Iglesia Católica. A ese rol ahora le agregó el de realizar todo tipo de maniobras para retrasar el tratamiento de la ley.

En concreto, propuso que no se discuta ahora, ya que estamos en tiempos de “fiestas religiosas”, refiriéndose a las proximidades de Semana Santa. Mañana pondrá una excusa nueva. Una auténtica vergüenza.

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Escribe Claudio Funes

El peronismo intenta reciclarse. Tiene como objetivo las elecciones de 2019. Por ello no impulsará ninguna lucha real contra el ajuste. Los trabajadores necesitamos pelear ahora y debemos construir nuestra propia alternativa política.

El pasado 16 de marzo se llevó adelante en la provincia de San Luis el Encuentro Nacional de la Militancia. Con el lema “Hay 2019” se reunieron en el complejo La Pedrera militantes y dirigentes peronistas de distintos puntos del país. La novedad es que Hugo Moyano regresó al redil kirchnerista y se mostró junto a Amado Boudou después de años. El encuentro tuvo mayoría de figuras del kirchnerismo, entre diputados nacionales, intendentes del conurbano bonaerense, ex funcionarios y sindicalistas. También participaron Alberto Rodríguez Saá, Luis Gioja, Agustín Rossi, Jorge Capitanich, HugoYasky, Axel Kicillof, Gabriel Mariotto, Andrés Larroque y los ex jefes de Gabinete Aníbal Fernández y Jorge Capitanich. Se sumó también Proyecto Sur, el espacio de Pino Solanas.
El lema del encuentro es de por sí revelador, pero si quedaban dudas, Rodríguez Saá las despejó: “Los convocamos a todos a trabajar juntos para llegar unidos al 2019 y recuperar el gobierno”.
Se criticó a Macri y los militantes cantaron “unidad de los trabajadores y al que no le gusta se jode, se jode”. Pero lamentablemente el encuentro no estuvo al servicio de las luchas, por el contrario, las ignoró. Se insistió en que la salida son las elecciones de 2019. Estos encuentros son solo un rejunte, un refrito de dirigentes que ya estuvieron en el gobierno, para intentar reciclar un peronismo en crisis y tenderle una nueva trampa al pueblo trabajador en 2019. Es que el kirchnerismo fue el principal responsable del triunfo de Macri. Miles de trabajadores, equivocadamente, votaron a Cambiemos hartos del doble discurso kirchnerista, que mientras hablaba de la “década ganada” nos dejaba un 30% de pobres y un 40% de trabajadores en negro.
La salida no es volver a votarlo en 2019, como quedó demostrado, no lo fue votar a Cristina para “frenar el ajuste”. Estas reuniones para lograr la unidad del peronismo no ofrecerán ninguna salida real a las demandas que hoy tienen los trabajadores.
Esto se confirma con lo dicho por Moyano, cuando hizo uso de la palabra: “Más allá de lo que nos tocó vivir, tenemos que hacer el esfuerzo para estar unidos. Hemos estado desunidos y hay algunos que no me tienen simpatía, pero hagamos el esfuerzo necesario y el 2019 va a ser peronista”. Refiriéndose a las paritarias que cerraron en 15%, afirmó que “no firmará nada en contra de los trabajadores”. Su discurso no se salió, como el del resto, del molde electoral. Ni una palabra sobre luchar ahora. Repitió la misma fórmula utilizada en la marcha del 21F, en sintonía con la nueva corriente sindical que impulsan los Moyano, junto con los dirigentes K de las CTA, que más allá de denunciar correctamente “la actitud encubridora de la conducción de la CGT ante la situación del país”, no llamaron a ninguna medida luego de la marcha convocada por los camioneros. Todo lo contrario de lo que se necesita: solo se puede derrotar el ajuste si existe la firme voluntad política de pelear si se impulsan auténticos planes de lucha.
Al finalizar el encuentro se anunció la voluntad de darle continuidad y hacer todos los esfuerzos para que a los próximos se sumen los gobernadores -los que aplican el ajuste junto con Macri-, el massismo que le vota las leyes y el conjunto del peronismo.
Nada bueno para los trabajadores puede surgir de reuniones como las de San Luis. No debemos depositar ninguna confianza en el peronismo, que no hará nada contra el ajuste y solo pretende sembrar ilusiones en 2019. Hay que pelear ahora, apoyando las luchas en curso, a la vez que le exigimos a los que dicen oponerse al macrismo que llamen un verdadero plan de lucha.
Por todo esto, si querés luchar contra Macri, vení a Izquierda Socialista a impulsar la movilización obrera, juvenil y de las mujeres para derrotar el ajuste. Para dar tu apoyo y fortalecer al sindicalismo combativo y hacer más grande al Frente de Izquierda. Vení a construir una alternativa política independiente de los trabajadores.

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