Esta multinacional que durante años obtuvo ganancias millonarias presentó un recurso preventivo de crisis. Trata así de justificar la suspensión de 59 trabajadores contratados que, ante la Secretaria de Trabajo de la provincia y luego de un largo conflicto, había acordado pasar a planta permanente.

Fruto del fuerte reclamo de los delegados y despedidos de Lear, con bloqueos, cortes, marchas y un acampe permanente frente a la puerta de la autopartista estadounidense de cables para autos en Pacheco, se logró que el Ministerio de Trabajo decretara la inmediata reincorporación de los delegados despedidos. Hecho que venía dilatando.

Esta resolución, a más de dos meses de iniciado el conflicto y del despido ilegítimo de los delegados -y de unos 200 obreros-, llega cuando la empresa ha suspendido por quince días a todos los trabajadores. La patronal aduce que lo hace porque “no hay garantías” para que se trabaje, por el acampe obrero, lo cual es evidentemente falso.

Luego de otra semana de bloqueos, marchas y actos, los trabajadores de Lear lograron un importante avance. Todos los suspendidos fueron reintegrados al trabajo y otros 30 despedidos fueron reincorporados. Hay que seguir reclamando la reincorporación de todos y de la comisión interna, que a los delegados les devuelvan sus fueros.

Escribe: José Barba 

El conflicto de Lear sigue siendo un “caso testigo” para el gobierno, las patronales, la burocracia sindical y los luchadores obreros. Argumentando la crisis de las terminales automotrices, las patronales deciden ajustar fuertemente a los obreros, con recortes, despidos y suspensiones por un lado, mientras imponen horas extras y aumentan el ritmo de producción a quienes quedan trabajando, por el otro. Para poder implementar este ajuste las empresas cuentan con el apoyo del gobierno de Cristina, que los deja correr y manda a reprimir a quienes resisten, y hace que el Ministerio de Trabajo avale las maniobras patronales aunque sean ilegítimas. Y la inestimable colaboración de la traidora conducción de la Verde del Smata, con el “Gordo” Pignanelli a la cabeza, que no sólo justifica a las patronales arreglando las suspensiones, sino que se encarga de ayudarlas a despedir a todas las comisiones internas, delegados y activistas que se oponen a que seamos los trabajadores quienes paguemos la crisis patronal. ¡Hasta el gobernador de Córdoba De la Sota está a la “izquierda” de este burócrata, denunciando que Volkswagen suspende a más de 1.000 obreros de su planta de Córdoba “cuando estos años se llevaron la guita en pala”!

Hay que impulsar la más amplia unidad para frenar los despidos y suspensiones. 

Escribe: Guillermo Sánchez Porta 

Lear Corporation es una multinacional autopartista norteamericana. Tiene 122.000 empleados en 36 países. Está 177ª dentro de la lista de las 500 principales empresas del mundo y el año pasado tuvo ventas por u$s 16.000 millones. En el primer trimestre de 2014, por u$s 4.400.000.000, 10% más que en el 2013 y obtuvo ganancias netas por u$s 243.000.000, un 21% más que en 2013.

Lear es una empresa yanqui de General Pacheco -zona Norte bonaerense-, que fabrica el cableado para Ford. La patronal, que hace dos meses había suspendido a 300 obreros del turno tarde, en junio los suspendió ilegalmente sin goce de haberes. Ahora, directamente los despidió. Ante esto, los despedidos fueron a la puerta de fábrica y los trabajadores hicieron asamblea en el turno mañana, decidiendo un plan de lucha con paros progresivos y quite de colaboración. Al día siguiente, la patronal directamente no permitió ingresar a los delegados y les quiere iniciar una causa judicial, para quebrar la medida de fuerza. Por eso están en permanencia frente a las puertas, bloqueando la salida de camiones.

Los trabajadores de la autopartista Lear (Smata, Pacheco), que producen cables eléctricos para Ford, siguen reclamando en contra de las suspensiones. La patronal decidió suspender a todo el turno tarde (más de 300 trabajadores) por tiempo indeterminado, lo cual, además, es ilegal.