Las docentes luchan en todo el país
Otra vez, el año comienza con una importante pelea que tiene como protagonistas mayoritarias a las mujeres. Es que en el gremio docente, la inmensa mayoría de los trabajadores son mujeres y no por casualidad, el salario inicial docente es de 3.500 pesos, uno de los más bajos del país.
8 de marzo, día emblema de las mujeres trabajadoras
En el creciente proceso de producción fabril, allá por 1857, las mujeres eran mayoría trabajando en la rama textil de las industrias neoyorquinas. Las interminables jornadas laborales de más de 12 horas a cambio de monedas, las hicieron sublevar. Fueron reprimidas por la policía. El calendario marcaba 8 de marzo.
Las mujeres en las calles por nuestros derechos
Un nuevo 8 de marzo, día internacional de las mujeres trabajadoras, nos plantea el desafío de volver a tomar las calles para plantear la grave situación de las mujeres y pelear por nuestros derechos. Este año, desde sus inicios, se ha demostrado que las políticas del gobierno K deciden encarar la crisis económica descargando los costos sobre las espaldas de las y los trabajadores. Frente a la imparable inflación que corroe rápidamente los salarios, el gobierno de Cristina propone un falso plan de “precios cuidados” y un tope para las paritarias salariales que apenas si llegan a una tercera parte de la inflación real anual.
Y está situación golpea con fuerza espacial a las mujeres que, si bien han incrementado su participación en el mercado de trabajo en los últimos diez años y hasta han superado a los varones en el promedio de años de formación en el sistema educativo, continúan con los puestos menos calificados, peor pagos y generalmente, en negro (INDEC, 2012) dificultándoseles más aun la pelea por la recuperación salarial.
Estas brechas salariales entre varones y mujeres que siguen expresándose con fuerza ante igual trabajo, se basan en el argumento de las cargas “extras” de las mujeres como la maternidad. Esta concepción patriarcal les supone a las mujeres una doble jornada laboral que incluye el aseo de la casa y el cuidado de los hijos, y es aprovechada para una super explotación laboral, que se exacerba en momentos de crisis económica. Pero las mujeres trabajadoras resisten y salen a luchar, como lo demuestran especialmente en estos días las docentes de todo el país.
Más crisis también es más violencia contra las mujeres
Pero la crisis económica y social también golpea a las mujeres en otros aspectos. La precariedad laboral, la miserable cuota del subsidio universal por hijo y la ausencia de políticas sociales para acompañar a las mujeres frente a situaciones de violencia, las lleva muchas veces a soportar el maltrato de sus parejas para poder darle de comer a sus hijos, aunque muchas veces paguen con su vida. Asimismo, las vuelve más vulnerables a las redes de trata, negocio que sigue creciendo exponencialmente en el país. Y continúan aumentando los riesgos de vida por la interrupción voluntaria de embarazos. Pues la clandestinidad y la inflación hacen casi imposibles el acceso a un aborto en condiciones de seguridad e higiene, para la mayoría de las mujeres.
Por eso, este nuevo 8 de marzo, volvemos a las calles de todo el país a reclamar nuestros derechos. Las mujeres no vamos a pagar la crisis. Por paritarias sin techo. Basta de despidos y por trabajo digno. Basta de muerte de mujeres: aborto legal, seguro y gratuito. Declaración inmediata de emergencia nacional por violencia de género. Desmantelamiento inmediato de las redes de trata y explotación sexual.
Rebelión negra en el corazón del Imperio
A mediados de abril, un nuevo caso de violencia policial racista volvió a desatar una ola de protestas masivas en varias ciudades de Estados Unidos. El 19 de abril, después de pasar una semana en coma bajo custodia policial, murió en Baltimore el joven negro Freddie Gray, de 25 años, por causa de lesiones sufridas en la médula espinal tras ser forzado a un brutal viaje dentro de un furgón policial, esposado por la espalda y sin ningún cinturón de seguridad. Ninguno de los seis oficiales que lo detuvieron y golpearon previamente, atendió sus pedidos de auxilio. Miles tomaron las calles protestando pacíficamente contra la brutalidad policial y en medio de las provocaciones de las fuerzas del orden.
¡Justicia por Karina!
Karina es una mujer de 40 años que, como tantas otras, hace 15 años es víctima de violencia física y psicológica de quien era su marido: Gustavo Javier Albornoz. Karina hizo más de una decena de denuncias en los juzgados de Morón y San Isidro. Aún así, el 1 de enero de 2014 tras varias horas de discusión, Albornoz golpeó, roció con alcohol y prendió fuego a Karina. Luego de más de de cinco meses de internación, con secuelas de lesiones graves en el 50% de su cuerpo, Karina fue dada de alta y se encontró con que había sido despedida sin causa de la misma empresa en que trabajaba con su agresor.