La inseguridad es un flagelo creciente que conmueve a la población. Junto con la inflación, son los dos temas que más preocupan. Y afecta en forma directa a los trabajadores. Dándose en las últimas semanas hechos sumamente violentos, la denominada “justicia por mano propia”, los linchamientos. ¿Con qué política se la combate? 

Escribe: Juan Carlos Giordano

El gobierno niega la inseguridad. Acusa que es un invento de los medios y que el problema es de “la justicia”. Pero pisa el palito cuando al polemizar con los políticos de la oposición patronal dice que se combatiría con más “inclusión social”. ¿Pero cómo? ¿No era que este modelo era de “inclusión social y redistribución de la riqueza” como se la pasó diciendo el kirchnerismo durante más de 10 años?

Por su parte, los políticos como Sergio Massa, Scioli, Macri o De la Sota, utilizan el crecimiento de la violencia para impulsar más mano dura. La misma que el gobierno kirchnerista aprobó cuando hizo propias las leyes de Blumberg en 2006, o ahora, con las reformas al Código Penal, donde se pelean, tanto oficialistas y opositores, para ver quién aumenta más las penas de los delitos. Ya está probado. Subir las penas o bajar la edad de imputabilidad, no son ninguna solución.

Scioli, por su parte, acaba de declarar la emergencia en seguridad convocando a policías retirados y del servicio penitenciario (muchos de ellos exonerados y acusados de corrupción o enriquecimiento ilícito), comprará más patrulleros, chalecos antibalas y armas para una policía como la bonaerense, socia del narcotráfico, el gran delito organizado, el gatillo fácil, y la que usa a los menores para que roben haciendo caja para sus cúpulas.

¡Los mismos políticos que llevan a millones a vivir con ingresos de miseria lo único que “ofrecen” son políticas que ya fracasaron, más penas y mano dura, cuando la salida viene por otro lado!

Ese cuadro de marginalidad y desigualdad social, donde millones viven en la extrema pobreza, miles de jóvenes no trabajan ni estudian y ante el crecimiento sideral del flagelo del narcotráfico, es lo que genera un caldo de cultivo para la violencia. Llegándose al caso extremo de los linchamientos.

Izquierda Socialista está en contra de los mismos. Aunque comprendemos la desesperación de quienes así reaccionan ante la violencia callejera, los robos, a veces de 20 pesos, un celular, un par de zapatillas, una bicicleta, moto o un auto.

Consideramos que no es ninguna solución matar a un delincuente a patadas o a golpes. Con actos desesperados o acciones individuales no se va a solucionar el flagelo de la inseguridad. Los cuales, muchas veces, pueden generar represalias o alentar políticas represivas que ya fracasaron. La inseguridad tiene causas profundas, las cuales hay que erradicar con políticas de fondo.

Nuestro partido, en cambio, propone la organización de los vecinos en los barrios para disuadir el delito, con sistemas de alarmas, elección de delegados por cuadras para hacer vigilancia, ejerciendo el control popular sobre el accionar policial y debatiendo en asamblea y reuniones cómo enfrentar la inseguridad.

Esto ya ocurre en muchos lugares viendo la complicidad de la justicia, cúpulas policiales y políticos patronales con la delincuencia. Apoyamos esas iniciativas, como las Madres contra el Paco que se organizaron para salvar a sus hijos del narcotráfico. Sabiendo que el combate de fondo contra la inseguridad pasa por dos cuestiones fundamentales que hay que erradicar.

Una, terminar con la pobreza, la marginalidad y la desigualdad social -donde ha crecido la brecha entre ricos y pobres-. Con millones que viven con ingresos de pobreza, mientras una minoría de ricos, grandes empresarios y banqueros corruptos lo hacen en la opulencia. Es decir, un sistema capitalista que defienden tanto Cristina Kirchner, como Massa, Scioli, Carrio o Binner. Luchando para destinar los fondos que van a la deuda externa y a Repsol para aumentar salarios, jubilaciones, presupuestos de salud, educación, viviendas populares, es decir, a solucionar los graves problemas sociales.

Dos, terminar con la gran usina que genera violencia, es socia y cómplice del delito. Se trata del accionar de jueces, comisarios, gendarmes y políticos patronales (gobernadores, intendentes y concejales) que liberan zonas para el accionar de los narcos y el delito organizado. Todos ellos están detrás o son cómplices del narcotráfico, la trata de personas, la piratería del asfalto, el negocio de los desarmaderos o las bandas de secuestros exprés, solo por nombrar algunas de las asociaciones ilícitas que gozan de una completa impunidad. Prueba de ello es la complicidad de miembros de las cúpulas policiales en Córdoba y Santa Fe con las redes del narcotráfico. O el apoyo financiero de “los padres de la efedrina” a la campaña presidencial de Cristina Kirchner en 2007, como se denunció.

Izquierda Socialista considera que la solución a la inseguridad pasa por combatir de raíz las causas que la generan. Proponiendo, además, la elección popular del comisario y el juicio por jurados. En ese sentido, acompañamos, con estas propuestas alternativas, las movilizaciones que van contra este flagelo.