Escribe: Juan Rivera

Nuestro partido con sus militantes, sus trabajos sindicales, estudiantiles, dirigentes políticos y diputados electos del Frente de Izquierda, se jugó a fondo por el éxito del paro. Desde hacía tiempo llamábamos a los trabajadores a exigir a las centrales sindicales que convocaran a esta medida. Política que levantó el 15 de abril en Atlanta el Encuentro del Sindicalismo Combativo, del cual Izquierda Socialista es parte.

Frente al llamado, no titubeamos.

Sabíamos que pese a que la convocatoria era lanzada por la burocracia sindical que intenta reacomodarse, se trataba de un paro arrancado desde abajo, por la bronca creciente entre los trabajadores y la gran huelga docente. Sabíamos también, que una jornada contundente dejaría a los trabajadores en mejores condiciones para pelear por sus demandas. Por eso, una vez lanzada la convocatoria, desde Izquierda Socialista sacamos miles de volantes convocando a los trabajadores a parar,

Los repartimos en fábricas, lugares de trabajo, universidades y plazas. Impulsamos asambleas para que se pudieran expresar y decidir los trabajadores.

También dimos pelea contra quienes pusieron más empeño en desmarcarse de la burocracia que en convocar al paro. A contramano de esta orientación, que desdibujaba la pelea central, pusimos el foco sobre el ajuste que aplica el gobierno y la necesidad de enfrentarlo.

Nuestros dirigentes sindicales dieron esta pelea en sus lugares de trabajo e impulsaron asambleas para garantizar la masividad de la medida. En el Sarmiento, los ferroviarios realizaron una gran asamblea en la que se votó por unanimidad parar y participar de los cortes. En distintas fábricas y seccionales docentes, lo mismo. También entre los autoconvocados de Malvinas Argentinas, que participaron activamente de los piquetes y otros distritos. Los docentes de Ademys, la Junta Interna de ATE Economía, entre otros. La misma pelea dimos en las universidades, para que los estudiantes se sumen activamente a la jornada, retomando la tradición histórica de la unidad obrero-estudiantil.

El 10 de abril, desde las primeras horas, fuimos parte activa de los piquetes y cortes, para ayudar a garantizar que el paro sea total y contundente. El “Pollo” Sobrero, Edgardo Reynoso y Mónica Schlotthauer, entre otros, junto a 500 ferroviarios de la Bordó y el Sarmiento concentraron desde las cero horas en las vías de Castelar y por la mañana temprano, alrededor de un centenar de compañeros participaron del corte frente al Hospital Posadas, junto a docentes y demás trabajadores de la zona. También en Panamericana y Henry Ford, donde tuvimos que enfrentarnos a la Gendarmería para garantizar el corte. Junto con nuestros militantes y trabajadores de zona norte, se hizo presente nuestro compañero “Gringo” Giordano, diputado nacional electo por la provincia de Buenos Aires, haciendo uso de la palabra en el acto final luego que liberaran al delegado de Donnelley detenido, junto a nuestra dirigente docente Isabel Guzmán, y decenas de luchadores. En ruta 3 (Isidro Casanova) estuvo nuestra secretaria adjunta de Suteba La Matanza, Graciela Calderón, con sus compañeros de la zona. En Puente Pueyrredón, una nutrida columna de compañeros, jóvenes y trabajadores, participó del corte. Allí estuvieron, entre otras delegaciones, los docentes de Ademys y los miembros de la Junta Interna de ATE Economía. Laura Marrone, dirigente docente y legisladora porteña electa, participó del piquete e intervino en el acto de cierre planteando la necesidad de darle continuidad a la medida.

En el interior dimos la misma pelea. En Neuquén, en medio de las actividades solidarias contra las víctimas del temporal, nuestra diputada provincial Angélica Lagunas participó, junto a los militantes de nuestro partido, del acto frente a la gobernación. O en Córdoba, con nuestra ex diputada Liliana Olivero, participando del corte del Puente Centenario y posterior marcha junto al FIT (ver página 5). Y así en otras provincias.

Esta política de Izquierda Socialista en todo el país con la cual se sumó y aportó al éxito del paro, debe ser solo un paso en la pelea que se nos abre ahora, por un nuevo paro activo de 36 horas para imponer las demandas de los trabajadores.