Miguel Lamas • mlamas@izquierdasocialista.org.ar

Los tremendos hechos de Iguala (estado de Guerrero) tienen todas las características de terrorismo de estado. Es un crimen político, con el objetivo de golpear al movimiento estudiantil, popular y de los trabajadores, para imponer sin resistencias medidas neoliberales en la educación y en otros ámbitos.

Un llamado a la lucha de la Asamblea Estudiantil de la Facultad de Filosofia y Letras de la UNAM (principal universidad pública mexicana) señala: “El pasado 26 de septiembre se perpetró en México una de las peores masacres que nuestro pueblo ha experimentado. El estado mexicano, en contubernio con el narcotráfico, atacó impunemente a un grupo de estudiantes de la escuela Normal Rural de Ayotzinapa. Como resultado del ataque resultaron muertos 4 estudiantes, además de 43 […] desaparecidos. Este ataque se inscribe en un panorama nacional e internacional de profundización del neoliberalismo y […] privatización de la educación”.

Tanto el gobernador del estado de Guerrero, como el alcalde de Iguala, pertenecen al PRD (Partido de la Revolución Democrática), supuestamente “de izquierda”, pero desde hace muchos años cómplice directo de la derechización y vinculación a la mafia del narcotráfico del estado Mexicano, hoy presidido por Enrique Peña Nieto del antiguo PRI. Ese estado utiliza hoy a los mafiosos asesinos como fuerza paramilitar para la represión.

Ante el criminal ataque se están realizando grandes movilizaciones en México, especialmente estudiantiles, y huelgas como la que realizó la facultad de Economía de la UNAM. También sectores populares del estado de Guerrero, entre ellos 300 miembros de la “policía comunitaria” (cuerpo armado popular) de varios pueblos, quienes se presentaron en la escuela normal de Ayotzinapa para anunciar a los estudiantes que ellos investigarían lo ocurrido y buscarían a los desaparecidos, porque no confían en el ejército ni en la policía.

“La agresión contra los normalistas está encadenada a numerosos esfuerzos anteriores que buscan desaparecer la escuela, lo mismo que al conjunto de las normales rurales del país […] Pero esta agresión salvaje va mucho más allá. Pretende […] sembrar el terror y sacar adelante las más lesivas contrarreformas que se han impuesto en años, que cercenan las conquistas del pueblo trabajador, que pretenden dar rienda suelta a la voracidad de los capitalistas, que también pretenden sumir en la mediocridad y la inutilidad a la educación que reciben decenas de millones” (declaración POS-MAS, Partido Obrero Socialista- MAS, de la UIT-CI).

Se señala además que, pese a la indignación nacional, la mayoría de las organizaciones sociales y sindicales controladas por el PRI han guardado silencio. Y que organizaciones de derechos humanos, el POS-MAS y otras organizaciones de izquierda, junto a la Nueva Central de Trabajadores, y organizaciones estudiantiles, están impulsando la movilización por el castigo a los responsables y por la aparición con vida de los estudiantes. Los estudiantes de filosofía de la UNAM hacen un llamado, respaldado por las organizaciones mencionadas, a masificar las movilizaciones en México y también a escala internacional.

“Es necesario impulsar la más amplia unidad de quienes estén dispuestos a movilizarse de inmediato, para frenar esta escalada represiva y las contrarreformas que destruyen las conquistas populares y arrebatan los cada vez más inexistentes derechos. Urge la movilización para derrotar al gobierno, los patrones y los represores […] Movilizarse, tomar las calles multitudinariamente, para resistir y, eventualmente, pasar a la ofensiva.” (POS-MAS).