Referéndum. Escocia: ganó el NO, pero…
Los titulares hablan del “gran suspiro” de alivio en la City londinense. El NO a la independencia se impuso en Escocia por 54% a 46% del SI. Pero algo se está quebrando en Gran Bretaña y también en Europa.
Escribe: Miguel Lamas
A pesar del triunfo del NO, paradójicamente, el gobierno conservador británico de David Camerón quedó mal. El propio hecho de la realización del referéndum es una espectacular demostración de la crisis del imperio británico. También muestra la crisis de la Unión Europea y de la Europa capitalista en general, donde hay variados reclamos de independencia, unidos a la lucha contra el ajuste capitalista. El ejemplo más inmediato es Cataluña.
Ante el susto por el posible triunfo del SI, Camerón fue a Escocia y prometió, en síntesis, que no se iba a aplicar el ajuste antipopular que castiga al resto del Reino Unido. Por cierto que no lo dijo con esas palabras. Pero igual todos comprendieron. Para lograr el NO, Camerón fue con el aval para un incremento del nivel de gasto público por encima de lo que se permite a los otros territorios (también se comprometió a lo mismo el Partido Laborista). Promesa repudiada por gran parte del Partido Conservador. La ministra Claire Perry, una de las líderes descontentas de los conservadores, denunció como injusto que otras regiones deban pagar la “bolsa de regalos” del premier (Marcelo Cantelmi, Clarín, 20/9).
¿Qué significa este “incremento del gasto público” para el pueblo escocés? Mantener, Por ejemplo, la medicina y la enseñanza universitaria gratuita. En Escocia, como resultado de la lucha de los estudiantes, no se aplica la “tasa universitaria” (que llega a 1.000 dólares mensuales) -que rige en el resto de Gran Bretaña-. Aun así resulta casi imposible el acceso a la universidad para los hijos de la clase trabajadora. Esa es una de las causas medidas por el diario The Guardian cuando determinó que cerca del 60% de los menores de 34 años están a favor de la ruptura en Escocia (Idem).
El SI a la independencia ganó en Glasgow con el 53% y también en otros 3 de los 32 distritos electorales: Dundee, North Lankarshire y West Dunbartorshire, y en Inverclyde, la diferencia porcentual fue de tan solo 0,16 por ciento a favor del “No”. Las cinco son regiones de gran mayoría obrera.
Mientras el Partido Laborista apoyó el NO, hubo una campaña por una Independencia Radical, llevada a cabo por sindicalistas, activistas sociales y partidos de izquierdas, destacándose el Partido Socialista Escocés (Scottish Socialist Party, SSP), el Partido Comunista de Escocia (Communist Party of Scotland, CPS) y el Movimiento Socialista Republicano Escocés (Scottish Republican Socialist Movement, SRSM), planteando una ruptura con la monarquía y la OTAN, así como la nacionalización del petróleo del mar del Norte.
El gobierno escocés y su partido, el SNP, impulsaron el SI, expresando a la mediana y pequeñoburguesía más nacional de Escocia (mientras que los banqueros, multinacionales y petroleros estaban por el NO). Escocia es una de las regiones más ricas de Gran Bretaña. Produce el 90% de la energía, incluyendo el petróleo del Mar del Norte. El programa independentista del SNP era totalmente limitado, contemplaba mantenerse en la OTAN, mantener como moneda a la libra esterlina y a la reina británica como jefa de Estado de Escocia.
La independencia sobre bases capitalistas, y además, en el cuadro de la OTAN y la monarquía, evidentemente no puede ser la verdadera solución para impedir el ajuste capitalista contra el pueblo escocés.
Por otra parte, el resultado del referéndum no resuelve el conflicto ni mucho menos. El gobierno conservador o su posible sucesor laborista en Londres quebrarán sus promesas a los escoceses e intentarán volver a la carga con el ajuste antipopular y todo se volverá a replantear. Los trabajadores y la izquierda de Escocia tienen una gran batalla por delante por defender sus derechos, enseñanza y salud gratuitas, trabajos dignos, vivienda y para eso romper con la monarquía imperialista británica, por un cambio de fondo, por la expropiación de banqueros y petroleros, retomando las tradiciones socialistas de Escocia, uniéndose en esta lucha a los trabajadores ingleses, galeses, ingleses e irlandeses. A eso apostamos.