Palestina ocupada: Fracasó la ofensiva israelí contra los palestinos
El martes 26 Israel y Palestina firmaron un “alto el fuego duradero”. Aunque esto siempre es dudoso en una guerra de ocupación de 70 años, lo cierto es que llegaron a algunos acuerdos que alivian el bloqueo a Gaza, e Israel cesa su ataque genocida denominado “margen protector”.
Escribe: Miguel Lamas
El saldo es tremendo en vidas humanas y destrucción. Unas horas antes del acuerdo la aviación Israelí hizo su último bombardeo destruyendo dos complejos de departamentos en los que vivían 1000 personas. Han muerto 2.138 palestinos -560 menores- y otros 10.300 resultaron heridos; más seis civiles -entre ellos un niño- y 64 militares caídos, además de un centenar de heridos, entre los israelíes. Miles de casas, hospitales, escuelas, centros de comunicación y de agua y otras infraestructuras han sido destruidas en Gaza. Sin embargo, el “alto el fuego” significa el fracaso de la ofensiva israelí.
En medio de la crisis de su gobierno, acepta un alto el fuego permanente que incluye la apertura del paso de Rafah, es decir, una atenuación importante del bloqueo. El paso de Rafah (que une a Gaza con Egipto, la única frontera que no controla directamente Israel), estará bajo el control de la Autoridad Nacional Palestina, que ahora tiene un gobierno unificado entre Al Fatah y Hamas (los dos partidos principales de Palestina, Al Fatah gobierna Cisjordania, y Hamas, Gaza). También se acepta que los pescadores de Gaza pesquen hasta 6 millas (en lugar de las 3 millas que tenían permitido hasta ahora). Esto, por cierto, no es la paz, ni la liberación del pueblo palestino, ni el fin de la cárcel de Gaza. Quedaron “en discusión” asuntos tales como el derecho de los palestinos a tener un puerto y un aeropuerto, y la liberación de 100 presos palestinos.
El “alto el fuego” significa indudablemente un triunfo de la resistencia a la que Israel no pudo quebrar pese a su ataque genocida. Israel no logró los objetivos que se propuso (terminar totalmente con la milicia armada de Hamas) y, en cambio, sufrió una durísima derrota política expresada en crisis del gobierno, con 3 ministros de la ultraderecha enojadísimos porque querían seguir con el bombardeo genocida e invadir por tierra nuevamente, desmoralización en sus fuerzas militares (un sector de una brigada de elite se negó a seguir combatiendo en plena invasión), y en su propia población sionista.
En esta derrota política también hay que contar la enorme movilización mundial, el enorme repudio al estado genocida. Como parte de esto la carta de gran contenido simbólico y emotivo de 327 sobrevivientes judíos de los campos de concentración nazis -descendientes de sobrevivientes-, que publicaron un llamado con sus firmas a boicotear a Israel en una nota publicada en el New York Times, en la que también condenan a Estados Unidos por ayudar a Israel. La movilización popular mundial fue enorme y es muy significativo que una de las más grandes, con centenares de miles de participantes, fue en Londres. Israel ha sido repudiado como nunca por los pueblos del mundo.
Este resultado es ciertamente una batalla en medio de una guerra histórica que no ha terminado. El sionismo fracasa otra vez en su intento de destruir a los palestinos. El Estado israelí profundiza su crisis. La lucha por una Palestina única, laica, democrática y no racista en todo su territorio histórico continúa cada vez más vigente. ¡Viva Palestina libre! ¡Fuera sionistas de toda Palestina! Hay que mantener el movimiento de denuncia y solidaridad, exigiendo el levantamiento total del bloqueo, la liberación de prisioneros y, en general, el apoyo a la lucha del pueblo palestino que no terminará hasta expulsar definitivamente a los sionistas.